Capítulo 31 San Valentin

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PAUL 

Febrero, catorce de febrero, flores, necesitaba flores, me pregunto si a Helena le gustan las rosas. Tenía el recuerdo claro de su cuerpo sobre el mío las últimas semanas, sus perfecto cuerpo amoldado al mío, cada vez que lo hacíamos era especial,  de como sucedió no lo se, y solo pensar que yo fui el primero me hace desear que sea el último y el único con el cual comparta su cuerpo. 

Encargue un arreglo floral y le llegaría a las 12:00 del día, le compré un oso de felpa, unos chocolates y me fui con ellos al instituto. Llegue más temprano de lo normal y vi que todos se acumulaban en el casillero de Helena, apártense malditos, apártense, los fui apartando y miré, el casillero estaba repleto de notas de colores, letras de niñas, acá se regalaban mutuamente, en el piso habían rosas, acumuladas, leí, todas decían nombres de chicos diferentes,parecía surrealista, Helena es popular pero no sabia que era tan popular, lo mío parecía insignificante, chocolates, flores, todo eso ella lo tenía, osos también; saque mi celular y llamé a mi abuelo. Mi abuelo estaba en Una conferencia en Londres, se estaba quedando en nuestra casa, me gustaba tenerlo ahí, lo veía muy pocas veces al año allá en Brasil pero me atrevo a decir que me quiere, soy su único nieto así que esa es la forma como debe ser. 

-Algo especial hijo... Tócale algo con tu violín, eres bueno en eso, el otro día te escuche cuando ensayabas- dijo, violín, no, piano, debía tocarle esa canción que mi tío le tocó a Annie, la llevare a mi casa y le tocare esa canción está decidido. 

Vi a Helena llegar, fui hasta ella y ella llevaba en sus manos una bolsa de papel que decía "Para Paul" le di un suave beso y le entregue la caja de bombones y el oso de peluche, ella lo presionó y se empezó a reír, repetía " amor" en una voz muy ronca y graciosa. 

-Me encanta- dijo, nos volvimos a besar y nos miramos maliciosamente sabiendo lo que pasaría mas tarde. 

-Helena- tocó su hombro Jaimie, - también es el día de la amistad ¿no?-  le entregó una bolsita y luego siguió caminando, ¡como se atreve a darle un regalo a mi novia! Mierda acá en Londres no respetan los noviazgos. 

Llegue a mi casillero y vi que había una caja en el suelo que nadie tocaba, había un chico molesto mirando la caja, llegue a él, Helena y yo íbamos tomados de la mano.

-Caja de tarjetas para ti Paul- dijo el chico malhumorado, - ni una para mi- interesante, solamente Helena no tenía admiradores, sonreí.

-Lamento que esté  interrumpiendo el paso a tu casillero, - Helena le sonrió al chico mientras le decía eso, 

-Yo tengo una para ti- le dijo, el chico se sonrojo y la miré dubitativo, ¿algo para él? Helena me soltó la mano y reviso su morral, sacó un sobre rojo y se lo entregó, el chico miró el sobre, le agradeció y luego levantó la caja.

-Gracias Helena. 

-No hay de que Col, ahora abre tu casillero, Em hizo mucho para ti, es tu novia después de todo.

-Tienes razón- dijo al fin ajustando su corbata, miré la caja que cargaba y necesitaba una mesa para lanzarlas todas y empezar a leerlas. 

Vi a Prudence, iba muy contenta y cantando, fui tras de ella con el permiso de mi amada mientras ella seguía hablando con el chico, Helena es amiga de muchos, yo tengo varios amigos, pero no como ella, su popularidad me precede y el instituto se hacia mejor para mi cada día, se que muchas esperan al día que terminemos para poder así caerme encima como moscas. 

-Hola Prudence- le dije, no puedo creer que todavía no se haya dado cuenta que helena y yo estamos haciendo el amor, ella se daría cuenta, pero con su susto de embarazo, y el hecho de que ella no la adelantaron en el instituto, nos vemos muy pocas veces. 

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