Capítulo 24

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¿Por qué él? A clases de sexualidad. Ana me las vas a pagar, lo juro. Me sentaré lejos de él, lo prometo. Esas clases con él ahí serán totalmente incómodas. Te mataré Anastasia Parker. Lo haré.

No sabía qué hacer y al parecer no podía cambiarme a otro salón porque sólo quedaban cupos en este. Dios, ¿por qué? ¿POR QUÉ?

La señora directora terminó de hablar.

Bien jóvenes, salgan de manera ordenada por favor. Dijo. Cogí mis cosas y halé a Ana hacia afuera. En ese momento me importó un carajo Rizz.

Hablemos. Dije.

Lola ¿Qué te pasa? Dijo ella algo asustada.

¡Anastasia Marie Parker! Dije enojada.

¿Qué hice? Jamás me llamas así. Dijo ella haciendo un mohín.

Te mataré. Dije.

Ay cariño me asustas.

Me inscribiste en clases de sexualidad contra mi voluntad, y ahora resulta que Rizz también estará con nosotras. Y lo que es peor, no somos los únicos de nuestro salón en esas clases. Dije enfurecida. Ella rió a carcajadas.

Lola por favor, son unas simples clases. Además no es como si te gustara el nuevo o ¿sí?

Ah, bueno, emmm, ¡NO! Nada que ver. Dije nerviosa. 

¿Te gusta el nuevo no es así? Dijo ella con esa mirada de espía.

No Anastasia, ya para. Dije enfadada.

Sí te gusta. Dijo señalándome. Me sonrojé.

¡Al chile! Sí, sí me gusta.

Lo sabía Lola Elizabeth Price. Dijo riendo.

Rizz salió del salón acompañado de Alex. Ya eran amigos creo. O se estaban conociendo. Y al parecer tenían mucho en común. Parecía que ya se llevaban bastante bien.

Me vio y bajó la mirada. Anastasia rió ante ello y seguía molestando. Alex miró a Anastasia con desaprobación, y Ana paró por un instante. Solo el sabía como calmar a Anastasia. Alex y Rizz se acercaron  a nosotras. 

Nena. Dijo Rizz.

Ana me miró y quería reír, se le notaba. Pero Alex la controlaba bien. Rizz se puso junto a mí. Ya era la hora de salida así que Alex se despidió de ambos y Ana también. Se fueron juntos. Me quedé con Rizz en el patio de la escuela, el mirándome y yo mirándolo.

¿Nos vamos? Dije rompiendo la conexión.

Ah sí, claro nena. Vamos. Dijo un tanto perdido. El día estaba radiante, no hacía sol y estaba fresco. Un día bastante raro en Alabama. La ciudad del sol.

¿Caminamos a casa? Pregunté. Nuestras casas quedaban a unos cuantos kilómetros, no estaba demasiado lejos. Habían pasadizos y calles que nos harían el viaje más corto. Había que aprovechar un día así.

Por supuesto. Dijo. Salimos de la escuela y empezamos a caminar.

Así que vamos juntos en clases de sexualidad. Dijo rompiendo el silencio.

Bueno sí. Dije tímida.

¿Puedo preguntarte algo?

Claro. Respondí.

¿Qué te hizo inscribirte en clases de sexualidad? ¿No tenías otro tipo de interés? Preguntó él. Me reí.

Aunque no lo creas, Anastasia me obligó. Según ella para ligarse al profesor guapo. Dije.

¡Qué profunda manera de pensar! Dijo él riendo.

Me interesaba el club de lectura o de música pero ella ya me había inscrito en otro lado. Dije.

Pero sin importar aquello, estaremos más tiempo juntos, por las clases extracurriculares. Dijo.

Sí, es cierto. Dije y mis mejillas empezaron a tornarse rojas.

Nena, este será mi mejor año. Dijo. Rosó mi mejilla con su mano y me miró dulcemente.

Seguimos caminando, hablando de la vida y un poco de cómo era Portland y su antigua casa. Reímos mucho. Lo iba conociendo mejor. Cuando ya habíamos avanzado un tanto se hizo un silencio entre los dos, no miramos y de repente él entrelazó sus dedos con los míos. Me tomó de la mano. Y no pude resistirme.

Nunca me sueltes nena. Dijo. Solo asentí y seguimos caminando a casa.

Mi Primera VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora