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Tsunade despertaba un poco adolorida, con claros gestos de molestia abría sus dos grandes ojos de color canela, para después sentir como estaba sobre una cama, saboreando su boca reseca erguió parte de su cuerpo sobre las suaves sabanas en las cuales estaba, noto de inmediato con su mirada un poco borrosa como alguien le miraba con atención, se limpio y aclaro su vista para descubrir como en frente de la cama en la cual estaba Shizune con un semblante preocupado le observaba sin alejar ni un ápice su mirada de la rubia, quiso recargar un poco de su peso en su mano izquierda, pues planeaba levantarse pero al momento de apoyar su palma sobre el colchón se dolió, pues su extremidad había "falseado" ante lo que intentaba hacer, a la vez que en su rostro se presento una expresión de dolor. -Tsunade-sama, ¿Se encuentra bien?- con apuro, la morocha que le acompañaba preguntaba al ver como la rubia de grandes atributos toco su muñeca adolorida con su otra mano a la par que con su mano derecha comenzó a curarla con aquel Chakra verdoso que se presentaba cuando había presencia de ninjutsu medico.

-Estoy bien…- retirando un poco a su asistente, la rubia por fin se levantaba de la cama pero quedando sentada sobre este, mirando como su mano y muñeca izquierda estaban vendadas, preguntándose, ¿Qué le había pasado? Pero de inmediato recordó lo que sucedió, ese hombre, ese hombre de cabello negro con el cual había peleado la noche anterior, observo a Shizune que también le miraba preocupada, abriendo un poco sus labios por fin preguntaba. -¿Perdí, verdad?-

Shizune se quedo muda por unos segundos, pues al parecer por fin Tsunade se ponía en contexto. -Así es, Tsunade-sama, ese hombre, Son Goku resulto ser un demonio en poder, incluso soporto como si nada un golpe suyo de forma completamente ridícula y fácil- con un repentino semblante triste la mujer de cabello corto y oscuro respondía a la pregunta de la rubia que ante su mirada se levantaba totalmente de la cama.

-¿Donde están?- mirando por la ventana de la habitación, la oji marrón preguntaba, a lo que Shizune también erguiéndose completamente respondió con rapidez.

-Jiraiya-sama y Goku-san están en el comedor de la posada, creo que esa chica, Naruko esta fuera entrenando- fueron las palabras que Tsunade escucho antes de comenzar a caminar hacia la entrada del cuarto, no sin antes hablar por última vez.

-Vamos, tengo una deuda que saldar- fue firme a la vez que abría la puerta de la habitación y salía por esta, siendo acompañada por Shizune y Tonton que estaba siendo llevada por la mujer de kimono negro.

Caminando por los pasillos de la posada hacia la planta baja para encontrarse con su ex compañero y quien le venció, la Senju iba tranquila, siendo alcanzada por Shizune y Tonton. -¿Está pensando cumplir su palabra, Tsunade-sama?- preguntaba con un hilo de inseguridad en su voz, a una mujer de cabellos rubios que ni si quiera le miraba, solo continuaba caminando por los pasillos hasta llegar a las escaleras y comenzar a bajar hacia el piso inferior.

-Un Sannin nunca falta a su palabra, tendré que cumplir lo que le prometí a ese hombre, pero antes debo preguntarle algo-

-jajaja- fue cuando se detuvo de golpe, escuchando esa risa molesta, era él, claramente le reconoció por esa risa tan despreocupada que le recordaba a su abuelo, fue cuando lo miro sentado y desayudando junto a Jiraiya, así como una persona que recogía platos y platos de comida sucios que dejaba aquel extraño al momento de comer.

-¡Ese hombre se está comiendo todo!- Shizune miro con un semblante de terror la escena, así como los demás comensales que estaban cerca al Saiyajin a la vez que el viejo Sannin que le acompañaba solo suspiraba de cansancio, Goku siempre iba a ser Goku, sobre todo al momento de comer, era algo tan cierto como el hecho de que había día y noche, solo que el Son podía pasar de ese comportamiento un tanto infantil a la seriedad mas rígida y madura en un segundo.

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