Epilogo

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Dos años después...

Estaba completamente nervioso, mis nervios estaban completamente alterados y yo estaba igual e incluso peor de lo que me veía, sentía que no podía respirar y que me volvería completamente loco si no recibía noticias de ella. Estaba completamente tentado a comerme las uñas, pero eso me daba demasiado asco y la verdad es que solo mordía mi dedo era lo único que podía hacer en ese momento, solo podía ver que las personas iban de un lado a otro y yo solo quería comerme las uñas. 

-¿Alguna noticia?-. Pregunto Elena, mi ahora nueva suegra. 

-No, no han venido a decir nada-. Comente. 

La señora de sesenta y tres años me dio un vaso de café y se lo agradecí con una sonrisa. La madre de Nadia era una mujer sumamente sencilla y muy amable, mucho mejor que mi ex suegra ya que esa si que era una verdadera bruja, pero Elena era una mujer que me transmitía paz, era tan maternal y tan sencilla que no se fijaba solo en e dinero, por supuesto que no, ella era una de las mujeres que se fijaba en los sentimientos, lo que es la esencia de la personas, desde que me conoció siempre me trato bien y jamás se fijo en mi chequera y yo no tenia que esforzarme en hacerla ver que yo era el hombre que su hija necesitaba, esa mujer de casi cabello blanco y dulce mirada me quiso desde el momento uno. Cuando me case con Nadia todo cambio por completo en mi vida, me sentía completamente renovado y tan enamorado como nunca antes me había sentido. 

Habían sido los dos años de matrimonio más perfecto y hermosos, Nadia como esposa era una mujer tan hermosa y tan dedicada a la familia como a su trabajo, yo era igual a ella era dedicado a mi familia y a mi trabajo, las cosas en mi vida cotidiana también estaban cambiado de igual forma, las cosas con William cambiaron y me alegraba que eso hubiera pasado ya que no me gustaba su acoso hacia a mi y desde que le di un buen golpe en la cara su acoso disminuyo y se dio cuenta de que jamás en la vida él y yo nada pasaría, no voy a negar que extrañaba a mi amigo quien era la persona que me acompañaba en cada momento de mi vida desde que estabamos en la universidad y jamás me había dado cuenta de que él le gustaran los hombres. Luego de aquel evento en París, William se fue de mi empresa aceptando una oferta en otra empresa, a los pocos meses llego Charlie, un hombre de mi misma edad y quien se había vuelto un gran amigo y sobre todo socio. 

También había sabido algo de Liz y era que se había vuelto a casar con un empresario, una victima más de ella, y que había logrado tener un hijo y que se encontraba completamente feliz de hacer su familia que no tuvo conmigo. 

-Familiares de Nadia Million-. 

Entonces ayude a mi suegra a ponerse de pie de su asiento, cargue con cuidado a mi pequeña Harriet que estaba durmiendo en mis brazos, mi dulce niña ya tenia cinco años y eso me dolía cada vez más y más ya que no quería que ella creciera, nos acercamos la medico que estaba atendiendo a mi esposa. 

-Soy su esposo ¿Cómo esta ella?-. Pregunte preocupado. 

-Ella esta bien, puede pasar a verla-. 

Sentí que ya podía respirar con tranquilidad, mi suegra me dejo ir a mi primero para ir a ver a Nadia y mi corazón estaba latiendo fuertemente en mis oídos, joder que nervios, camine por los pasillos del hospital hasta llegar a su habitación. Al abrir la puerta la abri con mucho cuidado de no hacer ruido en caso de que ella estuviera dormida, pero en cuanto la puerta hizo un leve chillido Nadia levanto la mirada hacia donde me encontraba yo y una sonrisa se pinto en su rostro, camine a paso lente muy lento y poco a poco conforme iba avanzando pude ver a la pequeña persona que estaba en sus brazos. 

-Felicidades, eres padre de una niña-. Dijo Nadia con voz cansada. 

Harriet elevo su mirada que la tenia escondida en mi cuello y yo estaba completamente impresionado de lo que me acaba de decir. 

Me acerque lo poco que me quedaba a ella, baje a Harriet y la deje sobre la cama de su madre y se acerco para poder ver a su hermana menor, yo no podía creer que fuera padre por segunda vez, porque si, Nadia y yo no habíamos hablado de tener hijos ni nada por el estilo ya que creíamos que con Harriet era más que suficiente, pero al parecer la cigüeña tenia planes para nosotros y bueno luego de nueve meses ahora era yo padre por segunda vez de una niña hermosa. 

Fui al pequeño cunero donde mi pequeña princesa estaba, la tome con mucho cuidado y la tome en mis brazos, joder era tan pequeña y tan frágil que tenia miedo de que algo le pasara, la arrulle con cuidado y le di un beso en su pequeña frente, joder se parecía tanto a Nadia. 

-Eres la nena más linda y hermosa que allá visto-. Le dije a mi hija. 

-¡No! ¡Papá!-. Grito Harriet a punto de llanto. 

Mire a mi otra hija y me puse a la altura en la que estaba. 

-Tú también eres también mi nena más hermosa del mundo, dame un beso-. 

Mi hija se acerco a mis labios y me dio un beso, le enseñe a su hermana y le toco su cabeza con mucho cuidado y cariño. 

-¿Haz pensado en un nombre?-. Pregunto Nadia. 

-Si, me gusta Hanna-. 

-Me encanta, mi amor-. 

Fui a Nadia para poder acercarme a sus labios y le di un ligero beso, me subí a la cama con cuidado de no lastimar a ninguna y nos abrazamos los tres mirando a nuestra nueva intrigante de la familia y fue ahí en ese momento de mi vida que me había dado cuenta de que había formado una familia, tenia ahora dos hijas nunca creí que yo llegaría a tener hijos, como bien había dicho no quería ser padre porque creía que la paternidad no era para mí, pero resulto que si, Harriet me había enseñado una faceta de mi vida que no conocía en lo absoluto y le agradezco eso a mi pequeña hija que me enseño mi lado paternal que pensé que sería un verdadero desastre, pero fue así, aprendí a ser un buen padre y esposo, ellas me enseñaron muchas cosas que eran completamente desconocidas para mi y al principio estaba asustado muy asustado y se lo dije una vez a Harriet cuando era bebé, es bueno tener miedo y enfrentar ese miedo. 

Ahora mi mayor miedo de ser padre ya no existe, ya no hay más miedo, me sentía completamente feliz de ser padre de dos niñas hermosas que se han vuelto mi vida, ser un esposo amoroso y que enamora cada días a su mujer con cada detalle. 

Mi vida había dado un giro completamente grande, antes mi vida era aburrida y que no me satisfacía del todo, tenia una esposa que solo le gustaba lo que yo podía darle de forma material y que me exigía tener un hijo porque tenia una ligera idea del porque ella deseaba ser madre porque sabía que si se embarazaba yo no podría dejarla y que le daría todo a ella y se llegase a divorciar de mi sabía que tendría que darle aun mas dinero, al final había entendido del todo porque yo estaba con Amber que era la que me daba la vida, la que me hacía sentir joven y que me daba lo que mi esposa no me daba, que era paz, no me exigía y no pedía nada a cambio, pero lo bueno dura poco. 

Pero ahora tenia en vida a una mujer sumamente fantástica que me enamoro de poco a poco y que nuestra relación comenzó siendo una relación de sexo y de eso fue evolucionando hasta que ella se convirtió en mi esposa y estaba completamente enamorado de ella, muy enamorado de ella y esperaba que esta felicidad durara por mucho mucho tiempo, esperaba. 



Mi propio  infierno |Henry Cavill| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora