El agua cae por mi cuerpo e intento despejar todo lo que está pasando últimamente por mi vida, parece mentira que de aquí dos semanas me vaya a casar y me encuentre como si me hubieran pegado la mayor paliza de mi vida. Con ojeras que ya no son capaces de esconderse ni detrás del corrector, sin ser capaz de comer bien, con el hígado destrozado de todo el alcohol que lleva consumiendo para olvidar y con los pulmones negros para intentar encontrar la paz desaparecida.
Paré el agua de la ducha y mientras me ponía la toalla alrededor de la cintura pude oír como unos silbidos que provenían del exterior del baño, los cuales fueron acompañados por el ruido de una puerta cerrándose. Me quedé paralizado y repase la gente que podía estar ahora en mi casa a estas horas de la mañana, y en total había un resultado de 0 personas. Abrí la puerta lentamente y pude oír los silbidos otra vez pero más a lo lejos, empecé a dirigirme hacia las escaleras y ahora oía como una voz haciendo otros ruidos diferentes. Bajé las escaleras intentando saber de dónde venía y quién era pero de repente volví a oír detrás mío los silbidos. Ya no sabía ni de dónde me venían los ruidos, tan solo sabía que estaba pasando algo en mi casa y no le encontraba sentido.
- ¿Hola? -dije esperando alguna contestación, pero obviamente fue inexistente- ¿Hay alguien?
Estaba paralizado en medio de la sala intentando encontrar de donde venía el sonido pero ya me era imposible descifrarlo.
Pero entonces unas pequeñas risas empecé a oír de detrás del sofá y la cabeza de Flavio se asomó por detrás de este.
- ¿Qué coño? -entonces su risa se hizo más fuerte para que aparecieran más risas juntas
- Joder Flavio es que no aguantas nada -se quejó Samantha
- Es que se ha quedado ahí en medio con esa cara y me ha dado mucha ternura -se acercó a mi para abrazarme
- Un día me vais a matar del disgusto y lloraréis mi ausencia
- Venga drama queen que tampoco es para tanto -dijo Sam
- A ver -miré como todo mi grupo de amigos estaba en mi casa- ¿Me podéis explicar que estáis haciendo aquí?
- Hugo, nos vamos unos días a una casa rural -dijo Mai
- ¿A una casa rural?
- Así es
- ¿Y se puede saber por que?
- Porque necesitas despejarte y la mejor manera para hacerlo es apartado de todo lo malo que te rodea
- Estoy bien -puse los brazos en modo de jarra
- Y yo que me lo creo -volvió a decir Sam
- Venga vamos arriba que te ayudo a hacer la maleta -dijo Anaju mientras se dirigía hacia las escaleras
- Y no quiero oír ni una queja -dijo Mai
- Lo siento amigo, pero esta vez las chicas tienen la razón -Bruno me abrazó por los hombros
- ¿Quién eres tú y que has hecho con mi fiel compañero?
- Tu fiel compañero quiere que vuelvas a ser el Hugo de siempre
Después de 3 horas en coche llegamos a una casa perdida por en medio de la montaña.
- ¿En serio, estamos en una casa perdida en el monte que está rodeada de cabras y vacas?
- Así es
Todos se adentraron en la casa mientras yo me quedé mirando donde estábamos, cuando me habían dicho que nos íbamos al lado de un pueblo con cabras no me esperaba que fuese literalmente. Todo mi alrededor era verde y se podía oler la mierda de los animales perfectamente, y es que un chico de ciudad como yo nunca se iba a acostumbrar a un pueblo perdido por el monte.
- ¿A ver, -Anaju estaba en medio de la sala con una lista comprobando que todo estuviese en orden- en cuanto a temas habitaciones cómo lo hacemos?
- Fácil, Maialen y Bruno juntos, Fla y yo también y vosotros en otra -dijo Sam
- ¿No hay ningún problema, no? -dijo Bruno- No es la primera vez que dormís juntos
Pero si que sería la primera vez después de que la última hubiésemos follado como unos desquiciados toda la noche.
- Claro que no hay ningún problema -la abracé por los hombros- somos tatos
- Hermanos de sangre -respondió ella dijo con una sonrisa falsa, y es que sabía que esto no le estaba haciendo nada de gracia
- Perfecto, pues todo arreglado, arreglamos las cosas y después bajamos al pueblo para ir a hacer las compras necesarias
Cada pareja se dirigió a la habitación que le tocaba y una vez que nos quedamos solos con una cama entre nosotros la tensión volvió.
- Si quieres puedo dormir en el suelo o en el sofá -dije enseguida al ver como la cama era un poco más pequeña que las camas de matrimonio
- No te preocupes por mi no hay ningún problema -se giró para empezar a deshacer su maleta- pero si tú quieres hacerlo no te lo voy a impedir
- Para mi tampoco hay ningún problema pero no quería incomodarte al fin y al cabo la última vez que dormimos juntos...
- La última vez ni siquiera dormimos -y ahí estaba el comentario que no quería oír
- Si -me rasqué la nuca intentado pensar en como romper el hielo
- Hugo no pasa nada -seguía colocando sus cosas- los dos somos lo suficientes mayores para saber lo que pasa entre nosotros, yo ya te dije mis sentimientos y voy a esperar si hace falta -me miró- pero quiero que estos días volvamos a ser esos mejores amigos que éramos antes que pasase todo esto, tan solo quiero que pasemos tus últimos días de soltero sin tener miedo a lo que dirá la gente o directamente sin preocupaciones.
- ¿Por los viejos tiempos? -me subí encima de la cama para acercarme más a ella
-Por los viejos tiempos -estrechó mi mano y yo no dudé en tirarla hacia la cama para empezar una guerra de cosquillas que como siempre terminaba conmigo arriba y con ella abajo.

ESTÁS LEYENDO
Siempre ha sido ella // Anahug
FanfictionHugo pertenece a una de las familias más adineradas del país. Anaju trabaja en una agencia de publicidad. Hugo se iba a casar pero su prometida le ha dejado. Anaju no tiene novio, ni quiere. Hugo tiene que presentar a sus padres a su prometida o si...