Capítulo 12

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Rizz

A la mañana siguiente, papá me despertó muy temprano, casi a las seis de la mañana, estaba que me dormía y no quería hacer nada. Pero qué va, papa me hizo madrugar y ¿para qué? Para lavar su auto. Para lavar su maldito auto. Para eso me despertaba, ¿para eso? ¿Qué no podía lavarlo él, o decirme que lo lave más tarde? Estaba de muy mal humor, odiaba despertar tan temprano.

Decidí hacerlo sin chistar, aunque me molestaba, pues el también me complacía en casi todo. Y no, no era un chico engreído ni nada. Pero siempre se preocupó para que yo tenga todo. Y más su amor. El matrimonio de mis padres no era perfecto, pero siempre se habían asegurado de que yo estuviera feliz con ellos. Siendo una familia estable.

Salí de mi cama y como sabía que tendría "trabajo sucio" que hacer, me puse mi tradicional vestimenta para lavar el auto. Unos jeans que casi no tenían color y como ya era costumbre no me puse camisa. Bajé a sacar el auto del garaje y preparar lo que usaría para lavarlo.  

Estaba muy concentrado con el auto y la vi, otra vez, a la chica de anoche, estaba muy linda hoy, y le sentaba la ropa que llevaba. Ahora que la podía ver con la luz completa del día me resultaba mucho más hermosa que la noche anterior.

¡Eh, Guapa! Grité desde el garage de mi casa esperando que me escuche. Digo, no estábamos tan lejos. Vivía al lado.

Ella se giró y me quedó viendo de pies a cabeza. 

Eh, guapa ¿Te gusta lo que ves? Dije tratando de bromear.

No, idiota. Dijo ella respondiendo a mi pregunta. Creo que no percibió que era una broma.

Su padre salió de la casa y se encaminó a sacar el auto, supongo que la iría a dejar a donde ella estudiaba. Cuando su padre estuvo listo ella se subió al auto y ni siquiera miró hacia mi. Nada. Seguro se enfadó por mi broma. Decidí no darle tanta importancia y terminé de lavar el auto de papá. Volví a guardarlo y subí a tomar una ducha rápida. Me recosté en mi cama y se me ocurrió una idea fantástica. La chica de al lado no me había hablado, así que la esperaría en la puerta de su casa. No estaba seguro de a qué hora llegaría y salí de mi casa cerca del medio día. 

Esperé alrededor de una hora, hasta que llegó. Estaba hermosa incluso después de un día entero en la secundaria. Llevaba su cabello recogido y sus auriculares puestos. Me pregunto que clase de música escuchaba. Mirándola me doy cuenta de que lo que estoy haciendo es una locura, creo que me gusta, sí, me gusta la chica de al lado. Lo cual era muy raro viniendo de mí. No es que era un player con las chicas, tenía citas en Portland, pero sentía que nunca conectaba. Y ahora ella, ella es increíble y ni siquiera sé su nombre. Siempre creí en el alguien especial que está destinado para cada uno, y es raro ese pensamiento viniendo de un chico. Pero siempre lo respeté y creo que ese alguien especial ha llegado.

Guapa, al fin llegas.

Hola y adiós. Dijo algo enojada.

¿Por qué reaccionas así?

Lo siento, debo entrar. Intentó evadirme y entrar rápido pero la detuve.

Guapa, no seas así, hablemos. Dije mirándola a los ojos.

¿Hablar? ¿De qué? Si no nos conocemos.

Hablemos para conocernos.

Mira, lo siento no tengo tiempo ¿si? Mi mamá saldrá en cualquier momento y no le gustará verme contigo.

Dime tu nombre.

¿Para que quieres saber? No me conoces, no te conozco, no quiero conocerte y en serio me molesta verte aquí en mi puerta. Dijo totalmente enojada.

Nena, solo dime tu nombre. Dije acercándome hacia ella. Iba acortando aún más la distancia entre nosotros, cada vez más y más pero me detuve a escasos milímetros de su rostro.

Sólo quiero saber tu nombre.

Lo, lo, lo...Lola Price. Dijo tartamudeando. Estaba nerviosa. Yo la puse nerviosa.

Me acerqué mucho más, y ella puso sus manos en mi pecho intentado detenerme y alejarme de ella. Me miró fijamente, y me acerqué un poco a su boca. No iba a besarla ni nada aunque las ganas estaban ahí. Sólo quería estar cerca de ella. No haría nada sin su autorización.

Bueno, ya sabes mi nombre, ¡A.LE.JA.TE! Dijo separando cada sílaba como para que entienda de una vez.

Tienes un hermoso nombre, es dulce e imponente a la vez.

Gracias.

Tus labios son sexys, cualquiera querría besarte. Dije acercándome. ¿Qué te pasa Rizz? ¿Qué carajos acabas de decir? Definitivamente no había controlado las palabras que salieron de mi boca.

Aún tenía sus manos en mi pecho y me empujó un poco para que la dejara en paz.

Debo entrar. Dijo.

Claro guapa, te dejare entrar.

No me llames "guapa", ya sabes mi nombre ¿no?

Qué hermosa que era.

Claro, Lola. Dije acercándome de nuevo y le susurré al oído. 

Espero que esta noche abras tu ventana, te estaré esperando.

Se quedó muy quieta, sin saber exactamente qué hacer. Luego le di un beso en su mejilla.

Eres tierna Lola, te esperaré esta noche.

No respondió absolutamente nada y entró a su casa muy rápido y me dejó solo, ahí afuera. Me preguntaba cómo se había sentido. Sé que fui muy invasivo a pesar de nuestro segundo encuentro. Pero espero que esto dé algún resultado.

Mi Primera VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora