❝Amigos más que amigos❞ ー KookTae

Tensión

Aquellos supuestos 15 minutos de charla en el despacho del director pasaron a convertirse en una hora completa, haciendo que la ansiedad le vaya carcomiendo la cabeza poco a poco. Sin darse cuenta su pie comenzó a moverse nervioso, menos mal que se encontraba completamente solo esperando afuera porque sino aquel sonidito molesto le fastidiaría a más de uno. Prometió acompañar a su tonto amigo en la cita que tenían sus padres con el director en caso de que lo asesinaran luego de enterarse del circo macabro que se armó dentro de un salón de clases, sin embargo estaba dudando demasiado en si ya habían empezado a darle con palos dentro del despacho y él ni enterado. Es que el tiempo que se estaban tardando allí dentro era ridículo, diría que insano ¿Debería comenzar a entrar en pánico?

Cuando las peores imágenes mentales dieron rienda suelta en su imaginación, la puerta del despacho se abrió y mostró a un YoonGi con la cabeza gacha acompañado de ambos padres con un rostro de completa seriedad. Se despidieron del director con un "gracias, lo castigaremos para que no vuelva a pasar" y cerraron detrás de sí, dejando un semblante silencio en el aire.

- ¿Todo... Todo bien? -tomó las fuerzas de quién sabe dónde para formular aquella pregunta, aunque resultaba bastante estúpida considerando las evidentes caras de funeral de la familia.

- No podré salir con ustedes por un mes -respondió, simplemente.

- Dos -corrigió su madre.- Esta vez si que te pasaste, Min YoonGi.

- Es verdad, tomaste muy malas decisiones y tienes que pagar las consecuencias, hijo -continuó su padre con el ceño fruncido.- Me decepcionaste mucho... Debiste liarte a golpes fuera de la escuela -remató al final, haciendo que la mujer lo mirara como si tuviese dos cabezas.

- Pero por... ¡Esa no es manera de educarlo!

- Nos habríamos librado de esta tonta charla si te hubieses esperado a la salida.

- ¡Eso fue lo que le dije! -soltó SeokJin, al fin alguien que comprendía su martirio.

La madre se frotó las sienes, intentando buscar paciencia suficiente para ahora tener que lidiar también con su marido. Después de todo su hijo había tomado el ejemplo de arreglar todo con violencia y no le servía de mucho que el hombre avivara las llamas incitándolo a ser siempre el vencedor de todas las peleas en las que se viera involucrado.

- Aunque no voy a castigarte el teléfono porque le ganaste a tres -infló el pecho con orgullo, revolviendo los cabellos rubios del chico como si hubiese recibido un diploma por ello.- Eres hijo de tigre.

- Ambos van a aprender de una maldita vez cuando deje de hacer los sábados de pastel de plátano durante esos dos meses -amenazó frívolamente, logrando que los rostros sonrientes de los dos se convirtieran en unos de terror absoluto.

- Eres un ser sin corazón -su esposo llevó ambas manos a su pecho, sintiendo su alma ser apuñalada en el punto más débil.- ¿Ahora cuál va a ser mi motivación para no morir durante toda la semana en el trabajo?

- Tu motivación será darle un mejor ejemplo a tu hijo antes de que envíe a más de tres a la enfermería y se convierta en el Myke Tyson de la penitenciaría juvenil al que lo derivará la escuela.

Los cuatro continuaron la discusión entre quejas y risas mientras se dirigían a la salida del establecimiento, en verdad SeokJin no se podía esperar menos del padre de YoonGi siendo el mismo que le heredó aquella personalidad de "me importa todo una mierda" y "Si me tiras una piedra, yo te arrojo un ladrillo" tan característica suya. Se sentía mal por su pobre madre, parecía tener que educar a dos niños en lugar de uno, aunque por suerte disponía de las armas perfectas bajo la manga así corregirlos a ambos y mantenerlos regios para evitar que se pasen de la raya.