— Mamá. — Llamó aún abrazandola.
— Dime. — Se separo lentamente de el.
— Usted sabe, de donde soy. — Ambos se acomodaron en el sofá.
— Tu padre y yo estábamos recién casados, estábamos intentado tener un bebé pero no podíamos, en una noche cálida nos encontrábamos arriba del techo, disfrutando de la hermosa luna azul. — Suspiro. — La luna brillaba inmensamente. — Expreso con un pequeño brillo en sus ojos. — Alguien tocó nuestras puerta y al ir a ver quien era no encontramos a nadie. — Le tomo una mano. — Encontramos un hermoso bebé recién nacido. — Acarició su mejilla. — Eras un regalo pedido con mucho amor. — Sus ojos picaron.
— Mamá. — Susurro mientras quitaba las lágrimas de su madre. — A pesar de que no seas mi verdadera madre, eres para mi, mi madre pues me diste todo tu cariño, me educaste y me hiciste como soy hoy en día. — Volvió abrazarla.
— Tus ojos azules eran y son igual a la luna azul de aquella vez. — Acarició su cabello.
— Lo se mamá. — En su cabeza una hipótesis se había formado.
— ¿Donde esta papá?. — Pregunto preocupado.— Dijo que llegaría tarde hoy. — Limpio sus lágrimas alejándose de el. — Es mejor que vayas a descansar. — Sonrió con dificultad.
— También tu, descansa mucho. — Sonrió a la par que se levantaba. — Hasta mañana. — Se despidió.
JiMin le dio una cálida sonrisa a su amada madre antes de entrar a su cuarto, cuando estuvo dentro lo primero que hizo fue tomar una toalla y meterse a bañar.
Hoy había sido otro largo día lleno de verdad, lleno de sorpresas.
Tenia muchas dudas que quisiera que su padre respondiera; ¿Por qué nunca había dicho la verdad sobre como ganaron?, ¿Les está mintiendo?, preguntas así rodaban su cabeza.
Pero por ahora solo quería descansar un poco después de tanta emoción vivida, y mañana quería ver a su gran lobo.
La mañana llegó en un abrir y cerrar de ojos, JiMin se había despertado un poco tarde ahí por las nueve de la mañana. Se cambio de ropa para salir de su cuarto e ir al comedor donde milagrosamente se encontraba casi toda su familia, menos su hermana.
— Buenos días. — Saludo aún tallando sus ojos. — ¿Y mi hermana?. — Pregunto curioso.
— Ella salió temprano, dijo que quería ir a ver a su amiga. — Explicó su madre sirviendole un café.
— Ya veo. — Miro a su padre tomando su café. — Papá. — Llamó.
— ¿Qué sucede?. — Dejo de lado su café para prestarle atención.
— Cuando vivía mi bisabuelo HeeChul ¿Donde dormía?. — Curioso.
— Dormía en la recamara de tu madre y mía. — Explicó. — Y tu habitación era la de tu tia-abuela NaYeon. — Volvió a tomar su café.
— Oh. — Expreso. — Supongo que la habitación de mi hermana era la de tu padre. — Hablo como si fuera algo obvio.
— Si. — Asintió. — ¿Por qué preguntas esto?. — Lo miro serio.
— Yo solo tenia curiosidad. — Sonrió fingido. — Me voy yendo. — Término su café y se levantó de la mesa.
— Con cuidado hijo. — A JiMin se le hice extraño que su padre sonriera.
— Si. — Asintió. — Nos vemos padre y madre. — Miro a su madre quien no había hablado en todo el rato.
Camino a la cocina para tomar comida y meterla en la conocida cesta, sonrió muy contento al recordar lo bueno que paso ayer, lo cálido que era JungKook con el, aunque se sentía celoso de que su tia-abuela lo hubiera conocido primero y peor enamorarlo, aunque luego se le pasó pues recordó el daño que ocasionó en el su gran lobo.
Como ella pudo jugar de esa manera sin enamorarse de el, mientras que JiMin sin esfuerzo quedó embobado por ese lobo, quisiera poder haber evitado toda aquella desgracia.
Pero como dicen; todo pasa por una razón.

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En ti esta mi verdad
Fiksi PenggemarLas cosas que suceden por "casualidad" muchas veces no son así, el destino puede envolver a personas en años diferentes pero que al final terminan en una misma fecha y sincronía, sin saber por qué esto pasa de esta manera. Pero...¿A que viene todo e...