Capítulo 14

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Apoya mal el pie, está a punto de caer, pero en el último momento, se aferra a una rama que le ayuda a mantener el equilibrio, aunque con algo de dificultad. Se oye un crujido, los nervios ya han florecido en su interior, desde hace bastante de hecho, esto sólo los ha implementado si es que era posible , avanza con mayor rapidez, sin cuidado alguno, ahora su principal y única preocupación es encontrar al chico, no quiere que le pase nada. Su respiración es agitada, fruto del cansancio y la angustia. Lleva buscándolo alrededor de 10 minutos sin resultado alguno. La lluvia cada vez es más fuerte, viene acompañada de truenos y relámpagos que alumbran el cielo, haciéndose cada vez más notables por el ahora escaso tiempo que separa el día de la noche. Entrecierra los ojos para intentar ver mejor en medio de la neblina. Divisa una silueta a aproximadamente un metro de ella, por lo que se acerca acelerando aún más el paso. Tiene que ser él.
Y efectivamente se trata de Eric, está en el suelo sujetando su pierna derecha. Se arrodilla a su lado, sobresaltando al chico.
Nerea: ¿Porqué narices no me contestabas? - pregunta exasperada pero aliviada al descubrir el paradero del catalán, definitivamente se ha quitado un peso de encima. -
Eric: Sí, estoy bien. Gracias por preguntar. - responde irónico. - Y sí que te contesté, pero supongo que el sonido de la lluvia impidió que me oyeras. - añade con la aún presencia de sus malas formas. -
Nerea: ¿Te duele? - pregunta centrando su vista en la extremidad afectada del chico, a lo que él asiente.- Vamos, tenemos que salir de aquí, es peligroso. - apunta mientras observa temerosa su alrededor. -
Coloca uno de los brazos del catalán sobre sus hombros para ayudarlo a levantarse, pero este rápidamente lo aparta bruscamente.
Eric: Puedo solo. - responde molesto mientras intenta levantarse, pero tras varios intentos más, sigue sin conseguirlo, desesperando a la vasca. Conoce su tierra, se crió allí,y sabe que si no consigue levantarse ya del camino en el que están, el río que hay a un lado se desbordará llevándoselos a ellos también. -
Nerea: ¡¿Puedes para ya?! - pregunta molesta. - Si no nos damos prisa el río se va a desbordar y entonces no vamos a poder hacer nada. - añade irritada. -
Eric: Eres una exagerada. Sólo es agua. - responde simple durante otro intento. - ¿Ves? Casi lo tenía, pero cómo me has hablado me he desconcentrado. - comenta enfadado. -
Nerea: Mira chaval, me conozco este puto bosque como la palma de mi mano, he crecido aquí y tú sólo llevas unos días. Me parece que en esto tengo un poco más de conocimiento que tú. Así que deja a un puto lado tu maldito ego y déjame ayudarte para que podamos estar a salvo. No sé tú, pero yo no quiero morir tan joven. - contestó con rabia, agotada de la actitud del chico, el cuál se limitó a asentir y dejó reposar su brazo izquierdo sobre los hombros de la chica, quien colocó su mano alrededor de la cadera de este, tras hacer un poco de fuerza, el catalán ya estaba en pie. La chica llevó su mano libre a la frente, trantanco de cubrir sus ojos, buscando algo en el horizonte.
Nerea: Por allí. - dijo tras varios segundos señalando hacia un lado. -
Eric: ¿Segura? - cuestionó dudoso. -
Nerea: Confía en mí. - pidió. -
Comenzaron a caminar en dicha posición, pero apenas conseguían avanzar, el pie de Eric lo dificultaba, aunque este ponía empeño para que no fuera así y ayudar a Nerea. La lluvia caía con más fuerza, impidiendo que continuarán. La naturaleza no estaba su lado, eso estaba claro.
Nerea: Ya casi estamos. - apuntó. -
Eric: No, no puedo. - suspiró derrotado. - Sigue tú y déjame aquí. - añadió agarrándose a una rama con su mano libre. -
Nerea: - Por primera vez en todo el día, conectaron miradas. - Escúchame bien, porque sólo te lo voy a decir una vez. No te voy a dejar solo, estamos juntos en esto. ¿Vale? - el chico asintió y continuaron el camino. - ¡Vamos Eric, un último esfuerzo que no queda nada! - animó. -
Cuando se quisieron dar cuenta estaban frente a lo que parecía una pequeña cabaña en medio del bosque. La vasca apoyó al culé en un árbol que estaba junto a la entrada. Se alejó y rápidamente comenzó a buscar algo que el catalán desconocía, finalmente, de una pequeña trampilla que había en el marco exterior de una de las ventanas saca una llave y abre la puerta. Después se acerca al chico vuelve a cogerlo de la misma forma que antes, el cuál la mira un tanto desconfiado. Una vez en el interior, observa el lugar. Un pequeño cuarto de aproximadamente 3×4 metros. Con tres ventanas, una de ellas junto a la puerta, las otras dos a los costados. Al fondo, pegado a la pared un sofá cama, junto a este una mesa con cuatro sillas y cerca un armario. Todo tiene pinta de llevar allí mucho tiempo, está repleto de polvo. Deja sentado al chico en una de las ya mencionadas sillas,para luego cerrar la puerta y evitar así que entre el agua.
Nerea: Aquí estaremos seguro hasta mañana. - responde con la respiración acelerada, fruto del cansancio. -
Despliega el sofá, el cuál debido a esto ha duplicado su tamaño, después sacude una sábana para quitarle la suciedad.
Eric: ¿Te importaría explicarme qué narices es este sitio? - pregunta al fin bastante confundido. - ¿Cómo vamos a pasar la noche aquí, loca? Imagínate que llega el dueño.
Nerea: Creo que ya lo ha hecho. - responde dejando a su acompañante aún más perplejo. - Cuando era pequeña los chicos y yo siempre estábamos por aquí, hasta que un día a Jordi, el padre Julen, se le ocurrió construirnos una caseta para que pudiésemos jugar y refugiarnos cuando hiciese mal tiempo si estábamos en el bosque. Así que con ayuda de nosotros lo hizo y este fue el resultado.-informa mientras se quita la sudadera y la escurre una esquina, además de los zapatos y calcetines, ambos están empapados. - No es muy grande, pero supongo que es lo justo y necesario. Hacía bastante tiempo que no estaba aquí, no sé cómo me he acordado. - añade. - Ahora vamos a ver esa pierna. - pide mientras se arrodilla junto al catalán.-
Con cuidado le sube la tela del pantalón dejando al descubierto el espacio que hay entre tobillo y rodilla. Está lleno de suciedad y sangre. Busca en el armario hasta dar con una botella de agua sin estrenar, también encuentra bolsas de patatas, claramente caducadas, pero no las necesita, lógicamente. A falta de papel rompe un extremo de su camisa ancha, que casi se podría considerar un vestido, por el lado de la costura, dejando boquiabierto a Eric, después vuelve a la posición anterior con el pedazo de tela en mano y la botella, comienza a limpiar la herida mientras él pone muecas de desagrado al sentir que el agua entra en contacto con su piel de nuevo.
Eric: Gracias. - susurra lo suficientemente alto para que la chica lo oiga. -
Nerea: No hay de qué. - responde mientras continúa su labor. -
Eric: No sé cómo lo haces, de verdad.
Nerea: Me he criado aquí, me conozco a la perfección todo esto, además cómo es lógico con tantas irregularidades en el suelo siempre acababa cayendo, así que quisiera o no iba a aprender a curar una herida con práctica nada. - comenta mientras arranca otro pedazo de la prenda y lo enrolla en su pierna a modo de venda, cubriendo así la herida para evitar que se infecte, bajo la atenta mirada del herido, el cuál inevitablemente detiene su vista durante unos segundos en la camiseta de la chica, es blanca y está totalmente adherida a su cuerpo debido a la lluvia, dejando ver el sostén negro y partes de su torso. - Ya está, con esto puedes aguantar hasta mañana. - finaliza haciendo un pequeño nudo en un costado. -
Eric: No me refería a eso, que también, si no a que me ayudes pese a haberme comportado tan mal contigo. - apunta. -
Nerea: No lo sé. - admite. - Pero no te iba a dejar tirado ahí aunque seas un cabezota de mierda. - ríe levemente poniéndose en pié. - Ya viste como se desbordó el río cuando salimos de allí.
Eric: Gracias por el insulto. - sonríe burlón. - Lo siento, de verdad. Nunca quise herirte, te lo prometo. - dice de manera sincera mientras se levanta. -
Se abrazan, ella hunde su cabeza en el hueco del cuello de él. Mientras este la sostiene por la cintura y las manos de la chica reposan en su pecho. Poco a poco se separan, únicamente sus rostros, conectan miradas, sus corazones laten a una velocidad excesiva. Nariz con nariz y suaves caricias con éstas, hasta que finalmente vuelven a unir sus labios en un beso lento. Sonríen en mitad de él, se vuelve a separar un poco para a los pocos segundos retomar lo que estaban haciendo, pero esta vez con mayores ganas. Por lo que se torna a uno apasionado y rápido , dejando en el olvido por un tiempo al anterior, el cual era dulce, tierno.
Las manos del chico se aferran aún más a la cadera de ella con fiereza, mientras las de la vasca se encuentran en el cabello mojado del catalán. Comienzan a retroceder, hasta acabar delante del sillón. Caen sobre este, Nerea debajo y él cule arriba, se incorpora un poco y se deshace de su camiseta, dejando al descubierto su torso algo trabajado, la chica se muerde el labio de manera inconsciente y comienza a acariciarlo. En un momento rápido se coloca sobre él, sentada a horcajadas, imita la acción anterior de su acompañante, la camisa ya es historia, sólo el sostén cubre su pecho. Sonríe juguetona. Eric se sorprende ante la acción de la donostiarra, no lo esperaba, pero sonríe travieso. Antes de recostarse un poco sobre el colchón y volver a atacar sus labios. Nerea comienza a sentir un bulto bajo ella, por lo que se sonroja al darse cuenta de la evidente erección del catalán, sus genitales se rozan con la tela aún de por medio, por lo que comienzan a gemir levemente. El catalán vuele a tomar las riendas de la situación y se coloca encima, poniendo las manos de la chica sobre su cabeza mientras crea un camino de besos y pequeñas mordidas que comienza en su boca, continúa en su mandíbula y cuello, pasan por el medio de su pecho, siguen bajando por su abdomdn hasta que finaliza debajo de su ombligo. Pasa los dedos por el elástico de los leggings de la chica, coloca una mano en cada lado, dispuesto a bajarlos. Mientras vuelve a sus labios.
Nerea: Para, para. - suspira excitada. - Por favor. - pide haciendo que el chico se aleje un poco y la mire. - No estoy lista, lo siento. - susurra nerviosa y avergonzada sin ser capaz de mirarlo.-
Eric: - con ayuda de su mano levanta el mentón de esta para hacer que lo mire a los ojos. - Ey, no te preocupes ¿vale? No voy a obligarte a nada que no quieras hacer. No hay prisa. - responde sonriendo para tranquilarzarla. -
Se levanta, deshaciéndose de sus zapatillas completamente encharcadas, coloca bien las almohadas. Se recuesta a su lado, apoyado en la pared, cubre sus cuerpos con las sábanas que minutos antes la chica había sacudido, mientras invita a esta con un gesto a que se apoye en su pecho, a lo que ella acepta, la abraza mientras da leves caricias en su espalda. Ella coloca una de sus manos en la cintura de él. Continúan completamente mojados, pero les da igual, se dan calor el uno al otro con sus cuerpos. Mantienen el silencio hasta que un trueno los sobresalta. Comienzan a hablar mientras miran a través de las ventanas, que tienen al lado y enfrente, cómo llueve. Sólo los alumbran los relámpagos, la tormenta tiene una gran intensidad, parece que con los minutos, lejos de serenarse, se enfurece aún más. Así es como pasan la noche, entre largas conversaciones sobre cualquier tontería, bromas, besos dulces y caricias... Hasta que caen rendidos en los brazos de Morfeo en la misma posición que al principio y que por cierto han mantenido durante todo el tiempo. Podrían estar preocupados, se encuentran solos en mitad del bosque en una pequeña habitación, en plena noche, con las peores condiciones metereológicas. Pero les da igual. Están juntos, y eso es lo único que les importa.









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¡Hola! Quería subir hoy este capítulo porque ayer la historia llegó a las 3k lecturas, y quería agradecerlo de alguna forma ¿y cuál mejor que esta?
Cómo habréis leído, en esta parte quise invertir los papeles, los típicos estereotipos que nos han metido en la cabeza desde que éramos pequeños. No tiene porqué ser un chico quién rescate a la delicada dama del peligro, puede ser al revés cómo hemos visto, y también pueden lograrlo por ellos mismos sin ayuda de nadie, pero este segundo no era el caso de esta parte de la historia. También ellas pueden llevar la iniciativa sexual, no tiene que ser siempre el sexo opuesto. Y hablando de eso, creo que es la primera vez que escribo algo de este estilo,y por eso mismo necesito que me digáis vuestra opinión más que nunca, para saber si os gustan pequeñas partes así, y en qué creéis que podría mejorar, todo desde el respeto, por favor. Pido disculpas si alguien se ha sentido ofendido al leerlo.
Cuidaos mucho y no salgáis de casa 🥰❤️

Eclipse ~ Eric Ruiz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora