-¡¿Que tú que?!-.
Estaba sorprendido, si que lo estaba, realmente él no esperaba que yo le saliera con este tipo de cosas, mi padre podría ser en muchas veces alguien moralista, papá era el clásico hombre que decía que cuando conoces a una mujer y te casas con alguien es para siempre, para pasar el resto de tu vida con esa persona que amarías de forma incondicional hasta que la muerte los separe y que por alguna extraña y enferma razón tu habías echo unos votos delante de un sacerdote y de la iglesia donde decías toda esa mierda, cuando mi hermano le dijo que se había divorciado de su primera esposa le dijo que no estaba de acuerdo en que el se separara de ella ya que el había echo un juramento y bla bla, todo aquello me lo sabía de memoria y ahora que yo le saliera con que le era infiel a mi esposa y que ademas de ello mi amante estuviera esperando un bebé era todavía un escándalo más para la familia, aunque la verdad mi padre me dijo que una vez estaba a punto de divorciarse de mamá por problemas que no podían solucionar y que cuando supo que sería padre todo cambio ¡Al menos él si supo amar a su esposa! y la verdad es que mi madre muchas veces demostró que se merecía todo el cariño de mi padre ¡Esa mujer es un sol por completo!
Mamá era una mujer incondicional, era trabajadora o al menos cuando lo estaba con mi padre en la empresa siempre se mostró alguien que amaba lo que hacia a pesar de que muchas veces mi padre le dijo que ella debía dedicarse al hogar y a los hijos, pero no fue así, mi madre supo decirle que no y serle fiel a sus convicciones de ser una mujer emprendedora que puede trabajar y ser madre al mismo tiempo, de que mi hermano y yo no hayamos salido del camino por un largo tiempo era otra cosa completamente diferente.
Pero volviendo a la situación en la que estaba.
Pero si, la bomba tenia que explotar, pues entonces que explote bien ya estaba harto de tanta mierda, ya no lo soporto más.
Me puse de pie del sillón en el que estaba sentado y me arme de valor para decir como debía ser.
-¡Tengo una jodida amante que es mas joven que yo y que ademas esta esperando un hijo mío!-. Vaya hasta yo me sorprendí de la forma en la que había contestado pues cuando estaba enojado mi voz era más gruesa de lo que ya era.
Mi padre estaba sorprendido al igual que yo llevo su mano a su cabello, ahora se de donde saque esa maña.
-¡Pero como es posible Henry!-. Dijo entre dientes, se veía realmente molesto-. ¿Pero como pudiste?-.
-¡Pues así! La conocí, salí con ella, tuve sexo con ella ¡Y me enamore de ella!-. Al final grite.
Por un momento todo se quedo en perfecto silencio, mi padre se quedo ahí parado sin poder creer lo que le estaba diciendo, su mirada fue a la puerta de la casa ya cuando di media vuelta pude verla ahí, parada con la mano en la boca y con lagrimas en los ojos, esto se había jodido pero ya no aguantaba más esto, ya no podía con esto.
-¿Tienes una amante?-. Ahora la pregunta no era de mi padre, era de ella, de la mujer a quien desposé.
Me giré con un poco de dificultad y ahí estaba.
Liz salio de la casa y para acabarla de joder detrás de ella estaba toda la familia mirándonos a mi padre y a mi, mis suegros, aquellos seres que despreciaba con toda mi alma no podían de igual forma creer lo que yo acaba de soltar.
Y yo, bueno, yo estaba ahí parado en medio de mi padre y Liz quien tenían la mirada fija en mi, mi padre se quedo unos segundos a un lado de mi para después hacerle señales a los demás de que nos dejaran solos. La mirada de Liz estaba en una rara combinación de emociones, tenia lagrimas en los ojos y se veía en todo su esplendor completamente decepcionada.
-Dime por favor que es una mentira...Henry...-. Dijo llorando, se acerco a mi para ponerme las manos en el pecho, pero yo la detuve, ahora no quería que me tocara y eso le confirmo muchas cosas.
-Si, si Liz tenia una amante-. Me sincere con ella, solté sus manos y di un paso atrás para poder alejarme de ella.
Su mirada era de triste, no quería que ella se enterara de esa forma de que yo tenia alguien más en mi vida, yo quería hacer las cosas bien y no así, pero lo echo, echo esta.
Solté un suspiro, pase una mano por mi cabello mirando a otro lado, no podía verla a ella al rostro, no podía realmente hacerlo me hacia sentir el mayor hijo de puta de toda la vida, ella había sido buena conmigo desde hace años, habíamos compartido muchas cosas juntos y me había dado una vida llena de buenas y malas cosas, no sé en que momento de mi vida yo necesitaba de otra mujer para sentirme vivo, de verdad que no sé en que momento eso paso, Liz había sido una mujer buena, linda y que me hizo sentir muchas cosas que no creía tener, pero no todo es bueno, las cosas habían cambiado, tal vez en un momento de nuestras vidas cuando nuestras vidas se volvieron cotidianas y en donde luego todo era discusiones, Liz y yo quisimos vivir de forma rápida sin gozar los frutos del matrimonio, tal vez debíamos haber salido más de viaje, ponerle más atención a las necesidades que ella necesitaba y que ella se acercara a mi mundo, pero a veces eso no es posible, los matrimonios no sin perfectos, luego comenzaron las peleas que se fueron haciendo presente cada vez más y más, eramos una relación realmente conflictiva como podíamos estar contentos y llenarnos de amor como ser un perro y un gato pelando para ver quien tenia más el dominio del lugar.
-¡Porque! ¡Dime qué fue lo que te hice maldita sea!-. Sus manos comenzaron a golpear mi pecho mientras sus lágrimas caían por sus mejillas.
Ella solo lograba moverme un poco por sus pequeños golpes en mi pecho. Seguía llorando de forma desconsolada y me decía lo poco hombre que era y que ella no se merecía la mierda que yo le había dicho. La tomé de sus muñecas para detener sus golpes, su mirada se posó sobre mi, al instante se detuvo y sin más se soltó de mi agarre, pero lo que pasó fue lo que hizo que un silencio seco se hiciera presente entre nosotros y en el ambiente. Una bofetada me soltó, mi cara se boleto un poco. Lleve mi mano a la zona lastimada y mire después a Liz.
-¡Eres un maldito hijo de puta!-. Limpio si nariz con su mano y me señaló con el dedo indice-. Te odio con toda mi alma, quiero que te vayas ¡No quiero verte aquí!-.
Grito ella al borde del colapso.
No tenía palabras realmente no las tenía, no podía decir nada porque no tenía nada que decir, fui un imbécil y un idiota y lo merecía no podía decir a Liz que ella tenía la culpa cuando yo era el culpable de todo esto, por haber roto nuestro matrimonio por una aventura, por caer ante mis más bajos deseos y por amar a una mujer más joven que yo y que además esperaba un hijo mío.
Solo lo único que me quedaba era irme sin decir nada y así fue.
El silencio en la casa.
Las miradas acusadoras de todos.
Lo jodido que me sentía.
Pero todo esto se iba a tener que saber algún día, solo lo que me quedaba era irme de aquí y esperar a que las cosas se calmaran un poco, si es que así pasaba.
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Mi propio infierno |Henry Cavill| +18
FanfictionUna tiene experiencia. Otra tiene juventud. Una tiene mi apellido. Otra tiene deseo y pasión. Pero ahora mi corazón se dividía en dos, a las dos las amaba con locura y me encontraba en un problema grave por querer salvar a una lastimaría a otra ¿Qu...