Capítulo 21

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Iba a bajar, pero recordé aquel sueño, que me hizo levantarme tan exaltada.

Estábamos en mi casa, en mi habitación, en mi cama. 

Vamos nena, quiero esto.

Rizz, déjame por favor.

Nena eres todo lo que necesito. No quiero dejarte. Eres mi todo.

Rizz, por favor no digas eso.

Él me besaba, no dejaba de hacerlo. Mi cuello, mis pechos, mi cintura. Lo hacia de una manera desesperada. La sensación que producía era rara pero se sentía maravillosa.

Más de eso no pasó, o tal vez desperté antes de tiempo. Me quedé en las escaleras, atónita, asombrada. Pensando en aquello que había soñado.

¿Qué diablos fue eso? ¿Por qué?

Lola querida se hace tarde. Dijo mamá y me hizo volver en sí.

Ya bajo. Respondí en un hilo de voz.

Golpee mi cara con una palmadita y me dije a mí misma: "tranquila no pasó nada, fue un simple sueño".

Bajé y cogí mis cosas para ir al colegio. Lo único que no quería ahora era toparme a Rizz después de ese sueño. Pero rayos tenía que avisarle, o papá se enojaría. Le envié un texto rápido y sin tanta demostración de cariño.

Yo: Voy saliendo.

Al instante hubo respuesta.

Rizz: Nos vemos nena.

Sólo verlo de nuevo me haría sentir muy incomoda. Había soñado con él. Con el chico sexy de al lado. Por supuesto que con un hombre como ese cualquiera tendría esos sueños. Pero yo no. ¿Por qué a mí?

Me despedí de papá.

Ya me voy papá. Dije y le planté un beso en la mejilla.

Bueno cariño, que tengas un excelente día. Dijo. Fui hasta la cocina y repetí la acción con mamá. También le di un beso y salí.

Adiós. Grité cerrando la puerta principal. Me arreglé un poco mi ropa y mi cabello. Iba a irme ya, porque él no estaba. No lo vi, así que fui siguiendo. Iba caminando y de pronto sentí a alguien que me abrazó por la espalda.

Era Rizz. Rayos.

Nena buenos días.

Me hizo sentir muy pero muy incómoda. Primero no lo conocía lo suficiente ni le había dado la confianza para que me abrazara de ese modo.

Rizz, buenos días. Dije algo desanimada y haciendo un movimiento para que me soltara.

Hey nena, ¿te pasó algo? Preguntó.

Sí, me pasó de todo, soñé que estabas en mi casa, en mi habitación, en mi cama, besándome desesperadamente. 

No, nada. Respondí.

Estás algo distraída. Dijo. Se puso frente a mí y me miró fijamente. Sus ojos, sus hermosos ojos. Me derretían. Quería alejarme de él pero era inevitable.

Nena, ¿estás bien? Preguntó de nuevo.

Sí, muy bien. Dije con una sonrisa. Él también sonrió, y se puso al lado de mí otra vez. Seguimos caminando.

Nena, ¿crees que estoy algo digno de tu colegio? Preguntó. Quería decirle lo bien que se lo veía, pero me contuve.

Lo que llevas te queda bien. Dije levantando mis pulgares.

¿Sólo eso?

Sí, sólo eso. Dije sonriendo. Se notó algo de decepción en su cara y me dolió verle así.

Bueno nena. Dijo. Y después de ello, no dijo nada más. Seguimos caminando, hasta que llegamos a la parada del bus.

¿Nos iremos en bus?

Así es, Rizz. Seguimos siendo mortales. Dije.

Increíble. Dijo. Nunca había subido a un autobús escolar.

¿Increíble? ¿Qué tenía de increíble? Nada. Era sólo el bus escolar. No tenia nada de increíble.

Sí, increíble. Dije sarcástica. ¡Yaaaaaaay!

Llegó el bus y ambos subimos. Por supuesto él fue muy caballero y me dejó subir primero. Nos sentamos juntos.

Íbamos hablando de los trabajos y de las clases que tendríamos hoy. Todo estaba bastante bien. De repente se hizo un silencio incómodo. Esta vez sí era incómodo. Nos miramos y sin pensarlo mucho me tomó de la mano, y me dejó desconcertada.

Mi Primera VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora