Mi propio infierno |Henry Cavill| +18

24.

Un mes después...

-Feliz aniversario cariño-. Dijo Liz besando mis labios. 

Le sonreí con una mueca nada convencido de festejar mi aniversario de casado, joder que hueva tenia realmente pero no podía zafarme de esto de una manera fácil y sencilla, parecía que estaba contra la cuerdas de un ring ya que por mucho que intente de convencer a Liz de que no hiciera una jodida fiesta para festejarnos, pero prácticamente era una intente muy fallido de mi parte, mierda. 

-Feliz aniversario cariño-. 

Ella me sonrio de vuelta y salio de la habitación con mucha felicidad cosa que yo era todo lo contrario a lo que sentía realmente, me senté en la cama y tome las gotas que me tenia que poner para el glaucoma, por lo que había dicho mi doctor en el ultimo mes de tanta cirugía era que ya estaba un poco mejor solo esperaba que mi tratamiento me ayudara para poder sentirme mejor y que no tenga problemas en el futuro. Me hice un poco hacia atrás para ponerme el medicamento el cual me dolió como si me hubiera echado limón en los ojos, esto realmente ardía, apreté fuertemente para que disminuyera el dolor y una vez que se me calmo un poco deje las gotas en la mesa de noche y tome mi celular que se encontraba ahí, al encenderlo vi que tenia varios correros del trabajo y algunos mensajes de felicitaciones por mi dichosos día de cumplir años de casado con una mujer maravillosa, si es maravillosa pero no necesito recordarlo todos los días y por ultimo un mensaje de Amber se veía que era algo urgente porque a parte de los mensajes de que necesitaba hablar conmigo había llamadas perdidas, iba a marcarle cuando de pronto veo a Liz entrando al baño de la habitación corriendo y tapándose la boca, al entrar al cuarto del baño comencé a oír como vomitaba ¿Ahora que fue lo que sucedió? ¿Sera que Liz esta enferma y ya no haremos nada hoy? ¡Si, por favor, viviría agradecido de que si eso pasa! no estaba de humor para lidiar con gente que solo venia a la casa a comer y andar de hipócritas, dios mio. 

Me levante de la cama y camine hacia el cuarto de baño y abrí la puerta de forma lente hasta que vi a Liz hincada en el inodoro con la cabeza ahí dentro, me acerque a ella y le recogí el cabello. 

-¿Estas bien amor?-. Pregunte. 

Ella le jalo a la cadena y se sentó en el piso, tomo un pedazo de papel de baño y limpio su boca, se veía un poco agitada, tomo su cabello en una coleta de caballo y me miro con una sonrisa. 

-No quería decírtelo ahora, quería guardarlo para esta noche pero ya que me has visto-. No entendía prácticamente de lo que me estaba hablando y creo que lo noto en mi cara, ella estiro su brazo al lava manos para poder abrir el cajón de este donde saco una cajita larga de color gris con un moño azul, me tendió la cajita y la tome-. Feliz aniversario mi amor-.

Quite los listones que estorbaban y al abrir la caja me encontré con dos boletos de avión con destino a Hawai. 

-¿Un viaje?-. Pregunte completamente confundido. 

Liz asintió de forma efusiva con la cabeza y se sentó a un lado de mi en la cama, tomo los dos boletos de avión y yo no perdí ningún tipo de detalle con cada acción que ella hacía. 

-¡Si! un viaje como segunda luna de miel ¡No te parece hermoso!-. Dijo emocionada. 

-Liz, yo ahora no puedo ir de viaje, tengo muchas cosas que hacer en la empresa, tengo demasiadas juntas y tengo que cerrar contratos, no puedo irme de viaje ahora-. Comenté excusándome para no ir de viaje. 

En verdad que no me sentía de humor para ir de viaje o alejarme de Boston, tenia muchas cosas en mi mente, no dejaba de pensar en lo que el psicologó me había dicho, estaba tratando de buscar una respuesta para todo lo que estaba ocurriendo en mi vida y con las dos mujeres que tengo a mi lado y estaba preocupado por Amber no se había comunicado conmigo desde que regrese de Pittsburg y quería saber como estaba ella, pero nada, no respondía ni una de mis llamadas y mis mensajes, tal vez ella estaba ocupada con lo de la escuela y con el duelo que aun debía de estar llevando, pero quería estar con ella en cada momento de su vida. 

Me levante de la cama, tenia que ir al baño y darme una ducha. 

-¿Porque pones escusas Henry?-. Pregunto Liz. 

Detuve mi paso y me gire a mirarla. 

-¿Disculpa?-. 

Ella se puso de pie aventando los boletos a la cama y se cruzo de brazos mirándome molesta y dolida. 

-¡Deja de tratarme como una estúpida, quieres! ¡Dime que esta pasando contigo! desde que volviste de ese maldito viaje te has comportado tan distante y tan...tan frio-. Ella se acerco a mi para posar sus manos en mi pecho, pero yo la aleje-. ¿Es-es que ya no me amas?-. 

El llanto no tardo en hacerse presente en sus ojos mojando sus mejillas. 

-Si, si te amo y lo sabes-. 

Sentía que esas palabras no eran reales, no las sentía de una forma completamente autentica, sentía que le estaba mintiendo a Liz. 

-Entonces dime que esta pasando...¿Es que hay algo o alguien más?-. 

Mis ojos se abrieron tan grande que creía que se me saldrían de la cara. 

-¡Pero que mierda dices Liz! ¡Por dios!-. 

Me aleje de ella y pasa mi mano por mi cabello, sentía que me estaba asfixiando en este momento y el aire de esa habitación se estaba agotando por completo. 

-¡Entonces dime que es lo que esta pasando Henry! ¡Dime!-. Grito desesperada.

Y mi desesperación era más grande que la de ella. 

-¡Quieres saber lo que pasa! ¡Estoy harto! ¡Estoy malditamente harto de todo, de que todo el mundo quiere que haga lo que ellos quiere, estoy harto de tu insistencia de tener un bebé! ¡No quiero hijos, no los deseo! ¡Solo acepte tenerlos porque mi padre me estaba presionando! ¡Estoy harto de todo! ¡Estoy cansado!-. 

Solté un suspiro y pase mi nuevamente mi mano por mi cabello, en la habitación solo se podían oír los llantos de Liz y mi respiración completamente agitada, estaba cansado de sentirme entre la espada y la pared con estas dos mujeres que tenia en vida ¿En que momento mi vida se volvió un verdadero caos? como deje que todo se me saliera de las manos. 

-Liz...-. 

Trate de tocarla pero ella se alejo de mi. 

-Debo irme a trabajar, puedes preparar el desayuno-. 

Sin más ella entro al baño y yo solo me quede en la habitación escuchando como el agua de la regare salía de esta, joder que mierda de vida es esta.