Mi propio infierno |Henry Cavill| +18

4.

Había ya transcurrido unas semanas desde qué había visto a Amber y realmente estaba algo preocupado ya que no respondía mis llamadas y ni si quiera mis mensajes hasta fui a su departamento para saber si estaba ahí pero nadie me abrió, le había mandado un ramo de tulipanes blancas que son sus favoritos y unos chocolates porque se que los ama, pero nada, absolutamente nada ni una respuesta y realmente me estaba preocupando por ella ¿Dónde podría estar?
Y bueno las cosas con Liz por ahora estaban tranquilas, ella no había sacado el tema sobre lo que había ocurrido en mi oficina y me sentía aliviado claro que estaba sorprendido por ello porque nunca imaginé que Liz por desesperación hiciera lo que hizo conmigo ahí. Pero bueno se que solo va hacer una vez y nada más una vez.
Era fin de semana, estaba en la sala de mi casa mirando un partido de fútbol con una cerveza en la mano y a un lado de mi estaba Liz arreglando algunas de sus flores de unos pedidos que le habían echo una de sus amigas, porque si Liz se dedicaba al arreglo de flores para todo tipo de ocasión a pesar de que es raro que alguien mandé flores actualmente, excepto alguien como yo por desesperación, aún así ha tenido éxito la floreria de mi esposa.
A pesar de que estaba mirando la televisión mi cuerpo estaba ahí, pero mis pensamientos estaban puestos en ella. La necesitaba realmente.

-¡Hola tios!-. Grito Paul entrando a la casa.

Liz y yo volteamos a verle y este venía con entusiasmo y era raro que viniera así él era un poco expresivo en ocasiones. Paul se aventó al sofá donde estaba yo y tomo un montón de papas con la mano para luego comenzar a comerlas como animal, eso era jodidamente asqueroso y eso lo había sacado de mi concuño, las ve es que había venido a mi casa y había platos o bolsas de Botanas tenía la maldita costumbre de tomarlas con toda la mano y comerlas como lo hacía su hijo.

-¿Y que mosca te pico cariño?-. Pregunto Liz dejando sus flores a un lado mirando a Paul.

Este nos miro muy alegre y sentándose mejor en el sofá, se limpio las manos que tenía en la ropa, rodé los ojos ante su sucia acción y hablo.

-Pues conocía a una chica hoy en el parque, es muy linda y ¡Wow! Es perfecta, tiene unos ojos hermosos, un cabello largo y castaño oscuro que ¡Dios! Creo que acabo de encontrar el amor de mi vida-. Soltó un suspiro de enamorado.

Paul siempre había sido un enamorado muy pero muy oculto, según palabras de mi cuñada, las únicas dos novias que le conocía y que una vez le conocí se veía que se entusiasmaba mucho y que daba todo por ello, pero lo que si no sabían era el porque terminaba con ellas o ellas con él, Paul prefería mantener su vida oculta y era aceptable, cada quien era libre de como menaje su vida, si la hacía pública o privada y el tiempo que se ha quedado con nosotros digamos que era por ahira la única figura masculina que tenía cerca y cuando venía hablar conmigo lo escuchaba con atención y trataba de decirle lo necesario, en cambio Liz le insistía en que no se cerrará y que expresará sus emociones y que no tuviera miedo de abrirse con sus padres.

-¡Vaya cariño que gustó! ¿Y cuando saldrás con ella? -. Pregunto Liz sonriendo como una madre orgullosa de que su cría esté avanzando.

Mire a Paul y le di unos golpes amistosos en su brazo de forma amistosa.

-Estoy feliz por ti muchacho, espero conocerla pronto-.

-¡Esa es la mejor parte de todo! Y quería saber tío, tía , si, podía hacer una fiesta por mi cumpleaños...-.

Liz y yo nos miramos por unos segundos y la verdad es que yo no quería opinar en algo que conllevará al hijo de mi cuñada y sobrino de mi esposa, ella debí tomar una decisión. Tomé un poco de aire y espere a que Liz dijera algo, pero ella seguía mirándome como esperando una respuesta de mi parte.

-Claro que si cielo, no hay problema-. Por fin contesto Liz

Paul sonrió ante el permiso que mi esposa le dio y siguió contándonos sobre la chica de como la conoció me hizo recordar cómo conocí a Amber, fue una cosa anticuada pero lo agradecía porque la conocí y ahí fue cuando note que mi vida iba a cambiar para siempre.