El Príncipe y la Rana » jjk ✔️

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Desperté con mucha pereza, ayer nos habíamos quedado hasta tarde comiendo y charlando. Bajé restregándome los ojos y bostecé al llegar al comedor.

— ¿Qué hora es? —Pronuncié adormilado.

— Las once de la mañana —Me respondió una voz gruesa.

— Gracias —Contesté tranquilamente, al parecer mamá se había levantado mal de la garganta.

Esperen, volteé con rapidez y pegué un salto en mi sitio al ver a todos mis amigos junto a las amigas de HanSeul, las cuales se cubrían los ojos con sus manos.

— ¿Qué les pasa? —Inquirí confundido.

— Estás semidesnudo, idiota —YulBin hizo una mueca señalando mi pecho. Abrí los ojos en demasía y miré hacia abajo, efectivamente no traía camiseta.

— Ahora vuelvo.

Corrí escaleras arriba hacia mi habitación y me arreglé un poco. Al bajar, mamá les estaba dejando una bandeja con comida en la mesa de centro.

— ¿Y bien? ¿Nosotras qué hacemos aquí? —YooRa se cruzó de brazos, se notaba que no estaban muy felices de verme.

— Estaré arriba para que conversen más tranquilos —Mamá se retiró de la sala.

— JungKook quiere su ayuda para recuperar a HanSeul —JiMin habló por mí, lo miré entrecerrando los ojos.

— ¿Recuperar a HanSeul? —SolYi se levantó de su lugar, claramente molesta— ¡¿Ahora quieres recuperarla cuando la trataste como basura, imbécil?!

— Cálmate algodoncito —Le susurró el rubio, haciendo que se siente de nuevo.

— Tiene razón —Interrumpí su pequeña discusión, una vez más sintiéndome culpable—, pero hace poco me enteré de lo que realmente sucedió.

— ¿Cómo te enteraste? —La pelirroja interrogó suspicaz.

— Mírenlo por ustedes mismos —Saqué mi teléfono y busqué en la galería el video, les pasé el aparato y ellas junto a los chicos lo observaron en silencio.

— Esa hija de... —La peli azul tenía los puños apretados, y juraba que se estaba poniendo roja— Juro que cuando la vea voy a dejarla sin una sola hebra de cabello.

— Vuelvo a corroborar que esa chica está loca —YoonGi hizo una mueca de desagrado—, pero es astuta.

— ¿Ahora ven por qué estoy tan arrepentido? —Entrelacé mis manos dejándolas encima de mis rodillas.

— Esa no es la única razón —El idiota de Hoseok habló, mientras tosía falsamente.

— ¿No es la única razón? —Las tres me observaban esta vez con interés.

Carraspeé incómodo, ventilar mis sentimientos no me resultaba agradable.

— Si nos dices tal motivo tal vez consideremos la opción de ayudarte —Sabía que YulBin me estaba chantajeando para que suelte la verdad.

— Bien —Acepté, en verdad necesitaba su ayuda—, estoy enamorado de HanSeul.

Al decir aquello, las tres empezaron a reírse como desquiciadas.