Capítulo 21

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Domingo.

Se podía tocar el lunes con las yemas de los dedos. Habían pasado dos días desde aquella idílica cena, nótese la ironía. Seguía dándole vueltas a lo ocurrido, y siendo honestos, cuando escuchaba la palabra mediocre o hipócrita, automáticamente, la imagen de cierto castaño de ojos chocolate, se le venía a la cabeza, y creo que no hace falta decir el nombre de dicha persona, para hacerse a la idea de quién se trataba.
Se sentía de lo más extraña. Su melliza le recriminó el hecho de no haber desmentido, la falsa información que aquel catalán le había proporcionado a sus padres, acerca de su primer día en el instituto y su supuesta ayuda. Abril no cesaba en sus argumentos, al contrario, parecía que cada vez encontraba uno nuevo. Y ella sabía que estaba en lo cierto, pero no se arrepentía de la decisión que tomó en aquel momento, seguirle la corriente. Ambas hermanas tenían una filosofía de vida bastante distinta, quizás por ello, aunque suene extremadamente contradictorio, chocaban y encajaban a la vez de una manera tan peculiar a la par que óptima. Nerea pensaba que la venganza y el rencor no llevaban a ninguna parte. El mejor castigo que se le puede dar a alguien que te ha hecho daño, es la indiferencia. Devolver el golpe que te han causado, es ponerte a la altura de él o ella, y eso es algo que nunca se permitía, se negaba a caer tan bajo. Además, estaba segura de que el tiempo ponía a todo el mundo en su lugar. No era cristiana, ni budista. No pertenecía a ninguna religión, pero creía que había alguna energía capaz de equilibrar todo, aunque no sabía que era.
Sonará de lo más extraño, pero no le guardaba rencor a aquel chico, creía que la culpa era suya, por haber sido tan estúpida e ilusionarse con semejante facilidad y rapidez por segunda vez consecutiva de la misma persona. No obstante esto no quitaba el hecho de que necesitaba estar alejada de él, al menos por un tiempo indefinido. Quería olvidarlo y centrarse en el bachillerato, no dejar que sus sentimientos le jueguen una mala pasada en cuanto a los estudios se refiere. La Ebau estaba a la vuelta de la esquina para ella, aunque aún faltaban dos años. Las notas que obtuviese en ese periodo de tiempo que tenía por delante eran incluso más importantes que aquel examen final, pues suponían un 60% de él, y no quería fallar.
Lo que ella no sabía es que por más que se empeñe en ello, los sentimientos no pueden controlarse como había intentado durante todos estos años.

Pese a la promesa de sus padres, ese fin de semana no habían podido ir a comprar la inmobiliaria de los dormitorios, por lo que Nerea, cansada de estar tumbada en el colchón al que llamaba cama, pese a que este seguía en el suelo, decidió bajar a la piscina para darse un baño. El calor de aquella casa, era insoportable, pues supuestamente, la instalación del aire acondicionado, la harían al día siguiente. Una vez fuera, se sentó en el césped mientras miraba las notificaciones que le habían llegado en las dos últimas horas que no había utilizado el dispositivo. Sin embargo, son dos las que llamaron por completo su atención.

Instagram:
@mr_danna ha solicitado seguirte.
@mr_danna quiere enviarte un mensaje:

Wenassss.
Te encontré JAJAJAJA
Me ha costado lo suyo, pero bueno, no pasa nada porque como soy superdotada... 😌😂

La vasca ríe, acepta la solicitud y le devuelve la acción a la toledana, después le responde el mensaje, y es así cómo pasa el resto de la tarde, hablando con la chica sobre cualquier tontería. Además intercambian números de teléfono, y recibe tres nuevas solicitudes de seguimiento, en este caso pertenecen a Marcos, Joe y Paula, con quienes repite el mismo acto que con la otra chica.

Al día siguiente, retoma la rutina. Despertarse temprano, asearse y desayunar. Hoy, su padre puede llevarla a clase, por lo que no necesita utilizar el bus por la mañana.
Una vez en la institución, se baja del coche. Sentados en un banco en los alrededores del centro, divisa a un grupo de chicos, a quienes reconoce de inmediato. Carles, Joel... y Eric. Los dos primeros, le hacen gestos para que se acerque, por lo que no le queda más remedio que hacerlo muy a su pesar.
Carles: Buenos días enana. - saluda cuando la chica está junto a ellos.-
Nerea: Hola chicos. - contesta mientras se aferra al archivador, el cual está apoyado de forma vertical sobre su pecho y tratando de evitar toda posibilidad de contacto visual con Eric. -
Joel: ¿Qué tal el finde?
Nerea: Normal, supongo. - ríe nerviosa a la par que incómoda.-
X: ¡Pero bueno! ¡Si estás aquí morena!
No le es necesario girarse para reconocer a la dueña de aquella voz. A la cual, aunque esta no lo sepa, está tremendamente agradecida por sacarle de aquella situación.
La observa acercase con su habitual andar que derrocha seguridad y vacile. Cuando está junto a la vasca pasa un brazo por sus hombros. -
Daniela: Tíos. - saluda con un movimiento de cabeza. - Te estaba buscando ¿Qué tenemos a primera?
Nerea: - Aleja un poco el archivador de su cuerpo y observa el papel fijado con cinta adhesiva en la solapa principal. - Física y Química.
Daniela: ¡De puta madre! - exclama sarcástica para luego rodar los ojos. - Lo que me faltaba, aguantar a Hernández todos los lunes a primera hora. Ese señor es un martirio, y ahora lo vas a descubrir. Bueno, vamos que voy a hacer de guía hasta las celdas. Hasta luego pringaos. - sonríe cínica y comienza a caminar todavía con el brazo en los hombros de la chica. -

Eclipse ~ Eric Ruiz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora