23.

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El día estaba algo nublado, el aire era fresco por la noche había estaba lloviendo de forma lenta y casi silenciosa, aun seguía yo en Pittsburg luego de que hablara con Nora y que me dijera que tenia que encontrar una solución para la situación en la que estaba y se que el darle vueltas a todo esto no me servía del todo porque era una vuelta tras otra y no me ayudaba en nada, había recibido también llamadas de Liz pero me había negado del todo para contestar.

Solté un leve suspiro y volví la mirada hacia la habitación en la que me encontraba. 

-Señor Cavill-. Me llamo la señorita-. El doctor Wells esta listo para recibirlo-. 

Sonreí ante la amable señorita y camine hacia la habitación donde me esperaba el doctor Wells, al entrar ahí mire todo a mi alrededor, era un lugar bastante cálido, todo era en colores marrones, cafés y un toque de blanco en algunas partes de dicho lugar, había dos sillones una era individual y uno era largo de color café chocolate de cuero, uno estaba enfrente de otro. Un señor de al menos unos sesenta años estaba ahí parado en un librero viendo...supongo que un titulo de un libro y al notar mi presencia dejo de hacer lo que estaba haciendo. 

-Oh señor Cavill, que tal soy el doctor Prince Wells-. Dijo el estrechando su mano con la mía-. Por favor tome asiento-. 

Y así como lo dijo lo hice, tome asiento en el sofá grande y el detrás de mi tomo asiento en el sillón individual, este doctor se acomodo mejor y tomo una pose muy cómoda en su lugar y yo hice lo mismo, este tomo una libreta y tomo nota. Nunca en mi vida había requerido la ayuda de un psicólogo para poder resolver mis problemas, pero ahora estaba aquí en un consultorio para poder resolver mis maldito problemas morales, nunca había estado de acuerdo en ir a un lugar de estos para contar lo que te pasaba en tu vida cotidiana a un desconocido y que este te diera su opinión sobre lo que le habías contado. 

Comencé a frotar mis manos una y otra vez, me encontraba bastante ansioso ante todo esto, tenia miedo, si y mucho y se que este hombre no me haría nada malo ante lo que le fuera a contar, pero me sentía temeroso. 

-Henry, no tienes porque sentirte nervioso, nada malo va a pasar así que relájate un poco y cuéntame que pasa-. Sonrió como un padre que quiere saber que es lo que le ocurre a su hijo y podría decir que eso me calmo un poco. 

Tome un largo trago de aire y me hice hacia atrás en el sofá, suspire y comencé a contarle todo lo que me ocurría ante las dos mujeres que me tenían completamente enamorado pero que mi esposa en muchas ocasiones me podría sacar de quicio como volverme loco de amor por las lindas acciones que ella tenia conmigo, Amber tenia todo lo que me gustaba, tenia una juventud perfectamente en su punto, ella estaba llena de vida y todo lo que hacíamos me hacia sentir joven, me volvía completamente un loco de amor a lo mejor los problemas no faltaban pero algo normal ya que no todo es perfecto en todo su esplendor y que tal vez llego un momento en que ella y yo nos agredimos físicamente, pero nos perdonábamos y nos llenábamos de pasión. El doctor solamente asentí y de vez en cuento me daba una pregunta y yo se la contestaba ya sea de forma cortante o me dejaba ir con toda mi respuesta, en cierto punto aquella confianza que no sentía desde un principio comenzó a crecer un poco más la manera en que se hombre me oía y como me daba de vez en cuando su opinión me agradaba mucho, me sentía realmente escuchado por todo aquello que me estaba pasando. 

-Realmente...no...no sé que hacer estoy como entre la espada y la pared y lo peor de todo es que no se a donde irme, si a la espada o a la pared-. Pase una mano por mi cabello. 

-Entiendo Henry, se que no debe ser nada fácil el poder decidir si quedarte con una mujer que te ha dado los mejores años de su vida o con una mujer que tiene la juventud en todo su esplendor y que además tiene mucho quedar, yo se que no es fácil, pero tienes que encontrar un punto medio ya que tu corazón esta completamente dividido, tus sentimientos están revueltos y ahora estas en una etapa de confusión, mi recomendación es que intentes es ver a las dos entre los pros y los contras y cuando lo hagas decidas quien se va de tu vida-. 

Eso se oía bastante simple para él ya que el no era quien vivía un tormento por completo, pero en cierto punto el tenia algo de razón, tenia que ver quien de ellas debería estar ya definitivamente en mi vida y cual de ella se iría, eso era mi mayor temor el tener que alejarme de las dos. 

-Pero que mierda-. Susurre.

Luego de una hora y media de terapia el me recomendó con unos de sus colegas que se encontraban en Boston y que si necesitaba algo de ayuda fuera con el y que le dijera que venia de parte del doctor Wells claro que él mismo dijo que el hablaría con su colega para que me ayudara y eso se lo agradecía profundamente.

Al llegar a la casa de Nora quien por cierto fue muy amable en darme una copia de la llave de la casa para cuando lo necesitara, entre a la casa y esta estaba algo silenciosa así que eso indicaba que no había nadie o bueno eso creía cuando de pronto comencé a oír algo de quejidos en el piso de arriba, subí corriendo las escaleras. Una vez ahí seguí el ruido de los quejidos hasta el cuarto de baño y abrí la puerta de este donde me encontré a Amber tirada en el piso con la cara metida en el inodoro. 

-Amor-. Dije acercándome a ella para tomar su cabello entre mis manos. 

-¿Pensé que ibas a tardar más?-. Pero al terminar la pregunta volvió a expulsar lo que sea que sea de su boca, eso me dio un poco de asco pero no la iba dejar sola, le sobe la espalda un poco para darle un poco cariño. 

Ella volvió a sacar la cabeza de ahí tomando un pedazo de papel de baño para poder limpiar cualquier residuo de comida vomitada en su boca, la solté y le ayude a ponerse de pie, ella fue al lava manos para poder comenzar a lavar su boca. Al terminar de ella se giro sobre sus talones para mirarme y cruzarse de brazos, se veía algo pálida e incluso preocupada. 

-¿Que ocurrió?-. Pregunte yo. 

-No lo se, estaba comiendo un poco de huevo, pan tostado, fruta, un poco de crema de maní y jugo de naranja y cuando estaba por comer el huevo me dio asco el olor...no lo sé y rápidamente me subí corriendo a vomitar...nada prácticamente-. Dijo ella. 

Me acerque a Amber y le di un beso en su frente. 

-Creo que a lo mejor es estrés, linda, toma algo para que te calme, vale-. Dije sin despegarme de ella. 

Amber solo asintió con la cabeza y me seguí abrazando a ella, la amaba tanto. 

Mi propio  infierno |Henry Cavill| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora