Capítulo 22

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Con el transcurso de los minutos, el sudor y el cansancio se iba haciendo cada vez más presente en los cuerpos de las tres chicas. Por lo que, con la intención de darse un pequeño respiro se dirigen a la improvisada mesa del jardín cuya superficie cada vez escasea más. Allí, en pié las aguardan el dúo, Marcos y Joe.
Joe: Se os ve agotadillas, eh. - ríe. -
Nerea: Puede ser... - responde sonriente. -
Marcos: Pues habrá que recargar las energías. - comenta mientras coge 5 pequeños vasos y los llena de dos bebidas, una alcohólica sin aparente color, y otra azul, la ha visto alguna vez en algún supermercado, cree que es un zumo de frutas tropicales, no obstante, no está del todo segura. - ¡Ronda de chupitos! - anuncia una vez ha finalizado. -
Todos se acercan inmediatamente a para coger la aquella mezcla, bueno, todos menos Nerea, quién parece estar meditándolo. Sacude la cabeza y se lanza a por el último vaso que queda sobre el plástico duro.
Daniela: ¡Arriba, abajo, al centro y pa' dentro! - exclama mientras todos imitan sus movimientos hasta que finalmente beben de un solo trago el contenido sin pensarlo. -
El líquido quema su garganta, le escuece. Inevitablemente una exagerada mueca se instala en su rostro, causando que todos los allí presentes, es decir, Danna, Pau, Joe y Marcos, rían levemente.
Paula: Es la primera vez que bebes alcohol, ¿verdad? - cuestiona acariciando su hombro, a lo que la castaña asiente. -
Daniela: Pues déjame decirte que has entrado por la puerta grande. - ríe. - No todo el mundo se inicia con vodka. - añade. - Lo suyo es empezar por el Malibú piña o el ron. Pero bueno ya lo sabes para la próxima.
Busca rápidamente cualquier alimento, necesita algo sólido. Por lo que ha visto en las películas y también leído en alguna revista, el alcohol afecta menos cuando tienes algo de comida en el estómago. Divisa un cuenco con lo que parecen ser patatas de bolsa, por lo que coge un puñado y se lo lleva a la boca de a poco, intentando mantener las formas.
Joe: Eso es, muy bien novata. Si vas a beber más a lo largo de la noche, lo mejor es que comas. - sonríe mientras le pasa un brazo por los hombros. -
Los minutos corren con cierta rapidez, mientras bailan, charlan beben y comen. Las risas no cesan, no pensó que se divertiría tanto esta noche, pero como es evidente, no estaba en lo cierto.
Carles: ¡Ey tíos! - se acerca su amigo, a quien había saludado hace un rato. - Vamos a jugar a verdad o atrevimiento, ¿Os apuntáis? - propone. -
Nerea: ¿Pero eso no es un juego para niños? - duda frunciendo el ceño. -
Carles: De la forma en que jugamos nosotros no. - ríe. -
Finalmente, los cinco aceptan y guiados por el pelinegro se dirigen a una zona del jardín algo apartada de la fiesta. Allí se encuentra un grupo que roza las 10 personas, la gran mayoría chicos, entre ellos divisa dos rostros conocidos. No hace falta ser muy inteligente para percatarse de quienes son. La vasca se sienta en medio de Joel, quien la recibe con un abrazo algo extraño debido a la posición en la que ambos se encuentran, y Danna. Quedando así justo enfrente de cierto castaño apasionado del fútbol y del FCBarcelona. Quien no le quita el ojo de encima.
Una vez todos están cómodos comienza el juego. Giran una botella de ron, que como dato he de decir que está llena, y aguardan a que esta se pare. Una vez lo ha hecho apunta a Carles.
X: ¿Verdad o reto? - pregunta un chico moreno, cuyo nombre desconoce. -
Carles: Verdad.
X2: ¿Quién de los que estamos aquí, te pone más? - continúa esta vez una chica rubia. -
Carles: Daniela. - responde manteniendo su mirada en ella, quién lejos de avergonzarse, sonríe con superior y le manda un beso volado seguido de un guiño de ojo. -
El juego continúa y ahora es el turno de la donostiarra.
Paula: Nere, ¿Verdad o reto?
Nerea: Reto. - responde algo decidida.-
X3: Tienes que liarte con Eric durante dos minutos. - ordena señalando al chico y alzando ambas cejas burlonamente.-
Daniela: Ey, no te pases. - amenaza. - Es la primera vez que le toca, ponerle algo más sencillo esta vez. - trata de defenderla, pero es demasiado tarde. -
La castaña toma la botella del centro, la abre para posteriormente llevarla a su boca y darle un largo trago bajo la atenta mirada de todos, pero en especial de cierto adolescentes, quienes se encuentran sorprendidos a la par que confundidos. El líquido vuelve a quemar su garganta, pero no le es molesto, todo lo contrario, parece necesitar más, no se sacia, cuando en el interior quedan casi tres cuartos del líquido que había al principio, se levanta con tranquilidad y se sitúa frente al culé. Quien la mira incrédulo. Se sienta en su regazo, posando la vista en sus ojos, roza sus narices lentamente y cuando menos lo espera el chico, ataca. De fondo se escucha como alguno de los presentes grita "Que alguien lo cronometre". Pero los dos adolescentes no se percatan de ellos, pues están muy ocupados. La castaña acaricia sus mejillas, y él coloca sus manos alrededor de la cintura de esta. En ese momento, una oleada de recuerdos le invade, no sabe si es el alcohol que hay en su organismo, el cual cabe destacar que es poco, pues sólo ha tomado un chupito y parte de la botellas hace escasos segundos, pero lejos de hacerla llorar, besa al chico con más ganas, introduciendo también su lengua sin pedirle permiso alguno.
X: ¡Tiempo! - grita. -
Despacio separan sus bocas, y antes de que la adolescente se levante para volver a su asiento, le giña el ojo derecho al catalán, que como ella, tiene los labios rojos e hinchados.
Los minutos transcurren y los adolescentes vuelven a disolverse.
Daniela: ¿Estás bien? - cuestiona con ápice de preocupación tocándole el rostro con suavidad. A lo que la chica asiente levemente. - Por favor no vuelvas a beber tanto de una vez, no es bueno. - añade haciendo referencia a lo que había pasado hace casi una hora. -
Tanto la pelirroja como la toledana están pendientes de su nueva amiga, pues no quieren que le pase nada. Charlan sobre cualquier tontería, cómo siempre hacen desde hace una semana, esta vez el tema principal es "el supuesto monstruo que vive bajo la cama de Paula y le roba los calcetines". No obstante, Nerea deja de prestar atención cuando divisa a pocos metros a cierto chico, al cual justo en ese momento le han tirado una vaso encima, manchando de esta forma su camiseta. Se encamina al interior. Solo.
Nerea: Chicas, voy al baño. Ahora vuelvo. - se excusa. -
Paula: ¿Te acompañamos?
Nerea: No, no os preocupéis. - responde rápidamente para ir tras el castaño. -
Una vez dentro, sube las escaleras y gira a la derecha, siendo testigo de cómo una de las puertas acaba de cerrarse, por lo que apresura el paso. La abre con sumo cuidado, encontrándose al adolescente de espaldas, careciendo de tela en la parte superior de su cuerpo. Nota que le observan, por lo que se gira, sorprendido de encontrase a ella allí, quien no quita su vista de él mientras se muerde levemente el labio.
Eric: ¿Qué haces aquí? - pregunta extrañado. La chica empuja la puerta dándoles intimidad. -
Nerea: Pensé que igual querías rematar la faena. - responde haciendo referencia a lo que había sucedido en el juego mientras se acerca lentamente a la vez que desabrocha algunos botones de su camisa, dejando ver parte de el sostén negro que ha ocupado ese día. Le acaricia levemente su torso al descubierto, con la intención de provocarle. - Relájate. - añade con tono seductor. -
Se puede respirar lujuria y deseo en el ambiente. Se aproxima a su boca con lentitud, cual león que quiere cazar a su presa, posa sus labios sobre los suyos, los mueve despacio, sensualmente. El chico no se opone, todo lo contrario, se deja llevar, intentando coger el ritmo de la chica. Quien lo hace caminar hacia atrás de espaldas, lo lanza sobre la cama una vez la distancia es segura y no hay riesgo de que toque el suelo. Se sienta a horcajadas sobre él acariciando su nuca.
Eric: Espera... - susurra cuando los besos de la donostiarra han bajado a su cuello. - Esto está mal... - continúa mientras la chica sigue haciendo caso omiso a sus palabras. - Estás borracha... - insiste entrecortado. - Y no quiero que hagas algo de lo que te puedas arrepentir. - finaliza manteniendo la agitación, igual que desde que ha empezado a hablar. -
Nerea: No estoy borracha. - susurra en su oreja. - Se perfectamente lo que estoy haciendo. - añade. Y era cierto, el alcohol había hecho efecto en su organismo, pero no como todos esperaban después del enorme trago que le había dado a la botella de ron. Era plenamente consciente de lo que estaba pasando. -
Aquello pareció convercer al castaño, que poco a poco se fue destensando llevando sus manos a las nalgas de la chica, la cuales apretó con fuerza. Consiguiendo que esta jadease en su boca, acelerando aún más al chico, que ahora la besaba con desenfreno. Sus lenguas parecían estar en una guerra de titanes, ninguna estaba dispuesta a perder o rendirse. Nerea notó un bulto sobre su intimidad, definitivamente el amiguito de Eric se había despertado. Este, antes de que ella reaccionase, le arrancó, literalmente, la blusa. Debido a la fuerza que empleó todos los botones que quedaban atados, se soltaron a la vez. Dejando de esta forma el bonito, o al menos para él, pecho de la chica a la vista, sólo cubierto por una fina tela de encaje negra. Pasó de su labios al cuello y de este a la clavícula dejando besos mojados y mordidas allí por donde pasaba, hasta llegar al sostén, donde apretó uno de sus senos mientras se ocupaba del otro jugando con él y sus dientes por encima del tejido. Acalorando aún más a la chica que sólo echaba la cabeza hacia atrás a la vez que empujaba de la nuca al culé para que no parase, sintiendo una enorme oleada de placer venirse encima de ella. Se movió sobre él y cuando sintieron sus sexos rozarse con las prendas inferiores de por medio dejaron escapar un escándaloso gemido a la vez, de tal magnitud que si no fuese por el ruido de la fiesta que había en aquellos momentos, cualquiera que hubiese estado en el pasillo o en las habitaciones contiguas hubiera escuchado. Se levantó cautelosa y con suma lentitud desabrochó y bajó el pantalón del castaño, dejando ver su más que evidente erección. Se volvió a montar sobre él, estaba vez acostándolo por completo y colocando sus manos a los laterales de la cabeza, para posteriormente repetir la acción del chico y repartir besos por todo su cuerpo, pero al llegar al elástico del bóxer se detuvo, por lo que él gruñó expresando que claramente quería que siguiese. Se volvió a poner en pié. Él la observaba aún recostado sobre la cama mordiendo su labio, a lo que la chica le imitó escaneando su cuerpo, sin dejar un sólo rincón por mirar. Se llevó las manos al pantalón con sensualidad, y desabrochó el botón de este, lista para bajarlo. Eric la miraba con lujuria, expresando el deseo que se había apoderado de él. Quería descubrir de una vez por todas su ropa interior al completo. Las ganas de tocar su cuerpo y unirlos, que sean uno le podían. No aguantaba más, lo necesitaba. La necesitaba. Necesitaba estar dentro ella.
Nerea: Oye, ¿Sabes qué? Se me han quitado las ganas. - comentó subiendo la cremallera y colocándose bien la parte inferior. -
Eric: ¿Estás de coña, no? - la miró incrédulo a la par que agitado por el fuego que había encendido en su interior. - ¿Me explicas que hago yo ahora con este calentón? - señaló su miembro. -
Nerea: Pues no sé...-fingió pensar. - ¿Porqué no llamas a Marina y le dices que te lo quite? - sonrío cínica y burlona mientras abrochaba los botones de su blusa para posteriormente abrir la puerta y salir de la habitación. -
No sabía si era fruto del, aunque poco, alcohol que había ingerido o de esa extraña sensación de libertad que experimentó cuando llegó a la fiesta, pero esa noche había traicionado su filosofía de vida, había cobrado una pequeña venganza por el daño que le ocasionó y no se arrepentía de ello. Al menos no esa noche.
Caminaba en dirección a sus amigas, porque sí, empezaba a considerarlas como tal, mientras se limpiaba los restos de labial que habían quedado en su boca, se retocaba el pelo y acababa de acomodar alguna prenda.
Daniela: Joder tía, si que has tardado. Íbamos ya a buscarte. - suspira al ver aparecer a la vasca. -
Nerea: Perdonad, es que dos tíos estaban liándose en el baño, he tenido que buscar otro y me he perdido. - se excusa. -
Paula: No te preocupes. - sonríe. - Son pasadas la una, ¿Buscamos a los chicos y no vamos? - ambas parecen estar de acuerdo, así que hacen caso a sus palabras. -
Cuando dan con los dos, se dirigen a la salida, justo antes de desaparecer por el umbral de la puerta, una voz llama la atención de los adolescentes, son Carles y Joel, quienes van a despedir a la castaña con un abrazo, realmente adora a esos chicos. Cuando se separan es capaz de distinguir al fondo una figura masculina. Nerea clava levemente los dientes en su labio inferior, ahogando una carcajada y rueda los ojos con diversión al ver que el culé parece tener ciertos problemas para andar y la mira fijamente desde varios metros de distancia.







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¡Hola! El capítulo anterior llegó rápidamente a los 15 votos, así que como lo prometido es deuda, aquí os dejo el primero de los dos capítulos de la semana. En cuanto al segundo, puede que lo suba un día más tarde de la semana, es decir, el jueves, no sé si me he explicado bien. Y es que no sé si las circunstancias personales por las que estoy atravesando me permitirán subirlo antes, espero que lo entendáis.
Decirme qué os parecido el capítulo, si lo esperabais y demás. Ya sabéis que os leo, de hecho me encanta hacerlo y responderos.
¡Un beso y cuidaos!
🥰❤️

Eclipse ~ Eric Ruiz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora