Eclipse ~ Eric Ruiz

Capítulo 15

Es de día, los rayos del sol iluminan el cielo, y por ende se cuelan por cualquier rincón sin importar lo escondido que esté. La pequeña cabaña no iba a ser la excepción. Abre los ojos con pereza, no quiere hacerlo, pero la claridad que ha interrumpido su descanso le obliga a ello. Se percata de que unos brazos la rodean con firmeza. Está asustada. Levanta la cabeza con miedo a quién pueda encontrarse, sonríe con parsimonia cuando descubre al catalán, el cual la abraza mientras ella descansa en su pecho. No había sido un sueño, todo lo que pasó ayer fue real. Lo mira mientras duerme, está sin camisa, igual que ella, su respiración es serena, y tiene una pequeña sonrisa en sus labios que no muestra los dientes. Se ve tan adorable. En su cabeza cruza fugazmente lo vivido anoche. Los besos y las suaves mordidas, el fuego que se encendió en su interior, sus manos por todo su cuerpo... Pero también la forma en la que se tomó que cortó el momento por no estar preparada. No se había molestado ni nada por el estilo, al contrario, la había entendido. Le era inevitable no sentirse mal, era totalmente consciente de que le había dejado con el calentón y la prueba de ello estaba en el más que evidente bulto del pantalón que tenía por la noche.
Eric: De tanto mirarme vas a desgastarme. - dice aún con los ojos cerrado y ensanchando la sonrisa. -
Nerea: Será cabrón...-piensa para sí mientras baja la cabeza avergonzada. Eric que acababa de abrir los ojos ríe ante dicha escena. -
Eric: Buenos días. - toma delicadamente el mentón de la vasca para elevar su rostro y deja en sus labios un dulce beso. -
Nerea: Buenos días. ¿Cuánto tiempo llevas despierto? - responde acariciando la barba que empieza a salir en el rostro del catalán. -
Eric: El suficiente para saber que eres muy tierna cuando duermes. Pareces un bebé. - comenta tocando la punta de la nariz de la chica, consiguiendo que ella la arrugue y su expresión se convierta en una mueca graciosa. -
Nerea: Idiota. - susurra. - ¿Qué tal la pierna? ¿Te duele mucho?-pregunta algo preocupada. -
Eric: Yo diría que casi está cómo nueva. Y eso es gracias a ti. - apunta. -
Nerea: No ha sido nada. ¿Qué tal has dormido? - trata de cambiar de tema. -
Eric: Mejor que nunca, supongo que de una manera u otra la compañía a influido. - levanta las cejas pícaro. -
Nerea: ¿Puedes parar? - le propina un pequeño golpe en el pecho, a lo que el receptor de dicho acto ríe levemente. -
Eric: ¡Oye! Que iba enserio, no es lo mismo dormir contigo que con mi hermano. El muy hijo de puta no para de roncar en toda la noche. Además, hacía muchísimo tiempo que no dormía así de bien, estaba muy cómodo, aunque el colchón es una mierda. No sé cómo explicarlo... - responde mientras con su mano aparta varios mechones de cabello que han caído sobre el rostro de la morena. -
Nerea: Siento lo de anoche, de verdad. No era mi intención, ya sabes... - se ve interrumpida por el culé. -
Eric: Te lo dije ayer y te lo repito hoy. No tienes por qué disculparte en absoluto, no voy a presionarte ni nada por el estilo, entiendo que no estés preparada. Tenemos todo el tiempo del mundo. Así que deja de pensar en eso y de darle vueltas, ¿vale?
Nerea: Eres increíble, te lo digo muy enserio.
Eric: Creía que era un cabezota de mierda. - comenta burlón haciendo referencia a la conversación que habían mantenido hace apenas unas horas. -
Nerea: Ya...-finge pensar. - Eso también. - ríe . - Será mejor que volvamos, deben estar muy preocupados. - añade. Se levanta para posteriormente coger su camiseta del suelo. -
Eric: Tienes razón. - imita su acción. - Mierda. - susurra cuando su vista se detiene en el cuello de la chica. -
Nerea: ¿Qué pasa? - cuestiona confusa. -
Eric: Igual ayer me pasé un poco. - responde mientras observa el cuello de la castaña , cuyo costado derecho tiene marcas moradas y rojas. Lo roza con la yema de sus dedos, delicadamente. - Lo siento. ¿Te duele?
Nerea: No te preocupes Eric, no pasa nada y no, no me duele, tranquilo. - comenta entendiendo a qué se refería el chico. - Sólo necesito que me ayudes a taparlos. - añade haciendo referencia a los chupetones. -
La chica se suelta el pelo, se coloca la sudadera encima con la capucha. Está mojada y por ello muy fría, pero ayudará a esconder dichas marcas. Una vez listos emprenden el camino de vuelta a casa, lo hacen con cuidado, pues la lluvia ha dejado algunos destrozos y es fácil tropezar, pero pese a ello son incapaces de soltar sus manos las cuales están entrelazadas. Cuando se acercan a la puerta trasera divisan a lo lejos a los padres de ambos junto a sus hermanos, en resumen, a todos los hospedados de dicho lugar, por lo que separan sus dedos. Cuando los familiares se percatan de su presencia apresuran el paso hasta llegar a ellos para abrazarlos, se nota que han estado muy preocupados. Para Nerea es imposible que la culpabilidad no aflore en ella , pues mientras ellos disfrutaban y se olvidaban del mundo,a casi un kilómetro de distancia estaban sus seres queridos con nervios a flor de piel, incapaces de ser controlados por no conocer el paradero ni el estado de dichos adolescentes.
Dolo: Cariño tu pierna. ¿Qué ha pasado? - pregunta cuando se separa de su hijo y observa que tiene el pantalón roto. -
Eric: Tranquila munch, me he caído, pero suerte que estaba Nerea y me ha ayudado. - señala a la chica, la cual abraza a uno de sus hermanos mayores, Álvaro. -
Dolo: Gracias cielo, de verdad. - imita la acción anterior. -
Pedro: Hija, ¿Qué ha pasado? ¿Dónde pasasteis la noche? -continúa con el interrogatorio. -
Maita: ¿No será mejor que nos lo cuenten en la comida? Más que nada porque están empapados y necesitan cambiarse si no quieren pillar un resfriado de los buenos. - interrumpe la anfitriona, a lo que los jóvenes le agradecen con la mirada. -
Suben a la segunda planta, donde se duchan y se colocan ropa cómoda. La vasca se sitúa frente al espejo con un poco de hielo que le ha dado Abril de su vaso de agua, que no deja de reírse al ver la expresión de preocupación de su hermana.
Nerea: Esta mierda no sale. - susurra frustrada. -
Abril: Tía, el hielo no hace milagros tampoco, ayuda pero no los hace. Tienes que esperar un poco. Yo que tú me ponía maquillaje, y por la noche o pasta de dientes o hielo de nuevo. - responde tratando de calmar su risa. - ¡Wow! Mi hermanita se está volviendo una chica mala malota. - añade divertida. -
Su melliza va a constertarle, pero la conversación se ve interrumpida puesto que alguien llama a la puerta.
Nerea: ¿Quién es?
Eric: Soy yo, puedo pasar. - pregunta empujando un poco la madera mirando a ambas chicas por esa pequeña franja, a lo que ambas asienten e ingresa a la habitación. -
Abril: Bueno, yo me voy. - se levanta para encaminarse a la puerta. - ¡Ah! Y tú chaval, ojito que es mi hermana. La próxima vez tened un poquito más de cuidado, el cuello es muy sensible. - añade burlona. -
Nerea: ¡Abril!-la fulmina con la mirada a lo que la nombrada suelta una carcajada y sale del dormitorio cerrando tras de sí. -
La castaña retoma la tarea, mientras se observa en el espejo de pie que tiene la habitación. El chico se acerca y la abraza por detrás, deja un pequeño beso en su hombro, junto a la tira de su sostén y camisa, para seguidamente repetir la acción de el costado del cuello que no tiene marcas. Cruzan miradas a través del reflejo que ofrece dicho objeto.
Eric: ¿Me dejas a mí? - la vasca asiente, se gira, su acompañante le quita la piedra de hielo y empieza a frotar este en la zona afectada.-
Durante su labor deja algún que otro beso en los labios de la chica, algunos más largos que otro, a lo que ha ambos les es imposible no sonreír. Desearían que esa clase de momentos fuera eternos. Una lástima que no sea así, pero no se martizan por ello, tienen muy claro que van a disfrutar el del uno de otro mientras puedan.

/////////
¡Hola!
Aquí tenéis el capítulo. Espero que os haya gustado. Gracias por todo el apoyo que le distéis al anterior. Tenía cierto miedo por la reacción que pudieseis tener.
Cuidaos y no salgáis de casa🥰😊