Capítulo 35

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Después de varios minutos por fin se encontraban frente a la casa de una de las hermanas de la progenitora de los Odriozola, la cual estaba situada cerca del centro de la ciudad, San Sebastián. Nerea sonrió mirando el que sería el lugar en el que se hospedaría durante las próximas tres semanas aproximadamente. Intentando por todos los medios posibles olvidar los pensamientos que como se estaba volviendo costumbre, la atormentaban. Parecía que cada vez que las cosas empezaban a tomar el camino correcto, un nuevo drama azotaba su vida.
Una vez fuera del taxi que habían tomado en el aeropuerto, y con maletas en mano, se dirigieron a la puerta, donde pulsaron el timbre para que escasos segundos después los recibiera la propietaria de la vivienda, su tía Eider, con notable emoción, muchos abrazos y besos. Guiándolos hacia el interior. No hacía falta que les mostrara las habitaciones, conocían cada metro cuadrado de la casa, pues durante las navidades vivían allí. No era precisamente grande, más bien todo lo contrario, pero aquello no era impedimento alguno para sentirse a gusto, no le molestaba vivir sin lujos, lo cierto era que le causaba indiferencia. Llegaron al dormitorio en el que como era tradición, dormían los cinco hermanos. Fruncieron el ceño al percatarse de que sus pertenencias no habían sido las primeras en llegar, aquello sólo podía significar una cosa.
X: ¿No vais a venir a darnos un abrazo? - preguntó una voz que todos los presentes conocían a la perfección. -
Giraron los cuerpos para encontrarse con los mayores de la casa. Dejaron caer sus mochilas y maletas al suelo, y los tres se abalanzaron sobre Álvaro y Pablo, había llegado aquel esperado reencuentro. Eran incapaces de soltarse. Mientras que desde el marco de la puerta, los cabeza de familia miraban emocionados a sus hijos, fue cuestión de segundos que se unieran a ellos. Porfin estaban juntos, por primera vez en los últimos meses se sentían completos.
Pasadas las horas ya estaban instalados, y debido a que era de madrugada todos dormían plácidamente, bueno, todos no. Una persona había fracasado en múltiples intentos de conciliar el sueño, y creo que no es el mayor de los enigmas descubrir de quién se trataba.
Cansada de dar vueltas en la cama optó por levantarse para prepararse un buen vaso de leche caliente que le ayudase en la más compleja tarea de la noche, dormir. Por lo que bajó las escaleras y se adentró en la cocina, abrió la nevera, sacó un brick de leche entera, una taza navideña de un armario y se dispuso a verter el líquido en esta.
X: ¿Qué haces despierta a estas horas? - le sobresalta una voz a sus espaldas.-
Nerea: Joder Álvaro, me has quitado dos años de vida. - se queja llevando una mano al pecho y observa como el castaño se sienta en un taburete alrededor de la isla de cerámica. - No podía dormir. - responde simple. -
Álvaro: Prepárame uno a mi también, anda. - señala la bebida. - Y no podías dormir porque... - alarga esperando que su hermana pequeña complete la oración. -
Nerea: No tenía sueño. - miente. Toma otra taza y lleva ambas al microondas para calentar el contenido. -
Álvaro: No soy Pablo. - recuerda alzando las cejas. -
Nerea: ¿eh? - hace una mueca confundida por las palabras de su acompañante. -
Álvaro: Me refiero a que Pablo es tonto, y si se lo hubieras dicho a él te hubiera creído fijo. Pero yo sé que hay algo más, llevas rara los últimos días, te lo he notado hasta por teléfono, así que quiero saber qué pasa. - explica mirando a la adolescente con preocupación. -
Nerea: No es nada, cosas de adolescente. - le resta importancia. -
Álvaro: Te recuerdo que hace no tanto yo también lo fui, y que probablemente si me lo cuentas entienda por lo que estés pasando. Podría darte un súper consejo de hermano mayor. - propone. -
Nerea: Esta bien... - cede, pese a que le fastidiase, el chico tenía razón, a lo mejor necesitaba un punto de vista de alguien más maduro. -
Álvaro: Creo que no hace falta decir que va a quedar entre tú y yo, ¿verdad? - le sonríe de manera confiable mientras la pequeña saca los vasos del electrodoméstico y les añade Cola Cao y azúcar. -
Nerea: - afirma con la cabeza y toma asiento frente a él tendiéndole su bebida. - No sé ni por dónde empezar. - bufa. - Digamos que en verano conocí a alguien, y me pillé por esa persona, nos liamos algunas veces y tal, incluso parecía que podía ser algo serio, pero luego me enteré de que tenía novia. Por casualidades de la vida vamos al mismo instituto, y fingió durante semanas que no me conocía mientras seguía con la chica esa. Su grupo de amigos y el mío se pusieron de acuerdo para salir de fiesta una noche, todo iba bien hasta que salimos de la discoteca, un tío intentó pasarse conmigo, y él me defendió, pero no por eso caí a sus pies, lógicamente. - pese a que sólo la luz de la luna a través de la ventana los alumbraba, se percató de que el rostro del merengue se tensó al escuchar que habían intentado abusar de ella. Nerea era su hermana pequeña y le mataba el echo de que quisieran hacerle daño, si algo le pasara perdería la cordura. - Antes de que eso pasara conocí a otro chico, empezamos como amigos y tal hasta que un día me besó y me dijo que le gustaba, así que decidimos intentarlo, por lo que ahora tengo novio. El problema es que después de que empezara con ese chico, el otro se disculpó y tal. Todo iba bien hasta que discutimos y después de la discusión se me declaró. Lo que salió de mi boca no fue precisamente nada bonito, y aunque haya sido un cabrón yo me pasé con lo que le dije, por lo que hoy antes de coger el vuelo fui a su casa para hacer las paces, decidimos ir a dar un paseo, una cosa llegó a la otra y puede que me besara y que yo se lo haya seguido y devuelto. Y puede también que no me arrepienta de haberlo hecho. - resume avergonzada alternando la vista entre Álvaro y la taza. Hablando extremadamente rápido en cuanto mencionó el beso.-
Álvaro: Joder. - parpadea asombrado.-
Nerea: Se han perdido muchos matices en ese resumen. - apunta jugando con la taza que reposa en sus manos. -
Álvaro: Conclusión, estás más confundida que un koala bebiendo agua en el desierto. - apunta antes de dar un sorbo. -
Nerea: Algo así. - concuerda. - Es que siento que todo lo que le he reprochado al chico que tenía novia lo estoy haciendo yo ahora, y eso no está bien. - bufa. - No quiero hacerle daño a nadie, Alvi. Y siento que haga lo que haga alguien va a salir mal parado. - se sincera. -
Álvaro: ¿Qué sientes por tu novio? - cuestiona. -
Nerea: No lo sé, supongo que me gusta, sino no estaría con él, lógicamente. Nos divertimos mucho y es una persona muy agradable.
Álvaro: ¿Le quieres? - continúa con el improvisado interrogatorio. -
Nerea: Querer es una palabra muy fuerte, y creo que aún no estoy en ese punto. - confiesa. -
Álvaro: ¿Y qué me dices de Eric? - la morena palicede al escuchar su nombre. ¿Cómo sabía que se trataba de él?-
Nerea: ¿Cuándo he dicho yo que sea Eric? - trata de disimular su nerviosismo e ignorar el echo de que parece que el corazón se le va a salir del pecho en cualquier momento. -
Álvaro: Nunca, pero lo intuyo. Estabais siempre juntos en verano. - la chica enmarca una ceja en busca de una respuesta más completa. - Y puede que os viera el último día en la playa mientras os besábais. - sonríe inocente. - No sabes el esfuerzo que hice por no acercarme y pegarle un guantazo por tocar a mi hermanita. Pero nos vamos del tema. - sacude levemente la cabeza. - Responde a mi pregunta.
Nerea: No lo sé... - admite. - Es un chico muy guapo, divertido, siento que puedo hablar con él de cualquier cosa durante horas. Todo era perfecto cuando estábamos en Donosti pero no sé si puedo confiar en él, no después de todas las mentiras. Es verdad que la gente cambia, pero... ¿Y si es a peor? - comenta cabizbaja. -
Álvaro: Bueno, eso nunca se sabe, depende de la persona. Pero creo que no deberías estar con alguien cuando piensas en otro, no es justo para ninguno de los tres. - explica. -
Nerea: ¿Estás sugiriendo que deje a Alex? - intuye mirando a su hermano. -
Álvaro: Dejarlo quizás no, pero si que deberías ser sincera con él, con ellos. Decirles que estás confundida y que necesitas tiempo. - propone. - Es lo que haría yo, pero es tu vida, yo puedo darte mi punto de vista, pero al final la que decide y tiene la última palabra, eres tú. Escucha a tu corazón.
Nerea: ¿Y si mi corazón me dice que Alex es una persona increíble y que debería seguir con él, pero que también sigo sintiendo cosas por Eric y debería darle otra oportunidad? - solloza ligeramente. - ¿Con quién debería estar? ¿Cómo lo descubro?
Álvaro: A eso sólo lo puedes responder tú. Te pueden atraer dos personas, pero al final siempre hay una que de una forma u otra, con pequeñas cosas, te completa y te hace sentir diferente. - responde mientras toma la mano de la donostiarra y la acaricia sobre la mesa con el pulgar. -
Nerea: Gracias. - le mira a los ojos. -
Álvaro: No las des. No te voy a mentir, me ha sorprendido todo lo que me has contado, hubiera esperado cualquier otra cosa menos eso, pero muy a mi pesar estás creciendo. Supongo que aún te veo como esa niña pequeña que se colaba en mi cuarto en las noches de tormenta para que la protegiera. Pero no es así, ya eres toda una mujer y aún estoy haciéndome a la idea. Eres y siempre serás mi hermanita, aunque tengas treinta años seguirás siendo mi pequeña. - sonríe enternecido, ¿en qué momento había crecido tanto? Álvaro no dejaba de preguntárselo a sí mismo. -
Nerea: Tienes razón, he crecido y puede que ya no me den miedo las tormentas o la oscuridad, pero aún así siempre voy a necesitar a mi hermano mayor. Estoy muy orgullosa de ti, tanto profesional como personalmente. Aposté por ti desde el primer momento y fue lo mejor que pude haber hecho. - se sincera. -
Álvaro: Yo si que estoy orgulloso de ti. Te quiero Nerea.
Nerea: Te quiero Álvaro. - se levanta de la silla para darle un fuerte abrazo que es correspondido de inmediato, recibiendo varios besos en la cabeza propiciados por el futbolista. -






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¡Hola! Siento haberme retrasado un día con el capítulo pero me ha tocado semana de cumpleaños, además que ahora que se acerca la vuelta a clases e intentado acabar de exprimir el verano y disfrutar, lógicamente respetando las medidas de seguridad. No he parado 🤦🏽‍♀️😬
Parece que el corazón de Nerea le dice dos cosas totalmente contrarias, ¿Alguna vez os habéis visto en una situación así? ¿Qué creéis que pasará ahora? Os leo.
Mucha suerte en el curso que empieza dentro de nada y cuidaos.
¡Besos!
🥰❤️

Eclipse ~ Eric Ruiz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora