27.

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Su mirada llena de lujuria, deseo y pasión se podía notar a kilómetros.

Su suave y bella piel era lo mejor que había tocado en mi vida, ella reaccionaba de forma magnifica a mi roce, sus jadeos de placer me confirmaban que tanto ella como yo necesitábamos esto, sus pechos subían y bajaban por mi cara gracias a las estocadas que le estaba proporcionando, sus manos arañaban mi espalda y eso me ponía a todo lo que daba, me gusta la sensación de ardor en mi piel que era por sus uñas, su pelo claro estaba esparcido por toda la almohada, la cama se movía de forma descontrolada a provocación de nuestros movimientos. Fiona era una jodida diosa de la cama que sabía lo que ella quería y lo que yo necesitaba en estos malditos momentos que estaba pasando gracias a las dos mujeres que tenia en mi vida.

-Si...si no pares por favor...Henry...¡Henry!-. Gritaba ella de placer.

-¿Te gusta no es así? ¿Te gusta mi polla dentro de ti? jodiendote duro y feroz-. Gruñí nuevamente cuando sus manos se clavaron en la parte trasera de mis hombros.

Los labios de Fiona se colocaron en mi clavícula para besármela y morderla y eso en cierto punto me preocupaba porque eso iba a dejar marcar y yo no sabía como ocultar las marcas de mordidas, normalmente era yo quien se encargaba de marcar a las chicas y no ellas a mi, pero me agradaba de forma extraña el tener una marca en el cuerpo...bueno más porque yo tendría marcas en la espalda gracias a esta mujer.

-Si me gusta mucho, no pares estoy cerca-. Jadeo ella.

Mis estocadas fueron cada vez más rápidas y descomunales, el placer que sentía que recorría mi cuerpo me gustaba, adoraba sentirme excitado, me gustaba la sensación de estar dentro de una mujer, verla como jadeaba y gemía por el placer que yo le proporcionaba y el que me daban ellas a mi, verlas con los ojos cerrados arqueando su espalda, sus largas cabelleras que se esparcían en las almohadas y como todo a nuestro alrededor se volvía en un momento erótico y lleno de placer, las mujeres son unas diosas en todo sentido de la palabra, admiraba su belleza de sus cuerpos y todo lo que podían hacer. Me volvían loco las mujeres, me gustaban las mujeres y estaba deseoso de ellas, y teniendo a Fiona debajo de mi mostrándome lo que más me gustaba me excitaba cada vez.

Mis manos fueron a la cabecera de la cama para tener un mejor impulso y seguir follandola de una forma dura y a la vez lenta, una estocada y ella gemía con mucho placer, sus piernas estaban enredadas en mi cadera y ella me impulsaba para poder seguir cogiéndola como le gustaba.

-Henry...¡Henry!-.

Cuando su grito de placer se hizo presente, ella se corrió y yo unos segundos después, me derrumbe a un lado de Fiona, nuestras respiraciones estaban algo aceleradas, nuestros cuerpos estaban sudados y el ambiente estaba a un caliente, tome la sabana de la cama para taparme mi miembro al igual que yo Fiona se tapo su cuerpo, se giro sobre la cama para quedar de estomago al colchón estiro su mano a la mesa de noche para pode tomar la cajetilla de cigarros y así tomar uno, me acerco la cajetilla a lo que yo acepte gustoso, era raro que yo fumara pero ahora más que nunca necesitaba hacer esto.

-¿Y como te sientes?-. Pregunto Fiona dándole una calada al cigarro y luego expulsar el humo.

Me encogí de hombros sin darle mucha importancia a como me sentía en esos minutos, coloque mi brazo detrás de mi cabeza y mire el techo blanco de la habitación.

-No sé realmente como sentirme...-. Dije sinceramente.

-Sigues debatiéndote con quien quedarte-. Dijo ella en forma de afirmación jamas de pregunta a lo que yo simplemente asentí, Fiona se acomodo mejor en la cama ahora acostándose de lado para poder verme mejor-. Vaya si que estas jodido-.

-Ya lo se y ya estoy cansado de darle vueltas al maldito asunto, amo a mi esposa a pesar de que luego saque el peor lado de mi, amo Amber también porque ella me da vida me llena de cosas que pensé que había perdido a lo largo de los años y ahora que ella no está, no se que hacer-. Pase mis manos por mi cara de manera frustrada, estaba harto de todo sea lo mismo.

Escuche como Fiona tronaba la lengua, la mire y ella negaba con la cabeza en forma divertida ¿Que era lo gracioso?

-Henry puedo ser sincera contigo-. Me tome unos segundos para pensar y al final volví asentir con la cabeza-. ¿Te digo realmente cual es problema?-. Volví asentir con cabeza poniéndole más atención-. El problema aquí no son ellas, para nada, el problema aquí eres tu, a que me refiero, que no tienes que elegir entre una u otra sino lo que tienes que hacer es dejar tu ego a un lado y ver la realidad que te rodea-.

Eso si me hizo sentir ofendido ¿Que carajos tenia que ver mi ego con todo esto?

Me senté mejor en la cama mirándola con el ceño fruncido.

-¿De que hablas Fiona?-.

-Si Henry, no se trata de elección, más bien de ego...eres un hombre de cuarenta años, guapo, tienes posición, tienes un muy buen físico y todo lo que tu quieras y mandes, pero realmente esta situación en la que te encuentras en realidad se trata de tu ego, por que dejarías a una mujer para quedarte con otra, eso no tiene sentido y eso en el fondo tu lo sabes porque, como un hombre como tu iba a dejar a una joven chica que te brinda toda la juventud, la libertad y todas cosas buenas que gustes y mandes y por otra parte esta la mujer que te ha "dado" los mejores momentos de su vida, y con la que juraste ante un altar amarla hasta que la muerte los separe, pero el realidad estar harto de lo que ella te hace y como me lo dijiste a ella no le importa lo que tu quieres más que su propia felicidad-.

Realmente jamas me había puesto a pensar en ello, tal vez lo que me estaba diciendo Fiona tenia razón ya ni si quiera un poco de razón, realmente lo tenia pero me daba miedo aceptarlo.

Mire a otro lado que no fuera ella, no podía verla a la cara por que ¡Si tenia razón!

-Henry-. Me llamo ella, pero no quería verla, pero como toda mujer quiere que la veas a la cara cada que hablas con ellas así que tomo mi cara y me hizo mirarla-. Se que a ti te llena tener dos mujeres, una que te ama y no te juzga y otra con la que ya estas acostumbrado a vivir, pero lo debes hacer es ser feliz y me refiero que tienes o tendrás que sacrificar a las dos, deja a un lado tu ego porque eso no te llevara a nada, así que no elijas y si tienes que hacerlo, elijete a ti...se egoísta en ese aspecto-.

Debo decir que aquellas palabras que me había dicho Fiona se me habían grabado del todo en la cabeza y se que eso jamas se me saldría de ahí porque tal vez si, esto era una cuestión de ego y por eso me la pasaba diciendo que tenia que elegir entre una u otra, porque si, se siente bien teniendo a dos mujeres para ti solo y que te complacen en lo que tu quiere, bueno eso de complacer de la parte de Liz no ayudaba mucho pero entonces ¿Que podría hacer? realmente lo mejor sera dejarlas ir, pero eso no querría decir que las dejaría solas con los embarazos, creo que lo más sano seria decir la verdad.

Mi propio  infierno |Henry Cavill| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora