Apuesta

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Naruko continuaba su entrenamiento, ya había pasado un día más en la búsqueda de la mujer rubia y de grandes atributos, Goku y el Sannin vagaban por las inmediaciones de un pueblo cercano en donde la chica Uzumaki se quedo entrenando, pues el sabio de los sapos le había explicado el primer paso para dominar el Rasengan, el cual sin dudas estaba decidida a dominar, pues ya se imaginaba la cara de Gohan al enseñarle ese genial jutsu de su padre, Minato.

-Me estoy muriendo de hambre- el Son mayor se quejaba tocando su estomago, pues en la mañana no había desayunado casi nada, por culpa del Sannin y de Naruko, además, de la búsqueda de Tsunade.

-"Kushina y Mikoto lo han acostumbrado mal…"- el ninja peliblanco pensaba tras escuchar la queja del Son, pues había estado así mientras caminaban, pero de repente se detuvieron haciendo que el Saiyajin chocara con la espalda del hombre confundiéndose. -Fíjate, Goku- volteando un poco a verle decía, haciendo que este se encogiera de hombros y mirara un poco apenado al Sannin.

-jaja Lo siento- se disculpo con su clásica sonrisa y rascándose su nuca con una de sus manos. -¿Qué ve?- pregunto curioso el Son mayor al ver el rostro de loco que Jiraiya había puesto, pues este se había detenido al ver a lindas señoritas modelando trajes tradicionales.

-Son hermosas…- decía limpiando la baba de su boca, pero el Saiyajin solo se confundió, también mirando hacia el frente y notando lo que el peliblanco había estado mirando.

-¿Las sandías?- pregunto ingenuo, desconcertando a su acompañante.

-¿Sandías?- este volteando la cabeza para verle preguntaba sin entender.

-Sí, las sandías…- con su mano el Son apunto a un puesto en donde vendían sandías y que curiosamente también estaban en frente de los dos adultos, más Jiraiya lo que miraba era lo que estaba al lado.

-¿Cómo puedes ser tan ingenuo? Y más considerando las dos hermosas mujeres que tienes- dándose una palmada en la cara, el Sannin decía, confundiendo aun más al Saiyajin.

-¿Bellas mujeres? ¡Oh! se refiere a Kushina-chan y a Mikoto-chan- el Saiyajin era lento para captar esas cosas, aun que no tanto considerando todas las noches ocupadas que ya había vivido junto a esas dos.

-Si a ellas… Por cierto…- de repente, el ninja se giraba para ver completamente al Son.

-¿Si?- este pregunto al ver el rostro un poco serio del Sannin.

-¿De verdad las quieres?- ya fuera de toda perversión o alguna conversación dirigida a esos temas preguntaba, haciendo que de nueva cuenta el Son se confundiese.

-¿Qué si las quiero…?- pensó por unos momentos su respuesta, a la vez que Jiraiya no dejaba de verle. -¡Claro que sí! Son muy buenas conmigo, por no decir que son las mejores a la hora de prepararme de comer-

-"Vaya, a este tonto lo enredaron con la comida"- volvía a pensar el Sannin al creer que Goku solo pensaba en eso. -Pues me alegro por que Kushina es una persona muy querida para mí- esa fue la respuesta que el sabio ermitaño había dicho, guardándose sus pensamientos solo para él.

-No se preocupe, siempre la protegeré a ella y a Mikoto-chan- con un pulgar arriba el Son volvía a sonreír, haciendo que Jiraiya se resignara, en ocasiones el Saiyajin mayor podía ser un completo cabeza hueca, aun que debía reconocer que era una gran persona.

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