Chapter | 0 4 |

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Cuando amas verdaderamente, no importa los demonios que pueda arrastrar esta persona, amaras todo eso, amaras hasta el más mínimo detalle, amaras su risa.

Amaras su locura, su tristeza se volverá tu preocupación, su bienestar es una de tus cosas primordiales.

Veo su rostro, neutro, sus ojos inmersos en la lectura, su cabeza levemente recostada en el ventanal, el brillo de su cuerpo por los rayos del sol que se filtraba por el ventanal.

Observó su nariz, su manzana de Adán, su rostro que está perfectamente tallado, sus rizos desordenados que caen por su cara.

Sus brazos levemente tensos, al tener el libro en sus manos.

Observó muchas cosas, pero en realidad lo admiro a él, adoro lo que es.

Sus labios rosados, si, rosados, un rosado muy hermoso, sus labios un poco gruesos y bien definidos.

Quizás sea mi primer amor, quizás sea todo eso, contradigo mis pensamientos, él es y será mi amor, mi único amor.

Que la vida, nunca nos separé, porque yo aunque me ame demasiado, sobreviviría, pero mi ADN, pediría siempre por él.

-Eres perfecto- le dije una vez me acerque a él, acaricie su rostro con cautela, sigo creyendo que es irreal, que quizás termine volviéndome loca, y él es un producto de mi imaginación.

Su cuerpo, que siempre está alerta, se relajo totalmente con mi caricia, eso, exactamente eso, provoca un placer sin explicación en mi cuerpo.

Saber que tengo el poder de hacer muchas cosas, saber que él me ama de la misma manera en que yo lo amo a él.

Sé con certeza alguna, que somos perfectos, con nuestras imperfecciones, en los corazones de otras personas.

Jasper es perfecto para mí, y yo soy perfecta para él.

-Tú lo eres- sus palabras se fundieron en mi mente, enviándome oleadas de sensaciones en mi sistema.

Soy perfecta para él, eso es lo que quería oír, después de tanto tiempo, quería escuchar eso de él.

Seguí acariciando hasta que sentí sus músculos fáciles tensarse, detuve mis caricias observándolo extrañada.

Iba a preguntar que le ocurría, y sólo desapareció, desapareció sin dejar rastro.

-¿Estás bien?- escuché la voz perfecta de su hermana Rosalie, de aquella diosa.

Con duda, y aún mis dedos, que no me había dado cuenta, temblando un poco, giré a verla.

-Eso creo- murmure sin sentimientos a mostrar, en frente de ella.

-Él... - intentó excusarse.

-No lo intentes, por favor- rogué viéndola, con un poco de incomodidad en mi rostro.

Negó simplemente, con la mirada un poco avergonzada, y salió de casa, a la misma dirección de Jasper.

Jasper, ¿qué cambió?

Escuché el ruido de algo rompiéndose, fue tan fuerte que se escuchó por toda la casa, me dirigí con rapidez, encontré a Alice con la mirada aterrada, totalmente perdida.

Nate acariciaba su espalda, pero ella seguía en shock.

Palabras poco entendibles, hasta para los Cullen, salían de su boca.

Edward estaba a un lado de ella en menos de 1 segundo, agarrando sus hombros con nada de delicadeza.

Alice se separó con fuerza, y agilidad del agarre de su hermano, nos vio a todos, su mirada se clavo en mi, me miró con tristeza, sus ojos me miraban misteriosamente, supe que nada iba a ir bien.

M O O N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora