Nos quedamos mirándonos. Después de un rato mirándolo, sus ojos, su nariz, su boca, esa boca que había estado a milímetros de la mía, su cuerpo, que recordaba de aquella vez que estaba lavando el auto. Ahora podía entender un poco lo que sentía. Ahora ya sabía qué era ese sentimiento tan raro. Lo deseaba y jamás había sentido eso por alguien más. Lo deseaba como alguien en um día caluroso desea la lluvia. Lo deseaba con fuerza.
Te veré mañana.
Sí, mañana. Respondí.
Adiós nena, hasta mañana.
Adiós Rizz, duerme bien.
No sé si pueda, quiero quedarme aquí, contigo toda la noche.
¿Esperen qué? ¿Se quería quedar conmigo toda la noche? ¿Por qué? Acaso estaba sintiendo lo mismo que yo, tal vez.
Rizz, mañana nos vamos a ver. Dije tratando de darle poca importancia.
Lo sé nena, pero esta noche está hermosa y no quiero alejarme de ti.
Te veré mañana Rizz. Dije sonrojada.
Nena, no te vayas. Dijo en tono suplicante.
Debo entrar, lo siento.
Está bien. Dijo con su mirada triste.
Nos vemos mañana, Rizz. Afirmé.
Nos vemos nena.
Cerré mi ventana, no se que habrá hecho él pero de verdad lo que dijo era cierto. La noche estaba preciosa, pero no podíamos quedarnos tanto rato porque al día siguiente teníamos colegio.
*****
Desperté algo exaltada, sensación rara. Estaba soñando, pero no recuerdo con qué, me pareció extraño. No lo había sentido antes. Entré al baño, me miré en el espejo y refresqué mi rostro, esa sensación, quería que se vaya, y rayos, no recordaba el sueño.
Entré a la ducha y mientras me bañaba, recordé algo, no era tan claro, pero recordaba algo de mi sueño.
Rizz, no quiero. No estoy lista.
Vamos nena, no pasará nada.
Rizz, ¿me quieres?
Demasiado nena, jamás haría algo que te haga daño. Eres mi todo.
Entonces déjame.
Nena, te amo.
También te amo pero no quiero que hagamos esto, no así.
Miércoles, qué era eso. Un sueño demasiado raro. ¿Qué evitaba yo? ¿Y que quería Rizz? Me perdí en esos pensamientos pero reaccioné, y esperaba recordar algo más, pero era inútil. Salí de la ducha, me vestí, me cepille el cabello y bajé a desayunar.
Buenos días cariño. Dijo papá.
Había vuelto de su viaje, qué marivolloso era volver a verlo.
¡¡¡Papá!!! Grité y corrí a abrazarlo.
Cariño, qué bienvenida más eufórica.
Te extrañé.
Lo sé mi amor, pero así es mi trabajo.
Si papá, lo sé.
Siempre que voy de viaje, te traigo regalos. Dijo. Me sorprendí. ¿Qué me habrá traído ahora?
Sí papi. Dije abrazándolo.
Bueno cuando llegues del colegio, te lo daré. Me decepcionó un poco, quería ver ya mi regalo.
¿Por qué? Dije haciendo un mohín.
Porque sí cariño. Ahora ve a desayunar que llegarás tarde.
Está bien, lo haré ¿Y mamá?
En la cocina querida. Me giré y fui a la cocina.
Buenos días mamá. Dije.
Buenos días cariño. Respondió. Lleve el desayuno a la mesa, donde mi padre. Me senté y empece a desayunar.
Bien cariño, ¿acompañaras a Rizz hoy? Preguntó.
¿Cómo rayos supo?
Creo que sí papá, si me lo topo afuera, puede acompañarlo.
No seas descortés, tendrás que guiarlo, es nuevo en la ciudad y en la escuela. Dijo.
Sí lo haré papá, no te preocupes.
Subí a mi habitación, aún faltaba mucho tiempo para salir. Cogí mi celular, y había un texto. Era de él.
Rizz: Nena, te esperaré afuera para irnos juntos. No tardes. Quiero verte.
Le respondí.
Yo: En un rato salgo, no me esperes afuera. No quiero que papá te vea y parezca que estuviste esperándome. Te avisaré cuando salga. También quiero verte.
Entré al baño, cepille mis dientes, y arreglé mi cabello un poco y llegó a mi mente otro pequeño recuerdo.
Nena, te amo.
Rizz, lo sé pero espera un segundo.
Eres lo que a mi vida le hacía falta, nena quiero esto.
¿Me amas?
Nena te amo, te adoro, te quiero. No sé qué otras palabras usar.
No terminaba de recordar. Qué era el maldito sueño. Sólo recordaba las palabras, no la situación. Mojé mi cara nuevamente para ver si aclaraba mi mente pero nada. Salí del baño y me senté un rato en la cama. Espere hasta que fue la hora de salir. Me dispuse a bajar.
Iba por la escalera cuando de repente, todo el sueño vino a mí. Esta vez recordé todo, completo. Sin perderme ningún detalle. Dicen que los sueños se forman de cosas que tienes en el subconsciente y no podía creer lo que mi subconsciente me pedía.
Ese sueño había llegado demasiado lejos.
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Mi Primera Vez
RomanceEsta soy yo, y esta mi pequeña historia. Soy Lola Price y tengo diecisiete años. Eso del amor no se me daba tan bien, nunca me gustó eso de andar sintiendo mariposas y esas cosas que me parecían ridículas. Hasta que llegó él, a todos nos pasa ¿no...