❝Amigos más que amigos❞ ー KookTae

Malentendido

SeokJin buscó a TaeHyung por todos lados, desde el patio de receso hasta su salón, pero no lo vio por ningún sitio. Desde el día de ayer que no había podido hablar con él para poder tranquilizarlo y quizá, darle unas cuantas cachetadas por el teatro que se había montado en la mesa del almuerzo, pero se le volvió toda una tarea complicada encontrarlo. Suspiró, rendido y cansado de ya haber dado como dos vueltas enteras a toda la escuela (y eso que no se trataba de un lugar para nada pequeño). JungKook le aseguró que ese día había asistido a clases, pero entonces ¿Dónde diablos estaba?

Luego de una larga media hora acabó en el patio de la cancha cerrada, sentado sobre las gradas intentando recuperar algo de energía antes de continuar con su búsqueda. Respiró hondo, estaba seguro de que apenas encontrara al castaño le iba a dar su merecido por escaparse de esa manera, pero de repente un ruido lo sacó de sus pensamientos, sobresaltándolo al no esperarse estar acompañado en la cancha donde creyó encontrarse solo. Se oía como si alguien se estuviese sorbiendo los mocos. Extrañado, Jin se dirigió hacia la proveniencia de los sonidos, llegando hasta el armario de suplementos deportivos. Abrió la puerta la cual estaba sin seguro, y allí pudo ver a un castañito sentado en el suelo y abrazado a sus piernas, sollozando cual bebé a un costado del cuarto oscuro.

- ¿TaeHyung? -se acercó el mayor, preocupado.- ¿Qué sucedió? ¿Por qué estás así?

- H-Hyung -elevó la vista con los ojos rojizos y mojados.- Yo... Creo que la he cagado.

- ¿A qué te refieres?

- Ayer me porté mal con JungKookie y... le dije cosas muy feas y le tiré encima el sándwich que me compró -se sorbió la nariz.- Estaba tan enojado que ni siquiera pensé con claridad lo que hacía, ahora debe odiarme.

El mayor suspiró con una pequeña sonrisa en su rostro, con que al fin pudo recapacitar de sus acciones.

- Tae, JungKook no está enfadado contigo -se puso de cuclillas frente a su menor para quitarle el flequillo de los ojos.

- ¡Claro que si! Yo lo estaría con cualquiera que me hiciese eso...

- Él está muy preocupado, quiso venir a buscarte, pero lo detuve por si todavía no tenías ganas de hablar con él -contó, haciendo que el contrario abriese sus ojos en grande.

- ¡Y-Yo quiero hablar con Kookie! Necesito disculparme ahora, no fue mi intención hacerle tales cosas -se levantó de golpe de su lugar para salir del gimnasio, pero fue detenido por el mayor quien le extendió un pañuelo.

- Primero límpiate esa cara desastrosa, tienes mocos hasta por la frente.

Minutos más tarde...

SeokJin, ahora acompañado de TaeHyung, se encaminó hacia donde se encontraba el azabache así hacer que ambos menores se reencontraran y hablaran de una vez por todas. Perfecto, se reconciliarían y todos felices, aquel drama habrá quedado en el pasado y continuarían como normalmente estaban, pan comido. Fueron a través de los pasillos algo cargados de gente hasta el patio del almuerzo en donde aseguraba el mayor, JungKook se había quedado esperando junto a YoonGi hasta que ellos dos volviesen. Una vez acercándose a la mesa, Jin se extrañó de ver al más pálido sentado a solas.

- Oye ¿Y JungKook?

- Uhm... -se lo notó un poco nervioso ante la pregunta.- Ya vuelve, se fue a atender unos asuntos.

- ¿Qué tipo de asuntos? -elevó una ceja, pero su atención fue devuelta hacia el castaño que de repente se alejó corriendo para ir hasta la cafetería.- ¡TaeHyung!

El mismo comenzó a moverse entre el montón de gente que se había acumulado en el lugar para buscar al azabache en donde fuera que estuviese. Dio saltitos para ver sobre los demás y allí pudo visualizarlo, en una esquina vacía del café donde casi no circulaba nadie. Se acercó rápidamente, pero una fuerte presión en su corazón fue la que lo obligó a frenar su paso, pues al darse cuenta de lo que estaba haciendo el menor, sintió como si sus pulmones se quedara sin aire.