Capitulo 1-6941

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PAUL
Veo hacia el horizonte mientras mi padre conduce el auto, hoy nos dirigimos al aeropuerto,la razón: nos mudamos a Inglaterra.
Mi mayor miedo es que no conozco mucho de la cultura, mi madre proviene de ese lugar, mi padre no pero sin embargo vivió muchos años de su vida en ese país,yo nací en Brasil, Río de Janeiro para ser más exactos; mis conocimientos del inglés son bastos por tener a una madre inglesa y a un padre belga.
En nuestro vuelo privado de la familia solo pensaba en que cosas nuevas tendría este país, nunca me han llevado a Europa, y mudarme evidentemente es impactante, en el vuelo mis padres se sientan por separado, es lo común en ellos, siempre están muy preocupados por sus propios asuntos.
La explicación de irnos a Inglaterra a vivir no la entendí, un día llegue del instituto y mis padres me dijeron que dejaríamos la ciudad, y de hecho en Brasil deje a muchos amigos, mi partida fue repentina sintiendo así que me había desvanecido y que nunca más los volvería a ver. Cuando llegamos a Inglaterra era media noche, nos fuimos los tres en la limusina que nos esperaba e hicimos el recorrido hasta unas instancias cerca de Londres, esta casa nunca la había visto pero sentía que ya había estado allí antes, cuando entramos a nuestro nuevo hogar mi padre me hizo un recorrido por todas las habitaciones hasta llegar a la mía, que quedaba en el segundo piso de nuestra propiedad. Para mi sorpresa todas mis cosas ya estaban adentro, mis videojuegos intactos, mi closet con ropa, podía oler al aire nuevo en mis pulmones,estaba cansado por el viaje pero no quería irme a dormir, como hijo único mis padres eran muy apegados conmigo, bueno mi madre,ella me decía que mi papá no era el hombre de la casa como yo.
Revisando una que otra caja del piso de abajo encontré una vieja agenda de mi padre, tenía millones de nombres de mujeres anotadas, fotos engrapadas en la última página de una mujer que nunca había visto y que no era mi madre, deje la agenda afuera y me pregunte si alguna de esas mujeres contestaría, unos minutos después me encontraba marcando al azar desde la "A hasta la V" todos números de Inglaterra que se encontraban en la agenda.
-¿Aló, quien habla?- dice la mujer de la otra línea, yo frío como roca, respondo.
-Buenas noches, ¿Verónica?
-¡Tom! ¿Eres tu? ¡Peter se va ha alegrar de que llames... Tenemos años sin saber de ti,¿cómo esta tu esposa?-«se refiere a mi padre..» recapacito enseguida, yo le vuelvo a dirigir la palabra.
-Me he devuelto a Inglaterra creo que deberías avisarlo para una reunión de viejos tiempos sabes... El problema es señora Verónica que no soy Tom, soy Paul su hijo.
-Dios mío, Tom con hijos y todo quien lo diría... Bueno bueno Paul, dile que se pase contigo a la residencia Glover, mis hijas quizás se sientan felices al conocerte. Adiós.

No pude responder a nada porque aquella extraña señora ya me había colgado, tiene hijas, quizás son unas atractivas inglesas, pensarlo me da mucha mucha risa. A las dos de la mañana me fui a dormir, vi el reloj y casi me iba dando un paro cardíaco porque al otro día llegaría en el tercer semestre del instituto privado inglés donde mi abuelo se había encargado de inscribirme. Este es mi onceavo año, conoceré a nuevas personas a estas etapas de mi vida y ha de ser muy lindo.

-Señor Paul, su madre me mandó a despertarlo, ya son las siete de la mañana, llegará tarde a su primer día, abajo se encuentran sus primos Dan y Cris, le advierto que bastante eufóricos por su llegada, así que prepárese-Dice la mucama tocando mi hombro descubierto de las sábanas, yo abro mis ojos y la veo irse, Dan y Cris están de hecho abajo, ellos tienen un parecido muy similar, mi padre me ha recordado mil veces que son gemelos, son dos años mayores que yo, por decirse ya van a terminar el instituto y yo seguiré sin ellos, son dos niños con el cabello castaño claro como yo, tienen los ojos azules como el mar y tienen una sonrisa patéticamente igual, dientes perfectos, lunares en los mismos lugares según recuerdo.

Termino de vestirme diez minutos después con el horroroso traje que me tocaba llevar, me miro al espejo, mi piel quemada por los largo de los años esta reflejada, mi cabello castaño cae sobre mi cuello, es rizado, así que no se nota mucho su largo, concluyo abrochando mi corbata y salgo por aquel pasillo desconocido, cuando bajo las escaleras están mis dos primos presentes, los dos exageradamente altos, 1,90 centímetros cada uno, sus robustos cuerpos me toman desprevenido con un fuerte abrazo de oso.

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