El Nuevo Clan Son

Quiebre

Gokú aun no respondía a la pregunta que le había hecho la Hokage rubia, la cual estaba en exceso nerviosa, pero intentaba esconder dichos nervios lo mejor posible.

-Bueno la verdad es que… jeje- reía de forma nerviosa mientras intentaba encontrar las palabras correctas ante Tsunade que sentía como su corazón se iba a salir de la desesperación por ver a ese tonto guerrero tan despreocupado aun que la realidad sea dicha, también estaba nervioso o mejor dicho, temeroso de que la ruda mujer se molestara con él, si le contaba que en efecto, lo había besado en el pasado.

-Dime de una vez: ¡¿Te he besado sí o no?!- con voz firme volvía a reafirmar su pregunta, siendo que Gokú volvió a soltar otra risa nerviosa como respuesta, desviando su mirada hacia otra parte, cosa que hizo confirmar a la rubia sus sospechas, ese Son escondía algo referente a ella y sus repentinas cuestiones o interrogantes.

-Está bien, Tsunade… Veras, ¿Cómo te lo digo sin que te enojes conmigo? ¡Te juro que yo no te obligue o algo por el estilo, de verdad! Es solo que…- se rasco la nuca, pensando muy bien como lo diría, ya que temía despertar el enojo casi destructivo de la rubia que tenía en frente de él. -Te emborrachaste cuanto estuvimos en Suna y cuando te deje en tu habitación… Este… Me confundiste con tu novio fallecido y… Y me diste un beso- por fin decía, cerrando los ojos esperando algún golpe por parte de la líder de la aldea, la cual simplemente le escucho sintiéndose extrañamente aliviada al escuchar aquellas palabras por parte del guerrero de naranja, se alejo de su escritorio, caminando a paso lento hasta encontrarse sumamente cerca de él, el cual al no recibir ningún "tortazo" por parte de la rubia volvía a abrir sus ojos, lentamente, aun un poco temeroso de que la mujer estuviera molesta con él.

-Así que no fue ningún sueño…- hablo con voz suave, confundiendo al Son mayor que le observaba con detalle, apreciándose aun el rubor en el rostro de la líder. -De verdad te bese, baka- volvía a hablar, agachando la mirada, sintiéndose tan estúpida por pensar que lo que la estuvo "atormentando" durante casi ocho meses había sido real, realmente había besado a Gokú, ¿Qué estaba pensando para hacerlo? Aun que a hora que escuchaba la versión del Saiyajin al parecer se había emborrachado, por lo que tal vez había sido un "efecto colateral" del sake en su sangre, aun que eso no explicaba por qué se ponía feliz cuando lo miraba sonreír, por qué día y noche no se lo podía sacar de la cabeza ni a él ni a ese beso, maldición, debía admitir de una vez por todas que necesitaba volver a sentir los labios de ese tonto para "sacarlo" de su sistema aun que también temía no querer hacerlo, la Hokage era consciente de la edad que ella y Gokú tenían, también era consciente de que el Saiyajin aun se podía casar con las mujeres que quisiera, claro siempre y cuando estas mismas quisieran también casarse, ¿Qué debía hacer? ¿Ceder a sus sentimientos o simplemente seguir mostrándose indiferente a la atracción que sentía por ese tonto que tenía en frente? El cual la miraba con atención, ladeando su cabeza y arqueando una de sus cejas al no comprender por qué la mujer de mirada castaña se había quedado de repente tan pensativa, mirando su pecho.

-¿Tsunade…?- por fin el guerrero Saiyajin le hablo, sacándola de su distracción momentánea y repentina, sacudió su cabeza varias veces, observando también con sumo detalle lo que Gokú hacia, el cómo le llamo, la forma en la cual le observaba él también, en ese instante también volvió a pensar en lo que le pidió que deseara, claro en caso de que eso de las esferas del dragón fueran reales, ¿Para qué quería tener la misma edad que él? ¿Para regresar a ser joven? O era un engaño pensar que esa era la razón de su petición, debía reconocer que muy dentro de ella le había dicho a Gokú que pidiera ese deseo por qué… Por que quería sentirse más cómoda con él y tal vez, solo tal vez abrirse a la posibilidad de querer de nuevo.