#009

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—¡Quiero un perrito!— Decía aquel rubio por milésima vez en aquel día.

Desde que él rubio había acompañado a Zetusu y Tobi al pueblo vio un hermoso perrito, el niño quería tomarlo pero ninguno de los dos lo dejaron.

Y eso hace dos semanas, y todos los días les decía a los integrantes lo mismo.

Querían complacer al rubio, de verdad que querían, pero Kakuzu odiaba las mascotas, Deidara podía hacerlo explotar, Kisame se lo podría comer e Itachi meterlo en un genjutsu por herir al menor.

Realmente no sonaba a un ambiente óptimo para un perro.

Pero también sabían dos cosas, el rubio no iba a dejar de insistir hasta tener a una mascota en sus manos, y si no le cumplían una gran rabieta vendría, una que ni Itachi o los dulces de Konan podrían calmar.

Y nadie quería arriesgarse a ellos, incluso en el peor de los casos podría revelar algunos secretos de ellos mismos.

Y a nadie se le ocurría una idea para conseguir un perro, estaban en estado crítico.

—Tengo una idea— hablo cansinamente la única integrante mujer, y todos la miraron— Pain puede invocar un perro.

Y todos reaccionaron era cierto, sin mas preámbulos salieron a el patio de la casa y luego de hacer los respectivos sellos un perro apareció como si nada.

El rubio menor se acerco a abrazar al perro, pero este estaba dispuesto a morderle cuando el niño lo tacleo y le abrazo en él suelo como si fuera una almohada.

Llevaba horas y horas jugando con el perro, Pain es el único que se quedo a vigilar al niño, ya que no sabíamos en que momento desaparecería la invocación y bueno pues...

Y como era de esperarse el perro de varias cabeza desaparición en una nube de humo, y de ella salió el rubio molesto entrando a la casa.

—¡Tu perro me lamio la cara!.

Nadie se esperaba esa reacción del rubio, o bueno tal vez si, ya que el chico era muy, pero muy especial.

Y molesto entro a la casa, azotando la puerta que conectaba al patio para dirigirse a la cocina y tomar una manzana que estaba en el frutero.

Tan pronto se acabo la manzana salió nuevamente a donde estaba Pain.

—También quiero invocar perritos— un puchero se formo en sus labios dejando ver un sonrojo.

El mayor solo sonrió.

Desde ese día, Naruto aprendió la magia de las invocaciones, y jugaba con ellas, en especial para molestar a Kakuzu o Hidan, incluso a Sasori.

Naruto en Akatsuki [✔ ] Wattys 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora