M O O N||

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-Te ves muy bien-fue lo primero que escuchó de Jasper al abrir la puerta para recibirlo.

-Muchas gracias, jazzy- me sonroje un poco.

-Cullen Jasper o Hale, como sea- mi tía salió a recibir también a Jasper.

-Jasper Hale, Señora Maxwell- se presentó Jasper estirando su mano a mi tía.

Mi tía vio su mano- Hale o Cullen, como sea, la quiero aquí antes de las 8:00PM ni un minuto más, ni uno menos, ¿estamos?- mi tía le dijo seria.

-No sé preocupe, aquí estará antes de las 8:00 PM- la vio seriamente- ¿nos vamos? - me miró tierno.

-¡Vámonos!- me despedí de mi tía y tío que no me quería dejar ir.

-Perdón por ese espectáculo de allá, Jasper- lo mire avergonzada.

-No te preocupes por eso, si yo tuviera una sobrina igual de guapa, reaccionaria igual- me sonrió divertido.

-¿Me dijiste guapa?- entre risas  lo miré asombrada.

-Eso mismo dije, señorita- abrió la puerta del copiloto para que entrará- Señorita- hizo una leve inclinación.

-Ohhh que amable, caballero--le sonreí entrando al carro.

-¡REBEKAH!- sentí que gritaron y me abrazaron.

-¡Alice!- le devolví el abrazo.

-¡La vas a matar!- le estaba pegando en la cabeza Rosalie.

-¡¿Y si dejan de gritar?!- nos imitó Jasper, poniendo en marcha el Jeep.

-Es muy bonito este Land Rover- dije viendo fijamente a Jasper que estaba con la mirada perdida en la carretera.

-Lo es, es un Jeep, Land Rover antiguo- me dijo con mucho entusiasmo Rosalie- ¿Sabes de que año es?

-Mmm creo que del año 60, ¿tiene algunos arreglos en el motor verdad?- mire a Rosalie, interesada por la conversa.

-Los tiene- dijo Jasper- es un carro antiguo que compró Emmett hace un año.

-Es nuestro bebé- dijo con ternura Rosalie.

-Yo... Mmm... Yo tengo un porsche amarillo- dijo Alice jugando con sus manos, todos reímos por lo dicho de Alice.

-¿Y a donde vamos?- dije al ver que Jasper se adentraba por el bosque.

-Te mostraremos el bosque- me sonrió de una manera muy tierna Jasper.

-¡Qué bien!- reí nerviosa.

Busqué en mi maleta unas galletas de chocolate que había empacado, soy una mujer precavida ¿okey?.

-Ohhh mira el mounstro comegalletas ha vuelto- rió divertido Jasper.

Rosalie solo podía darse cuenta que su hermano estaba riendo mucho con Rebekah, incluso sin ella querer provocar eso, Rebekah la niña que encontró hace mucho tiempo en el hospital y la vida las había vuelto a juntar.

Aquí estaba esa niña, alegrando la vida de su hermano, con pequeñas acciones, su hermano quería ser feliz por ella, pero es que la humana sólo inspiraba alegría, confianza y ternura que era imposible llegar a odiar a un ser tan puro como ella.

-¿Puedo poner música?- preguntó la joven sacando de sus pensamientos a Rosalie.

-Claro mounstrito- le dijo tierno y divertido Jasper.

- ¿Seguro?- volvió a preguntar un poco más nerviosa.

Alice iba pérdida en su celular, revisando sus redes sociales, con un oído a veces al pendiente de lo que decían y opinaba, pero ahora su atención solo estaba en su celular.

Al igual que Rosalie que estaba hablando por chat con su Emmett que le iba preguntando como iba yendo todo.

No era una mentira que Emmett se preocupaba mucho por su hermano Jasper, después de todo a Jasper lo trataban como el hermano menor de la familia, por ser él, el que recién se adapta a la dieta vegetariana.

Emmett se preocupaba mucho por sus hermanos, por su hermano, por la seguridad y felicidad de él, fuera de esa fachada de chico gracioso se esconde alguien que es capaz de dar su vida por su esposa y familia.

Esme también se encontraba preocupada por sus hijos, por su hijo Jasper, quién se había convertido en su apoyo emocional, se preocupaba por la muy peculiar humana Rebekah, quién no se había aparecido por su dosis de galletas en su casa, pronto tenía que ir.

Jasper se encontraba muy feliz, viendo a su Rebekah, riendo y cantando, Alice la estaba grabando y a veces Rosalie apartaba la mirada de su celular para ver a Rebekah y reír también.

Jasper se encontraba extasiado de felicidad, la felicidad que sentía en Rebekah, en su Rebekah lo embriagaba, y lo hacía sentir humano, era eso, era su interminable felicidad, lo que le hacía querer estar siempre junto a Rebekah, y sería un mentiroso al afirmar que no tenía miedo, miedo al futuro, miedo al tener que alejarse de Rebekah y su felicidad, porque estaba comenzando a sentir algo pequeño y loco en su ser, algo que movía su corazón muerto, cada vez que pensaba en ella, los sentimientos una vez en la inmortalidad se intensifican y él recién estaba experimentado eso.

Cuando era niño soñaba con la que iba a ser su esposa, y Rebekah es todo eso, todo lo que soñó.

-¿Another one bites the dust?- le sonrió divertida su Rebekah incentivando a que cante con ella.

-¿Te gusta Queen?- pregunté a punto de enamorarme de ella.

-Me encanta Queen- listo ¿donde compró un anillo para casarme con ella?.

-Me encantas tú- susurre viéndola, mis hermanas me vieron tiernas y alarmadas, ellas obvio que escucharon.

-¿Qué?- me miró Rebekah al no haber escuchado.

-Me encanta también Queen- le sonreí divertido.

-¿A quién no? Fueron la mejor banda, son la mejor banda, sus canciones son arte e inspiran a otras bandas, y no sólo bandas, inspiran a solistas- sus ojos brillaron, solo pude sonreír al verla hablar con tanta emoción- perdón cuando me emocionó, suelo hablar demasiado, a este punto deberías callarme ya- sonrió a modo de disculpa avergonzada.

-No te preocupes Darling, es muy tierno eso de tu parte- volví mi mirada a la carretera llena de árboles.

-Jasper necesita alguien igual de habladora que tú en su vida- canturreo mi hermana Alice molestando.

-Ohhh eso es verdad- canturreo también Rose.

-Par de loras, cierren el pico ya- las miré mal, mientras que Rebekah reía avergonzada completamente roja como un tomate.

La miré, y esa imagen quedó grabada en mi mente, sus mejillas rojas cual fresas, sus ojos brillantes, y su sonrisa, ¡sí! Esa imagen quedó grabada en su mente, era su nueva imagen favorita, y agradecía la perfecta memoria de vampiro, para así poder grabar en su imagen cada detalle, cada detalle de ese recuerdo, de su risa, de su sonrisa, que ahora tenía grabado en su mente, y estaría así por un largo tiempo.

¿Estaba bien tener miedo, no? Después de todo, estaba a punto de adentrarse a lo desconocido por esta humana, con esta humana y tenía miedo de hacer algo mal.

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