Capítulo 39

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Habían pasado seis días. Ciento cuarenta y cuatro horas desde que la chica de la sonrisa bonita y ojos profundos había entrado en coma. Los más allegados a ella estaban consternados, aún eran incapaces de asimilar que la donostiarra tuviera que pasar por aquella situación. No lo merecía en absoluto, siempre estaba dispuesta a arrimar el hombro en lo que hiciese falta, además de que ofrecía los mejores abrazos del mundo para muchos, de esos que te curan cualquier mal, que hacen que olvides todo lo que te rodea. Tan pura de corazón tan bonito, que sacrificó su propia vida con tal de salvar la de una niña, un alma inocente. Lo que todos desconocían es que detrás de ese acto heroico para algunos, pero extremadamente estúpido para otros, era que uno de los motivos por los que se había usado a sí misma como escudo humano, había sido que la rubia, de una forma u otra, le recordó a su hermano pequeño, Dani. Era su doble pero en el sexo opuesto, tan parecidos que podrían hacerse pasar por gemelos y nadie dudaría de aquello.
Eran tiempos difíciles, cada día que pasaba mataba una esperanza de que despertase. Seguía en estado crítico, pero pese a ello ya se podía acceder a la habitación. Algunos días la visita duraba más, pero de nada servía, pues eso solo pasaba cuando los médicos notaban avances en la adolescente. Avances que se desvanecian cuando al día siguiente llegaban malas noticias y se hablaba del empeoramiento de su salud.
Pero todos debían seguir con sus vidas por mucho que les costase. Amaya, Pedro y Pablo, volvieron al trabajo, este último vía online, no quería irse de Barcelona y abandonar, por decirlo de alguna forma, a la pequeña, al igual que Álvaro, quien mantuvo una reunión con su representante y ambos clubes, tanto el merengue como el húngaro, expuso su situación actual y aceptaron sin oposición alguna que su cesión se postergara por tiempo indefinido. Abril y Eric continuaron sus estudios, les era extraño no verla a diario, ya sea en el salón comiendo pipas con sal, snack que adoraba aunque luego se quejase de que tenían los labios resecos, o bien en la entrada de el instituto con su habitual sonrisa pese a las tempranas horas en que daban comienzo las clases.
Para Daniela también había sido un golpe bajo, frecuentaba a diario aquella habitación de hospital. Se sentaba junto a la donostiarra y era la encargada de contarle lo que había sucedido durante el día, además de todos los cotilleos del instituto.

Se remueve en el sillón, incómodo debido al largo tiempo que lleva allí. Bosteza y estira su cuerpo con movimientos extraños sin levantarse.
Abril: Anda pírate. - hace un gesto con la cabeza cuando el chico se gira para mirarla. Está apoyada en el marco de la puerta. -
Eric: Hola a ti también. - responde mientras la menor de las mellizas se acerca. -
Abril: Hablo enserio, Ruiz. - advierte. - Me ha contado un pajarito que has pasado la noche con ella y has faltado a clase. Así que ve a casa a descansar. - ordena mientras deja su mochila en el suelo y se sienta a su lado. -
Eric: Da igual, no estoy cansado. Así que no me voy a ir. - miente, pues lo cierto es que ya se ha tomado dos ibuprofenos para aguantar el dolor, aunque el medicamento de momento no le ha hecho mucho efecto. -
Abril: Tu no te has mirado al espejo. ¿Verdad? - enmarca una ceja a lo que el culé la observa confundido. - Tienes unas ojeras enormes, más grandes que tu ego, creo que con eso te lo digo todo. - aclara. Los dos adolescentes ríen levemente ante la última parte de la frase. - Te quiero pedir perdón. - comenta una vez las risas han cesado. -
Eric: ¿Puedo saber porqué? - frunce el ceño. -
Abril: Por cómo me he comportado contigo los últimos meses. - aclara con la mirada perdida en algún punto de la habitación. - ¿Sabes? Nerea y yo hemos sido uña y carne desde siempre. Inseparables. Cuando éramos pequeñas nos encantaba ver Liv y Maddie, la serie de Disney Channel, no sé si la conoces, pero las protagonistas son unas gemelas que son totalmente opuestas. En uno de los capítulos dijeron "Hermanas por casualidad, mejores amigas por elección.", desde ese día se volvió nuestro lema. Cuando alguien se metía conmigo siempre me defendía, recuerdo que una vez, en segundo de primaria acabamos en secretaría porque se pegó unas niñas que me habían insultado, sí Nerea se lió a ostias, increíble, ¿Verdad? - sonríe ante aquel recuerdo, acto que imita su acompañante incapaz de imaginarse a aquella chica en una pelea.- A lo que voy es a que es la persona más importante de mi vida, incluso por encima de nuestros padres, aunque choquemos mucho y discutamos mil veces, es la única que nunca me ha dejado tirada ni me ha fallado. Por eso, cuando le hiciste daño y la engañaste, la cogí contigo, porque me mataba verla sufriendo por un gilipollas, con perdón. - hace una pequeña pausa. - Pero estos días me he dado cuenta de que estaba equivocada. Tanto tú como tu familia habéis estado apoyándonos en estos momentos tan difíciles, y eso es algo que no hace cualquiera. Aunque para ser sincera creo que lo que más me ha sorprendido ha sido tu actitud. Cuando te enteraste de que había desaparecido viniste corriendo a casa e hiciste lo imposible por encontrarla, cuando la trasladaron a este hospital también, y no te has separado de en ella estos seis días, en ningún momento. Joder tío si es que hasta el puto sillón tiene la forma de tu culo. - carcajea levemente. - A lo que quiero llegar es a que gracias a ti he comprendido que las personas cambian, y que no podemos juzgar a nadie por su pasado, por cosas que hizo hace tiempo, porque no es justo. Todos merecemos una segunda oportunidad. - se sincera. - Igual me paso de bocas, pero siento que debes saber porque mi hermana quería verte el día del atentado. - le mira a los ojos y suelta un pequeño suspiro. - Iba a decirte que quería que os dierais una oportunidad, pero poco a poco, sin prisas. Ella cree que Alex es un buen chico, y es verdad, es un tío cojonudo, pero no hay más que atracción, le gusta y punto. No va más allá del físico. Sin embargo, contigo es diferente, nunca la había visto comportarse de esa forma, parecía otra persona. Si salió con él, parte de la culpa la tenemos Dani y yo, sobretodo yo. La convencimos para que saliera con él porque creímos que así no estaría contigo y te irías de su puta cabeza. Estamos muy arrepentidas, no se puede obligar a nadie a sentir nada, y en cierta forma estábamos haciendo eso. - confiesa. El chico mira el cuerpo de la donostiarra, aún repleto de cables intentando retener las lágrimas. Abril pone una mano en su hombro, consiguiendo la atención de este. - Mi hermana va a salir de esta, y vais a poder estar juntos de una puta vez. Sin que nadie se meta, os mereceis ser felices. - asegura. El catalán hace una media sonrisa sin mostrar los dientes y abraza a la rubia con dificultad pues siguen sentados. -
Eric: Es agua pasada. No tienes porqué pedir perdón, está todo bien. ¿Vale? - acepta sus disculpas y de una vez por todas entierran el hacha de guerra. -







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¡Hola!
Capítulo corto, lo sé. Lo siento pero ya he empezado las clases y estoy hasta arriba de tarea, trabajos...
Pero aquí os lo traigo. ¿Qué os ha parecido? Os leo ❤️
Espero que hayáis tenido un buen inicio de curso.
Cuidaos mucho.
🥰❤️

Eclipse ~ Eric Ruiz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora