A solas

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Goku observaba con una débil sonrisa a Kushina ayudando a Naruko a caminar, ambas Uzumaki salían del hospital en compañía de Tsunade, la cual por todo lo que había pasado, no había visto tanto como hubiera querido al Saiyajin mayor el cual estaba recargado en uno de los tantos arboles que había frente a la calle que pasaba por el frente del hospital, este al ver como su esposa pelirroja y Naruko terminaban de salir a dicha calle se separo del tronco en donde había aguardado y se encamino hacia las tres chicas, siendo que la rubia Senju había ido detrás de Kushina y de la rubia menor.

-Espero que estés mejor, Naruko-chan- sonriente el Son pregunto a la rubia de ojos azules, que le respondió con una gran sonrisa en su rostro, denotando esa alegría que el mismo Gohan le había regresado al haber hablado con ella unas pocas horas atrás ese día.

-No lo dude Goku-sensei, a hora estoy mejor, de verás-

-Tampoco exageres, hija. Gracias a la medicina de las semillas del ermitaño es que estas mejor y sin daños mayores, aun así estas un poco débil- Kushina mirándole un poco estricta le decía a su hija, la cual hizo un puchero al sentirse regañada por su madre de también ojos azules.

-¡Mamá!-

-Nada de mamá, Naruko… Me preocupe mucho por ti, debes entenderme hija- continuo con su sermón, haciendo que Goku riera aun mas alto por como su esposa "sacaba los dientes".

-Kushina-chan no la regañes tanto jeje-

-Siempre tienes que defenderlos a pesar de saber que están mal, ¿Verdad Goku-kun?- a hora la pelirroja arremetió en contra de su esposo, que se encogió de hombros y dio un paso hacia atrás sin saber que decir, observando la aparente cara molesta de su esposa.

-Bueno… Este…-

-Es broma- cerro sus ojos, y con una sonrisa en su rostro la Uzumaki llevo su dedo índice derecho a su mejilla también derecha, haciendo que Goku parpadeara varias veces ante la aparente tomadura de pelo que le había hecho su esposa de cabellos rojos.

-Jaja Goku-sensei le tiene miedo a mamá jaja- la risa de Naruko empezó a sonar detrás de los dos adultos, haciendo que el Son mayor se llevara una de sus manos a su nuca de manera avergonzada.

-Jeje- simplemente río ante lo ocurrido, mientras, Kushina aun sonriente se alejo de su esposo.

-A pesar de las desgracias siempre es bueno reír, ¿No Goku-kun?- pregunto esta, observando como el Saiyajin de raza pura asentía en acuerdo.

-Me alegra que después de todo, el buen humor impere- la voz de Tsunade volvía a llamar la atención, pues por lo anterior hasta se les había olvidado que la Senju también había estado presente.

-Tsunade-sama…- Kushina voltio a ver a la rubia, la cual mantenía una sonrisa tranquila y serena así como relajada después de la larga labor realizada para salvar a Chouji.

-No pasa nada Kushina, mas importante aun, ¿Podría hablar con Goku?- pedía permiso, cosa que desconcertó a la Uzumaki, pero de inmediato recordó los deseos de las esferas del dragón que al parecer si se habían cumplido, así que la Uzumaki mayor supuso que era de eso de lo que la Hokage quería hablar con el guerrero de cabellos negros y alborotados.

-Si claro, Tsunade-sama- Kushina se retiro junto con Naruko, permitiéndole a la rubia de mirada castaña aproximarse al Son que le observaba arqueando una ceja y sintiéndose curioso por lo que la mujer de grandes atributos le diría.

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