16.

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Mi cabeza, joder me sentía completamente adolorido. 

Mis ojos pesaban un poco pero aún así lograr abrirlos de forma lenta ¿Dónde carajos estaba?, mire un techo de color blanco, solo había una pequeña luz que iluminaba la habitación pero no sabía de donde provenía aquello. Moví un poco mi cabeza y al hacerlo vi la bendita luz que estaba encendida que era la lampara de noche que estaba a un lado de mi cama...¿Esta no es mi cama? me senté poco a poco en dicha cama que era una de hospital ¿Porque estaba en el hospital? fruncí un poco el ceño ya que mis ojos dolían como la mierda, pase mi mano por ellos y me ardieron haciendo que soltara un gemido realmente de mucho dolor. 

-¿Henry?-. Una voz femenina se hizo presente en la habitación. Con mucho temor fui alzando la vista pues podía sentir que la luz de a fuera de este cuarto estaba entrando, entonces las manos de mi esposa se posaron sobre las mías-. Amor, no te muevas rápido-. 

Dijo ella. 

La mire con dificultad pero cuando fije la mirada en mi esposa, la veía que estaba realmente preocupada por mi, paso una mano por los costados de mi cabeza para arreglarme de seguro el desastre de melena que tenga, tal vez ya era de que me cortara el cabello y la barba, pero eso sera después de todo esto. 

-¿Q-que paso? ¿Que ocurrió?-. Pregunte algo preocupado. 

-Tuviste una fuerte migraña, Will me llamo diciendo que te encontró desmayado en tu oficina y rápidamente te trajo al hospital-. Ella sonreía con algo de tristeza y sobretodo con preocupación. 

¿En mi oficina? ¿No estaba en el departamento de Amber? ¿Que mierda paso? 

Mi cara era realmente un poema en este momento porque no entendía que mierda tenia que ver mi mejor amigo con que yo haya estado en el departamento de mi amante, sentía todo un poco borroso en la mente, recuerdo que estaba con ella se que íbamos a coger como debía de ser, pero luego el sonido de la puerta nos interrumpió y ella salio a ver quien era, yo estaba en la ventana de incendios y el dolor de cabeza era insoportable y luego...luego no recuerdo nada de lo ocurrido. Negué con la cabeza porque no tenia bien en claro mis malditas ideas ¿Que mierda paso? ¿Porque Will estaba conmigo y no Amber?

-Veo que ya despertó Señor Cavill, no tenia algo preocupados-. Entonces la voz de un hombre que era de mi doctor y que reconocía perfectamente bien, estaba parado delante de mi con su típica tablilla donde tenia apuntes de lo que ocurría conmigo. 

-¿Que me paso?-. Pregunte no estaba de humor para nada solo quería irme a casa. 

-Tranquilo, vera lo que ocurrió es que usted mi estimado caballero no ha estado cumpliendo su tratamiento de acuerdo a como se lo dije, tal parece que lo paso por alto y aquí están las consecuencias de ello-. Fruncí el ceño no entendía, y quería no hacerlo, el doctor Robinson solo negó con la cabeza y se cruzo de brazos-. El glaucoma empeoro-. 

El aire de mis pulmones salio rápidamente de mi, no me había dado cuenta de que tenia el aire contraído, la cabeza de Liz fue a mi hombro y podía escucharla a la perfección de que estaba llorando, lo que más odiaba en la vida en la lastima y Liz siempre se compadecía de mi por la enfermedad. 

Cuando no enteramos que tenia esta maldita cosa en los ojos Liz siempre me había tenido algo de lastima ya que decía que si me quedaba ciego tendría miedo de que yo saliera solo a la calle y de que no recordara las cosas como las veía, prácticamente una vez casi me lleva a uno de esos profesores para que me enseñara la lectura de los ciegos eso si había colmado la poca paciencia que normalmente tengo y fue una pelea fuerte con ella que incluso que nos llevo a separarnos por unos meses y es que yo necesitaba algo de tiempo para poder asimilar que algún día me quedaría sin vista y que sería un jodido menos-valido visual y que necesitaría de ayuda para hacer las cosas y no todas solo algunas, eso me purgaba, depender de la ayuda de las personas ya ni cuando me ponía tan enfermo me gustaba que me trataran como un muerto, yo no era como uno de esos hombres que ya porque le dio gripa ya creen que están muriendo ese no era mi maldito caso. 

-¿Cuanto me queda para ser un maldito ciego?-. Pregunte con rabia, Liz me tomo con fuerza la mano para poderme calmar pero solo quite su toque de mi. 

La mirada de mi doctor se desvió por un momento y volvió hablar.

-Hay que operarlo primero, para saber si podemos arreglar el angulo que estaba mal y...-. 

Lo interrumpí. 

-¡Ya se que hay que operar, no es la primera jodida vez que pago para una puta cirugía! Pregunte ¿Cuanto me queda?-.  

-Si sigue sin tomar su tratamiento...-. Soltó un suspiro-. Probablemente en un año o menos-. 

Mi respiración comenzó a cortarse, estaba jodido realmente lo estaba.

La lagrimas de Liz se hicieron presentes en ese momento y deje que ella me abrazara por el cuello, jamás me había gustado mostrarme débil ante nadie ni por cualquier circunstanciaría y odiaba sentirme así, pero ahora no tenia las ganas de mostrarme de esa forma como la de un hombre que jamas llora ante nada. 

Si seguía así perdería la vista, sería un ciego que no podría hacer cosas como normalmente las hacia, solo estaría en casa sentado oyendo las cosas y ya no verlas, estaba haciéndome a la idea de ser padre y poder ver crecer a mi nuevo hijo, enseñarle cosas. 

-I-iba a tener un hijo...y...y ahora me dicen que podría quedarme ciego-. Sorbe mi nariz y mire a mi doctor. 

-Se que esto no es nada fácil para ustedes, pero señor Cavill si operamos y seguimos tanto el tratamiento clínico como su tratamiento de medicamentos usted podría reducir aquellas posibilidades de perder la vista, pero como todo, no sabes si sera un éxito tenemos que trabajarlo de forma lenta y cuidarse, porque de usted depende ese cuidado-. 

-Henry...por favor hagamos lo que dice el doctor, por favor no quiero verte así-. 

La mirada de Liz era de suplicación, no podía negarme ante ello.

Con lo poco que me quedaba de fuerza solamente asentí con la cabeza, mi doctor también lo hizo para después dejarnos solos a mi y a mi mujer. 

Me recosté mejor en la cama dejando que las lagrimas salieran, Liz se coloco  un lado de mi cama para poder sentarse en el sofá que se encontraba ahí, acaricio mi mejilla limpiando mis lagrimas. 

-Estaré justo aquí, siempre sin importar nada mi amor, nunca me iré-. Sonreí con nostalgia y ella se acerco a mi para besar mis labios. 

Luego de un rato de estar hablando de lagunas cosas y una de ellas era cual sería el nombre de nuestro bebé y eso realmente me emociono un poco y me distrajo un poco. 

La puerta de la habitación se abrió dejando a la vista a Will. 

-¡Que tal matrimonio feliz!-. Medio grito al hacer su entrada. 

 -Hola Will-. Dijo Liz con fingido tono de fastidio-. Los dejare solos, iré por un café cielo-. Asentí con la cabeza y ella se ponía de pie para caminar hacia la puerta pero no sin antes quedar a un lado de Will-. No lo fastidies William, o te corto la polla-. 

Él levanto las manos en forma de rendición y le sonrió y así ella se alejo moviendo sus caderas de una manera única, dios mio que mujer. 

-¿Como te sientes amigo?-. Dijo mi amigo. 

-Estoy bien...pero ¿Qué fue lo que paso? porque Liz dice que estaba contigo-. 

Mi amigo miro a la puerta para asegurarse de que nadie venga y se sentó donde antes estaba mi mujer. 

-Veras Amber me llamo diciendo que estabas en su departamento, por suerte Paul ya no estaba con ella cuando me llamo sino estarías muerto en este momento, pero el punto es que ella me llamo y yo le invente la historia a Liz diciéndole que te estaba buscando por algo y te encontré desmayado-. Sonrió y tomo mi gelatina que estaba en mi charola de comida y comenzó a comerla. 

-Te debo una amigo-. 

-¿Una? me debes veinte-. 

Solté la carcajada y levante mi puño para que este lo chocara con el suyo. 


Mi propio  infierno |Henry Cavill| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora