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✦✧✧𝙹𝚞𝚗𝚐𝙺𝚘𝚘𝚔✧✧✦

Hoy planeaba hablar con HanSeul para resolver nuestras diferencias y retomar el rumbo por el cual nuestra amistad estaba yendo.

Sin embargo, todo dio un giro inesperado.


Ver a EunHa en el suelo con lágrimas en los ojos tocó una fibra sensible en mí, fue mi pareja y le tenía mucho cariño. Al parecer aquello fue suficiente como para enfrentar a la chica que ocupaba la mayor parte de mis pensamientos.

No mentiré diciendo que soltar esas palabras hirientes fue sencillo, porque me dolió haberlo hecho. Y aún me preguntaba si fue una reacción apropiada de mi parte, era una carga de decepción y molestia que se colisionó resultando en algo negativo.


Llevé a la chica que tenía en mis brazos lejos del bullicio y la senté en una de las sillas que ahí había.

— Dime si te lastimo —Pedí al acuclillarme y ella asintió.

Tomé con delicadeza su pie y comencé a hacer presión en la parte del tobillo.

— ¡Duele Kook! —Saltó en su lugar, sus ojos llenándose de lágrimas nuevamente.

— Necesitas ir a un hospital —Hablé reincorporándome—, vamos.

— ¿A-Al hospital? —Recalcó con un tono extraño, como si estuviera preocupada.

— Sí, al hospital EunHa —La cargué de nuevo—. Tienen que tratarte ese pie.

— Pero... —Se removió en mis brazos, tragando saliva con dificultad.

— Yo la llevaré —Escuché que hablaron a mis espaldas, era Lee. Se encontraba de brazos cruzados con una expresión seria.

— No es necesario, yo lo haré —Aclaré, con la intención de seguir caminando.

— Todas los presentes están bajo mi protección, en otras palabras yo estoy a cargo de quienes terminen lastimados —Se acercó y con cuidado cargó a EunHa, calcando curiosidad en mí ante su repentino complejo de héroe.

— ¿Intentando quedar bien con todos?

— Tómalo como quieras Jeon, hago lo que me parece correcto —Hizo una pausa, mirando de reojo a EunHa—. Y contrario a ti, yo pienso mis palabras antes de soltar la primera estupidez que se me cruce por la cabeza.

Me dedicó una última mirada antes de darse media vuelta y alejarse hasta llegar a su auto.

Aunque lo negara, sus palabras habían calado en mí.

— Creo que Lee tiene razón, amigo —JiMin se colocó frente a mí—. Te pasaste.

— No estoy de humor para tus idioteces —Fue lo último que dije antes de largarme de ese lugar.

•••

— Hijo —Mamá me sonrió al llegar—, pensé que volverías más tarde.

— Ya no tenía nada que hacer allá —Aclaré mi garganta—, estaré en mi habitación.

No dejé que respondiera nada más y me encerré entre las cuatro paredes. En mi mente se repetía una y otra vez la expresión de HanSeul cuando le dije todo eso, sus labios temblaban y sus ojos me gritaban que me detuviera.

El Príncipe y la Rana » jjk ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora