Nerea: Espera, nos da el sol de frente. - apunta tratando de buscar la posición ideal. -
Eric: Pero es que no se va a ver la playa. - comenta mientras continúa moviéndose.- Espera, tengo una idea. - añade. - Disculpe, ¿puede hacernos una foto? - le pregunta a una pareja de ancianos que pasa junto a ellos. -
Nerea: ¡Qué buena idea! ¿Cómo no se me había ocurrido antes? - ironiza cuando su acompañante le tiende el móvil a la señora. -
Eric: Es que mi mente es superior a la tuya. Por si no te habías dado cuenta. - vacila caminando hacia atrás para posar. - Muchas gracias. - añade cuando la foto ha sido tomada. -
Los jóvenes la observan, en ella puede verse a ambos abrazados con la Playa de la Concha, la cual es muy conocida en el lugar, de fondo. Ambos sonríen, ha quedado genial. Está claro que los rayos de sol mañaneros les han favorecido para crear un recuerdo físico plagado de sombras de tonalidades cálidas de fondo que embellecen aún más si es posible el paiseje.
Habían pasado varios días desde aquel incidente en el bosque. El cuál había servido para volver a unir a dichos adolescentes. Después de este volvieron a disfrutar de la compañía del otro, pero a partir de entonces, de una manera distinta, más romántica, aunque claro está, tenían que guardar la compostura en muchas ocasiones, no sólo delante de sus familiares, también en presencia de Iker, Mikel y Julen, con los que hacían planes casi a diario. Nerea lo tenía claro, el hecho de que el catalán estuviera allí durante ese verano, no iba a hacer que cambiara su comportamiento y relación con sus únicos amigos, además de Luna.
Hoy, aprovechando el viaje de los progenitores de la chica, habían decidido hacer turismo por San Sebastián, como habían acordado en los primeros días de estancia del chico. Abril también había asistido, pero no se encontraba con ellos, pues aprovechó la excusa para ver a el que probablemente sea el pretendiente más serio que ha tenido en dieciséis años. ¿Os acordáis de Santi? Sí, el chico de la fiesta. Pues al parecer el sentimiento de la mayor de la mellizas y el suyo eran recíprocos, esto era lo más cerca que su hermana había estado de tener algo serio con alguien, cosa que a Nerea le sorprendía pero también le alegraba muchísima.
Pasaron la mañana paseando, ella trataba de mostrarle los lugares de mayor relevancia y atracción turística, mientras le comentaba algún que otro dato curioso sobre dichos lugares. Hablaba con emoción, mientras miraba todos y cada uno de los rincones, algo que no pasó desapercibido para el catalán que lo encontraba de lo más adorable. Estar lejos de tu ciudad natal durante tanto tiempo no debe ser fácil.
Eric: ¿Segura? - cuestionó. -
Nerea: ¡Que sí! Es uno de mis favoritos. ¿Es que no te fías de mí? - apuntó formando un puchero, a lo que el castaño apartó un mechón de su cabellera, y dejó un dulce beso en sus labios. -
Eric: Está bien. Pide los que quieras, seguro que están buenos. - respondió sin estar del todo convencido. -
Nerea: No suenas muy convincente. - rió para luego anunciar al camarero el pedido. -
En cuestión de minutos, la pareja estaba disfrutando de los deliciosos pintxos que ofrecía el local y que eran muy conocidos en País Vasco, que presumía de tener los mejores, algo que nadie discutía y Eric no iba a ser la excepción.
Mientras, conversaban sobre cualquier tontería que se les cruzaba por la cabeza.
Eric: Tenías razón. - admitió una vez volvieron a salir la calle, ya con el estómago lleno y dados de la mano. -
La tarde transcurrió de la misma forma que la mañana.Días después...
La vasca sale de su habitación, apenas da dos pasos y se encuentra frente a la puerta, la cuál está cerrada. Tras dos golpes secos en la madera y escuchar un "adelante" se adentra en el dormitorio de los hermanos Ruiz. Los cuales están sacando sus pertenencias de los armarios y cajones para colocarlas dentro de las maletas situadas sobre las camas.
Nerea: Hola. - saluda con una media sonrisa. -
Xbuyer: Hola.-responde alegre. - Yo os dejo solos, tengo ayudar a la mama en una cosa. - añade para luego salir del lugar y cerrar tras de sí. -
Nerea está segura de que el mayor de los hermanos se hace a la idea o es conocedor de la relación que mantiene con Eric, algo que no le molesta en absoluto. Desde que estaba en Barcelona se percató de la gran conexión que tienen, por ese entonces apenas había hablado con él, a excepción de una noche, en la que lo conoció, sin embargo le bastó con escuchar al otro catalán hablar de este. La forma en que le brillan los ojos, reflejando orgullo, respeto, amor... Están muy unidos, no cabían duda alguna. Cómo ella y Abril, que también era conocedora de toda la historia. Y pasaba alguna que otra noche en vela para aconsejar a su melliza. Estaba claro que aquellos dos adolescentes, eran el claro ejemplo de que no todos los hermanos se llevan como el perro y el gato, o al menos por creencia popular, al contrario, aunque como todos, tienen sus momentos de peleas y reproches.
