Moros en la Costa

7.5K 956 122
                                    

Apenas sonó la campana de inicio del almuerzo, JungKook abandonó las actividades que estaba realizando en su cuaderno para levantarse de su banca y dirigirse al igual que todos sus compañeros hacia el patio de comidas, pero apenas cruzó la puerta, pudo visualizar en el pasillo a una figura conocida recargada sobre una pared, como si estuviese esperando a alguien, y terminó de confirmarlo al ver cómo se acercaba corriendo hacia donde estaba él.

- ¡Kook! -saltó TaeHyung.- Quiero que me acompañes a un sitio.

- ¿Qué tienes en mente ahora? -estaba acostumbrado a que cada vez que el castaño lo venía a buscar tan energético a su salón se traía algo entre manos, en donde obviamente necesitaba su compañía o colaboración de alguna forma.

- ¿Recuerdas que los de segundo año salieron de excursión, verdad? -el azabache asintió.- pues como ahora sus salones están vacíos, tuve la idea de que podríamos ir a comer a uno aprovechando que no hay nadie ¿Qué te parece?

Se imaginaba que aquella ocurrencia del castañito sería algo arriesgado. Los salones desocupados no podían tocarse para nada y les prohibían la entrada a los alumnos por obvias razones de mantenerlos limpios y ordenados para cuando volvieran a utilizarse, y aunque era verdad que por esta misma razón nadie se acercaba ni siquiera a chequearlos, seguía siendo una muy mala idea, pero claro, no parecía ser estúpida dentro de la cabecita de TaeHyung. Se le podía notar el brillo en los ojos y una gran sonrisa gatuna, al cien por cien convencido.

- ¿Estás seguro? Suena un poco...

TaeHyung notó la duda en su rostro y era entendible, pero en serio quería llevarse a JungKook a almorzar juntos ya que hacer aquel plan solo sería algo aburrido, y decidió utilizar un arma secreta la cual lo salvaba cada vez que estaban a punto de decirle que no a algo. Hacía llamar a su técnica "perrito abandonado".
Mostró unos ojitos lastimeros y formó un leve puchero en sus labios, mostrándose exactamente igual a un cachorro al cual acababan de echarlo a la calle. Juntó sus manos sobre su pecho y se acercó aún más para persuadirlo.

- Porfi~ sólo será esta vez, lo juro -rogó de manera inocente.- Nadie se dará cuenta, y podremos disfrutar de un almuerzo juntos y sin molestias.

JungKook volvió a planteárselo, claro que sonaba bien el poder comer en paz sin tantas personas al rededor como comunmente eran los almuerzos en la escuela, sin embargo esa inseguridad aún seguía instalada en él. La mirada de pobrecito de TaeHyung no le estaba ayudando ni un poco, odiaba que hiciera esas caras porque se le volvía casi imposible decirle que no ¿Quién sería lo suficientemente frío como para poder negarle algo a Kim TaeHyung con ojos de perrito?

Se mordió el labio inferior, no sería la primera ni la última vez que caería ante sus encantos.

- Está bien... Pero si nos llegan a encontrar te juro que--

- ¡Bien! ¡Corramos a la tienda para llegar primeros y comprar nuestra comida! -lo interrumpió y lo tomó de la muñeca así llevárselo rápido hacia su próximo destino.

Pobre JungKook, a pesar de que era TaeHyung quien parecía un cachorrito con sus lindas facciones y su actitud adorable, él era el verdadero canino al haber sido tan bien adiestrado por el castaño para su propia conveniencia.


Poco tiempo después...

- Entremos aquí, éste no tiene llave.

Ambos chicos se adentraron con sigilo en uno de los salones el cual no tenía la puerta bloqueada y corrieron para volver a cerrarla tras de sí. Todas las sillas se encontraban al revés sobre sus respectivas bancas y las estanterías permanecían muy bien ordenadas y con pocos libros, así que debían ser muy cuidadosos para no mover nada de su sitio y que pareciera que nadie se había colado dentro. TaeHyung decidió dar un saltito para quedar sentado en el escritorio del profesor, mientras que JungKook sólo se apoyaba contra el mismo, quedando uno al lado del otro. Sacaron a relucir sus sándwiches recién comprados y calentitos y empezaron a comer cómodamente, y a medida que más minutos pasaban, más bajaba la tensión en el cuerpo del azabache. Al fin y al cabo no había sido una idea tan mala.

 ❝Amigos más que amigos❞ ー KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora