Siempre ha sido ella // Anahug

4

- Hola cariño -dijo mi madre al vernos entrar por la puerta

- Hola mamá -dije mientras la abrazaba

- ¿Ana Julieta? -preguntó extrañada al verla- ¿Que haces aquí? ¿En teoría no tenía que venir Julia tu prometida? -me preguntó

Los dos nos miramos nerviosos, y con mi mejor cara tan solo pude levantar nuestras manos entrelazadas y enseñar el anillo de mi acompañante.

- ¿Eso es? -nos miró a los dos- ¿Eres tú la prometida de mi hijo? -preguntó ilusionada

- Así es -respondió sonrojada

- Dios mío que alegría -y no tardó en abrazarla- sabía que pasaría, siempre has sido mi favorita de vuestro grupo, pero el chico no quería que lo dijera -me empecé a poner nervioso- siempre le decía que la chica ideal para él eras tú... Pero me decía "Anaju es mi mejor amiga, es como mi hermana" -imitó mi voz- pero por fin se ha dado cuenta de la pedazo de mujer que tiene al lado

Yo tan solo quería escaparme, recordaba las miles de veces que mi madre me había dicho lo mucho que le encantaba mi mejor amiga, y es que parecía que estaba enamorada de ella. Anaju me apretó la mano y me la acarició con su pulgar para llamar mi atención.

- Fue todo muy rápido -dijo ella- no nos dimos cuenta de cuando pasó nada -reí intentando poner en práctica mis clases de teatro

- Pero ya lleváis 3 años según lo que me decía Hugo -se tensó al no pensar en ese detalle

- Sí bueno, no queríamos que si llegaba a ir mal fuese incómodo para vosotras -respondí- por eso os dije que se llama Julia, tan solo maquillé un poco la verdad

- Ya decía yo que cuando ella estaba por aquí os hacíais muchas miraditas -los dos reímos nerviosos y yo ya no sabía donde meterme

Se instauró un silencio y mi padre se quedó mirando la escena, ni ahora ni nunca había sabido descifrar cuales eran sus pensamientos, pero tampoco lo quería hacer.

- Hola Ana Julieta -se acercó hacia nosotros y se estrecharon la mano

- Hola señor Cobo

- Ana ya te lo he dicho -sonrió con esa media sonrisa- llámame por Rafa

- Perdón -dijo ella

- Bueno me ha gustado mucho esta sorpresa -rió y esa risa suya no me gustaba nada- ¿Qué os parece si nos ponemos al día en la cena y Hugo y yo nos vamos al despacho antes a hablar unas cosas?

- Ahora nos vemos -le acaricié la mejilla y le besé en la frente

- Siempre tan vergonzoso con las muestras de afecto -oí como le decía mi madre a Anaju

Ellas se quedaron charlando en la sala, y por ellas no me preocupaba; pero lo que hacía que mi mente no dejase de pensar era el hombre al cual estaba siguiendo hasta su despacho. Una vez entramos él se sentó en su sillón y yo me quedé de pié mirando la infinita estantería de libros.

- Suéltalo -dije sin mirarle

- Nos podrías haber dicho que tu prometida era Ana Julieta -primer reproche

- ¿Pasa algo si es ella? -me giré para intentar enfrentarlo

- Sí -se levantó- ¿Eres consciente de que está en peligro la empresa? ¿Eres consciente de que Ana Julieta no es nadie importante? ¿Que ella es tan solo Calavia?, me parece muy bien que sea tu mejor amiga y todo eso -su voz se empezó a levantar- es una gran chica, sabes que siempre me ha caído bien, pero no me gusta para que sea tu mujer. -yo tan solo podía negar con la cabeza- Ella es una chica más, no es de nuestro rango social, ¿En las galas ella con quien se juntará?, ¿Cómo conseguirás que la gente os respete cuando los del club vean que cualquiera puede estar en su círculo?

- Para -le corté- no te atrevas a seguir hablando así de ella, ni una palabra más. Ella es Ana Julieta y es la mejor mujer que voy a conocer en todo mi maldita vida. Puede ser que no tenga un linaje importante pero me da igual, te recuerdo que tu abuelo empezó siendo un don nadie y mira donde terminó, si a él no le hubiesen dado una oportunidad nosotros no seríamos nada. -apoyé mis manos sobre la mesa- me voy a casar con Anaju, y me da igual lo que tu pienses, ella va a poder con todo y más, todo el club querrá ser su amigo porque ella es así... Ella llamará la atención de cada una de las personas e irá bien para la familia tener a alguien que no le importé tan solo el puto dinero -terminé con la respiración entrecortada

- Hugo el linaje de la familia está en vuestras manos -dijo

- Pues te aseguro que no las puedes dejar en unas mejores manos que no sean las suyas -sentencié- y ahora vamos a ir a cenar, hablaremos de lo que quieras el Lunes en la empresa y vas a ir ahí, y le dirás lo feliz que estás de que sea de nuestra familia -en mi vida había hablado así a mi padre pero ahora no me podía mostrar débil

- De acuerdo -me giré y me fui hacia la puerta

Antes de salir me arreglé la corbata, me plaché el chaleco y la americana con las manos y por último estiré las mangas, miré a mi padre, asentí y me marché hacía la sala. Era capaz de oír como reían, y ahí estaban ellas dos, ajenas a los problemas, disfrutando de la compañía de la otra y seguramente recordando viejas anécdotas.

- ¿De qué hablan las dos mujeres de mi vida? -me senté al lado de Anaju abracé su cuerpo contra el mío

- Tan solo recordábamos viejos momentos -respondió mi madre

- ¿Cómo ha ido? -me acarició el muslo

- Bien no te preocupes -acaricié su cintura lentamente y nos quedamos mirándonos fijamente, sabía que ahora mismo me estaba analizando, y que ella sabía que había pasado algo pero no iba a dejar que ella se preocupase

- Era a eso a lo que me refería -interrumpió mi madre- esa manera de miraros -nos sonreímos- ay es que estoy tan contenta de veros juntos

Y ahí estaba mi corazón rompiéndose, me mataba tener que mentir a mi madre, me mataba verla tan feliz cuando todo era una mentira. Y lo peor de todo es que ella no lo iba a saber nunca, no sabía hasta donde iba a durar esta farsa pero ahora ya nos habíamos metido totalmente en la boca del lobo y tan solo podíamos seguir hasta el final.