— Estabas peleando con papá. — JiMin salto ligeramente al escuchar la voz de su hermana sin previa aviso.
— Me asustaste. — Soltó un suspiro. — No fue eso, solo no concordamos en algo. — Rodó los ojos.
— No me gusta que mi familia no esté bien. — Confesó triste.
— Tranquila. — Tallo su cabeza. — Tal vez mañana se le pase pero de mientras deberías ir a dormir. —
— Eso espero. — Sonrió con pesades. — Y tu también, descansa. — Se alejo hasta llegar a la puerta de su cuarto. — Buenas noches hermano. — Sonrió.
— Buenas noches hermana. — Está entró por completo a su cuarto.
Poco después este repitió el acto de su hermana, entro a su cuarto y lo primero que hizo fue ir por una toalla junto con ropa limpia para meterse a bañar.
Necesitaba una ducha con agua fría que quitará todo sudor mientras se relajaba y pensaba en todo lo que había pasado hoy.
Pero dejando un poco de lado eso, pasemos al otro día, ese día donde seguramente abra una discusión.
Eran más o menos la ocho de la mañana y la familia de JiMin ya estaba desayunando, el antes mencionado fue con lentitud hasta el comedor.
Su madre al verlo corrió abrazarlo, ya que su esposo no le había dicho que el ya estaba de regreso y todavía se encontraba preocupada, eso era hasta que lo vio.
— ¿Donde estuviste ayer? Estaba tan preocupada. — Pregunto con un toque de molestia.
— Yo... — Pensó.
— Tu hijo y yo anoche peleamos. — Su padre aún seguía enojado. — Park JiMin ¿Quieres contarle porque?. — Se levantó de la mesa.
— ¿Qué pasó JiMin?. — Su madre le pregunto mirándolo a los ojos.
— No creen que es mejor hablar después de comer. — Chae opino.
— Tu cállate Park ChaeYoung. — La miro con enojo.
— A mi hermana no le hables así. — Ahora era JiMin el enojado.
— Le hablo así por que es mi hija. — Lo miro con ojos enojados. — ¡¿Tienes algún problema de como le hablo a mi propia hija?!. — Grito.
— No tiene caso hablar con usted. — Intento ir hacia la puerta que lo dirigiría a la parte de afuera pero su padre lo estaba siguiendo.
— Estas castigado, no saldrás hasta que yo lo decida. — Lo tomo del brazo.
— ¡Sueltame!. — Grito y nuevamente su padre pudo ver lo mismo que vio en la noche; sus ojos negros.
— ¿En que mierda te estas metiendo?. — Ahora le tomo los dos brazos y los apretó con enojo.
— Me esta lastimando. — Intento soltarse.
— ¡Suéltalo!. — Grito HyunAh y entonces HyoJong volvió en si.
Lo soltó y enseguida JiMin se fue a su cuarto sin decir nada más.
— ¿Acaso no viste sus ojos?. — Señaló los propios. — Anoche paso exactamente lo mismo, sus ojos azules se tornaron negros. —
— Lo has de a ver imaginado. — Ella no le creyó. — Pudieron hablar bien pero empezaron a gritar como si fueran gente sin educación. — Expreso enojada. — Le gritaste a tus dos hijos, solo faltaba que me gritaras a mi. — Se señaló. — Aunque si me gritaras te hubiera ido mal. — Lo miro serio. — No se como nunca te diste cuanta que a tu hijo, a tu hija y a mi no nos gusta esta celebración. —
— ¿Pero porqué?. — Pregunto sin mirarla.
— Nadie te quita que célebres tu victoria pero lo que celebras es odio, el odio que le tenían a los lobos. — Reprocho enojada.
— Mujer, si no hubiéramos ganado probablemente no estaríamos aquí. — Pudo mirarla después de mucho.
— ¿Acaso se te olvido por que ganamos?. — Pregunto. — Jugando sucio, engañando y lastimado. — Sintió más enojo. — No olvides la razón. — Tocó su cien. — Si tu aldea supiera la razón se decepcionarian de sus antiguos jefes. — Y con eso último se alejo de su esposo.
Y el esté sólo se sintió como un niño regañado por todo lo que su esposa le acababa de decir, recordó un poco del secreto familiar sobre como habían ganado y por un momento se culpable pero no tardó mucho para que el ego le ganará de nuevo.
Mientras tanto JiMin se estaba arreglado para escapar, el ya había prometido una tarta de mora, y lo cumpliría.
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En ti esta mi verdad
FanfictionLas cosas que suceden por "casualidad" muchas veces no son así, el destino puede envolver a personas en años diferentes pero que al final terminan en una misma fecha y sincronía, sin saber por qué esto pasa de esta manera. Pero...¿A que viene todo e...