Grace [CAMREN]

Capítulo 50

Grace Pov

-¡Grace!-Suspiré cansada. Grace esto, Grace esto otro. Ya ni sé para que tienen tanta gente contratada, se supone que es el trabajo de ellos y no mío-¡Grace!-Camila entró en mi habitación.

-¿Qué?-Dije fastidiada.

-Hablame bien, necesito un favor de tu parte-Se recostó en el marco de la puerta y yo me senté en la cama para prestarle atención-¿Puedes ir a buscar por mí algo que encargué?

-¿Es necesario que vaya yo?

-No, pero te lo pido como un favor-Bufé.

-¿Qué necesitas?

-Ve a la repostería que está a cinco cuadras de aquí y recoge el pastel que encargue. Está al nombre de tu mamá porque supuestamente iba a ir ella.

-¿Y tú no puedes ir por ella?-La miré con una sonrisa suplicante.

-Podría, pero la familia llega en una hora y me estoy encargando de todo, Gracie-Me levanté de la cama.

-Bien.

-Gracias, amor mío-Besó mi mejilla y me limpié-Ay no seas así.

-Sabes que no me gustan los besos.

-Bueno, bueno, ya entendí. No más besos.

-Exacto ma-Ella me sonrió.

-Te quiero fría.

-Y yo a vos pesada.

Sin más se fue cerrando la puerta detrás de ella. Me dirigí al armario y tome la ropa más sencilla que encontré.

Fui al baño y me encargué de peinarme un poco, para luego bajar y salir por mi cuenta. No sin antes saludarlas porque sino se enojan.

No quedaba muy lejos de casa por suerte, y ya llevar un buen tiempo viviendo en Miami hace que conozca aunque sea un poco.

Siempre caminaba de la misma manera, tanto aquí como antes. Obviamente mirar para todos lados, estar atenta, caminar en el sentido contrario a las calles y guardar el celular por debajo de la ropa.

Me había tomado la costumbre aquí de siempre rodear el parque que quedaba a dos cuadras. A pesar de estar aisladas del centro de Miami la gente nos rodea. Ya saben desde hace años que las chicas vivían ahí, solo que pareciera que saben respetar la privacidad. Son esas cosas que uno suele agradecer.

Más temprano le había enviado un mensaje a Sophia, me dijo que estaría ocupada todo el día. Últimamente está rara, y distante conmigo...A veces odio eso. Solo lo es conmigo, solo me evita, y hasta a veces me ignora.

Cruzé la calle anterior a la plaza y empecé a cruzar por dentro de esta. Era bastante linda, y estaba bien cuidada. No solemos visitarla por el simple hecho de que siempre hay gente, por mí no hay problema pero para las chicas sí.

En los bancos habían sentada todo tipo de gente. Desde parejas hasta grupos de amigos y familias. Claramente un sábado estaría lleno de personas.

Intentaba prestar atención al ambiente en general, me gusta hacerlo, cada vez es más una costumbre.

A lo lejos ví algo que no me gustó. Al principio lo ignoré, pero parecía Sophia con alguien más. Acercarme no me hará daño. Mire la hora en mi teléfono, estoy bien en horario, según ella hoy no saldría de su casa en todo el día.

La reconocería en cualquier lado, aunque vista ropa distinta. Me acerqué aun caminando, la otra chica también se me hace familiar, pero no llego a verla bien gracias a que está de espaldas a mí.

Simplemente charlaban, de forma bastante animada para mi gusto. No hace falta ser una genio para darse cuenta que cada vez se inclinaban más cerca.

No voy a negar que me siento celosa, es mi novia, y solo mía. Odio cuando la gente se siente cómoda con algunas actitudes que sinceramente no corresponden.

Decidí acercarme, aunque sea saludara a Sophia aunque me haya dicho que no haría nada hoy, no es malo. Comencé a caminar en su dirección de forma tranquila, no quería que me notaran muy rápido como para que dejen de hacer lo que sea que estén haciendo.

Sé que parezco acosadora pero es una completa coincidencia. Conforme me acerco más empiezo a darme cuenta de algo. Es el banco más lejano del resto, no quiero sacar conclusiones que no son.

Paré un momento a observar todo el ambiente. Es un lugar bastante "privado" o sea, está medio oculto, todo gracias a los arboles. Esto cada vez me gusta menos.

Me acerqué unos pasas más, hubiera caminado más de no ser porque lo que acabo de ver me tiene sorprendida. Sophia besó a la perra esa, y sé bien lo que ví, se le tiró encima prácticamente.

Nunca me había sentido así de traicionada, creí que ella me quería, y que si algo pasaba entre nosotras esto no iba a ser. Comencé a sentir una presión en el pecho. Tengo dos opciones, hacerme la idiota y seguir con lo mío, o acercarme a ellas.

En algún momento dejé de pensar y solo me acerqué.

-Hola amor-Dijo tranquila mirandome con una sonrisa, ¿Cómo puede ser tan hipócrita?

-¡Amor nada! ¡¿Quién es esta perra?!-Me dí la vuelta para mirar a la rubia que había besado Sophia. Cada vez me sorprendo más de esta gente de mierda.

-Grace, puedo explicarlo-Dijo la rubia haciendose la mosquita muerta.

-¡No quiero que me expliques nada Kelly! ¡¿Quién mierda te crees para engañarme, Sophia?!

-Solo me aburrí de tí-Juro que eso me dolió-Además, ¿Quién te crees tú que eres? Yo soy libre de estar con cualquiera, y no eres más que yo.

-Si tan aburrida estabas de mí, podías simplemente cortar conmigo. Tienes razón, no eres más que yo, hasta que me engañaste, no te creí de esta manera, Sophia-Me giré para mirar a Kelly. La rubia estaba completamente aterrada-Y a tí, te creía hetero y homófoba. Veo que también me equivoqué, no te preocupes, yo no voy a decir nada de tu sexualidad, no soy la clase de perra que eres tú-Y simplemente me fui.

No quiero saber nada más de ellas, la impotencia me consume por dentro. Estoy cansada de ser el juguete de la gente, o que me traten como tal.

Yo no soy quién para que jueguen conmigo, ni Kelly, ni Sophia, ni nadie. A partir de ahora, nada ni nadie puede pisotearme hasta hacerme mierda.

Limpié mis lagrimas con mis manos mientras continuaba mi camino a la puta pastelería. Por hoy ya había sido suficiente, de todos.

Luego de un rato volví a casa con el pastel y sin decir nada. Subí a mi habitación hasta el momento en el que llegaron las visitas.