Se forma un pequeño silencio, los dos únicos ocupantes del lugar se miran fijamente a los ojos, ninguno dice nada. Aún no han sido capaces de asimilar que en cuestión de horas volverán a estar completamente separados por miles de kilómetros. Se niegan a ello. Tras varios minutos el catalán se acerca rápidamente a la chica y la toma por la cintura, esta pasa sus manos alrededor de los hombros de él para luego unirse en un beso desperado. Cuando el oxígeno se acaba, se ven obligados a separarse muy al pesar de ambos. Aún en la misma posición la castaña esconde la cabeza en el cuello del chico para comenzar a llorar allí, soltando las lágrimas que ha contenido desde que entró a la habitación y vio el panorama, desde luego que pocas precisamente, no son. El culé tampoco es de acero, y algunas de éstas se escapan de sus ojos mientras acaricia la melena de ella.
¡Qué irónico! ¿Verdad? Está tratando de recomponerla, de arreglarla, cuando él también está roto por dentro. Trata de reconstruir a ambos, pese a que es extremadamente complicado. Pero al fin y al cabo de eso se trata el amor. ¿No? De reparar algo que está en tu mismo estado, pero que te dé igual por ver esa sonrisa. Aunque a veces, por mucho esfuerzo que hagas no es suficiente, ni en el momento, ni nunca lo será.
Llevan en la misma posición bastante tiempo, se separan lentamente, no les quedan lágrimas, o eso es lo que creen.
Eric: ¿Me ayudas a hacer la maleta? - pregunta mirándola. -
Ella asiente, no es capaz de articular palabra alguna, porque es totalmente consciente de que si lo hace las lágrimas volverán a apoderarse de ella y se niega rotundamente.
En silencio proceden a guardar las pertenencias del chico, y una vez han acabado deciden dar el que será su último paseo en mucho tiempo o eso quieren creer, tratan de autoconvencerse , aunque quizás ya no haya ninguno más.
El agua moja sus pies, y la arena se cuela entre los dedos mientras caminan tomados de la mano. Quedan 2 horas, 120 minutos para que ambas familias partan al aeropuerto pero con destinos diferentes. La mitad a la capital, la otra a Barcelona, Cataluña. Pero ahora, por más que les cueste no quieren pensar en ello. Se niegan a actuar como si ya se hubiesen separado cuando aún siguen juntos.
Eric: Nunca voy a olvidar este verano. - comenta mientras mantiene su vista puesta en el horizonte. -
Nerea: Yo tampoco. - admite con una sonrisa triste. -
Saben que ha llegado el momento menos esperado y más odiado por ambos, son conscientes. Es hora de despedirse, pues delante de sus familias no podrán hacerlo como les gustaría.
Para algunos sonará muy exagerado. ¿Quién no ha tenido el típico amor de verano? Pero para ellos no era así , en especial para la vasca, Eric había sido su primer y único amor hasta el momento. Lo que habían vivido había sido intenso, había sido real. O eso es lo que querían creer.
Eric: Te prometo que iré a visitarte lo antes que pueda, y que cuando te vea no te voy a soltar. - la mira con una pequeña sonrisa. -
Nerea: ¿Sabes que lo cursi no te pega nada? - ríe conteniendo las lágrimas para luego girarse hacia él. -
Eric: ¡Ala! - finge indignación. - Ya te has cargado el momento bonito. Con lo bien que me estaba quedando. - responde burlón. -
No hacen falta palabras para definirlo, es imposible. Simplemente unen sus labios sin añadir nada más. Al fin y al cabo una acción vale más que mil palabras.
Una mano en su pecho, y la otra en la nuca para profundizar de esta forma el beso. Las del chico sobre la cintura, aprisionándola entre sus brazos para acercarla más a su cuerpo, aunque para ser honestos es algo completamente imposible.
Un beso repleto de pasión, de todo tipo de sentimientos, incluso de anhelo pese a que siguen juntos. Uno que sabe a la más amarga y triste de las despedidas.//////
¡Hola! ¿Cómo lleváis la cuarentena? Espero que bien, ¡Cada vez queda menos!
Sé que no ha pasado una semana y no tocaba capítulo, pero me apetecía subirlo, luego os contestaré al los comentarios del anterior.
Bueno, aquí os dejo el capítulo, así que ya sabéis, comentad que os ha parecido, que me encanta leeros y también qué creéis que va a pasar ahora.
Cuidaos y no salgáis de casa🥰❤️
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Eclipse ~ Eric Ruiz
FanfictionEsta es una historia sobre Eric Ruiz, más conocido como Minibuyer. Espero que acompañeis a nuestros protagonistas durante esta historia. Votar y comentar vuestra opinión sobre la novela,pero siempre de forma constructiva,si hay comentarios negativos...