La Invitación

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Theo movía sus ojos desesperado, buscando alguna excusa creíble dentro de su cabeza para salir airoso después de la metida de pata.

De repente se escuchó un molesto pitito, Hermione se tapó los oídos con las manos mientras miraba para todos lados buscando al causante de semejante artilugio del demonio que perturbaba su paz.

Theo sobando su nuca sonrió bajito_ lo siento Hermione, es mi bipper.

_ ¿Bipper?_  preguntó la castaña confusa.

Theo sujeto el aparato entre sus manos y leyó el mensaje, era su secretaria Gabriela que le avisaba de su reunión semanal con su socio Erick Thompson.

_ Por las barbas de Merlín, lo había olvidado por completo.

Theo miraba divertido a Hermione_  ¿Por qué me miras así? , Qué yo recuerde tu eres la muggle más inteligente de nuestra generación, no me vas a decir ahora que no conoces un bipper.

_ ¡Bruja! ¡Soy Bru... Ja!_  replicó entre sería y divertida. No entendía que tenía esta serpiente que no le causaba fastidio alguno, como en algún momento sintió por Draco o Pansy.

_ Pues no, no conozco esos artilugios del demonio, te recuerdo que yo vivo con mi hija en Londres Mágico, no muggle.

_ ¡Está bien! Tú ganas_ aseveró Theo_ te creo para que no te resientas.

Hermione hizo un puchero gracioso que causó la risa de Theo.

Theo rió con ganas_ Señora Ministra, usted parece una niña.

Hermione se ruborizó hasta las orejas y rió también junto con él.

Luego de unos minutos, se despidieron con un beso en la mejilla y la promesa de una invitación a almorzar.

Theo salió del Ministerio muy contento ya que se dio cuenta, que no le era indiferente a Hermione y podría iniciar su cortejo para enamorar a la madre de su hija. Porque estaba más que seguro que su pequeña Mía ya le había dado un lugar en su corazón.

Hermione seguía trabajando en su oficina, aún debía revisar unos documentos para aprobar una nueva Ley para los Centauros del Bosque Prohibido

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Hermione seguía trabajando en su oficina, aún debía revisar unos documentos para aprobar una nueva Ley para los Centauros del Bosque Prohibido.

En ese momento entró una lechuza negra con ojos azules que se posó en su escritorio y estiró su pata sacudiendo su cabeza.

Hermione tomó el pequeño pergamino y pudo notar la perfecta caligrafía de la misiva, era inconfundible.

Astoria la invitaba el día sábado a su casa, a tomar el té y otras golosinas, porque este mes le tocaba a ella preparar la pijamada Ladies Night, que se había convertido en una tradición entre ella y sus nuevas amigas.

Lo mismo sucedía con los hombres, pero ellos salían a pescar y se hospedaban en hoteles o en casa de uno de ellos para no imperturbar la diversión de las chicas.

Pansy sonreía leyendo la carta de Astoria

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Pansy sonreía leyendo la carta de Astoria.

Se las había arreglado para que los hombres invitarán a Theo también.

El paso uno entre Pansy y Astoria.

Luego de dos días Theo contestó afirmativo a la invitación

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Luego de dos días Theo contestó afirmativo a la invitación.

Ofreció su cabaña que tenía cerca del Río Tyne, en Northumberland.

Una cómoda cabaña de 6 habitaciones y 7 baños, con todo lo necesario para recibir a sus nuevos invitados. Lo único mágico que había en el lugar, era una familia de Elfos que se encargaban de mantener limpio el lugar y atendían a Theo cuando iba en sus vacaciones.

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