Siempre ha sido ella // Anahug

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POV HUGO

La veo alejarse a paso rápido, mi mirada está clavada en su nuca esperando en que se vuelva a girar. Acaricio lentamente el anillo que está en mi mano, ¿Cómo puede ser que una simple joya simbolice tanto? Hace un día era mi prometida y ahora tan solo es mi mejor amiga.

Y veo como finalmente su cuerpo desaparece por la calle, el corazón no para de latir, provocándome falta de respiración. Ahora mismo acabo de decir adiós a esa chica que desde el primer momento que la vi puso mi mundo patas arriba. Enseñándome a ser una mejor persona cada minuto del día y enseñándome que puede haber tranquilidad en el caos.

Su padre ya me avisó, para ella todo esto era un juego, y ahora me lo acababa de dejar muy claro. Aún no me creo cómo una simple mentira se puede llegar a convertir en verdad en tan solo unos meses, porque inconscientemente había llegado a creerme que Anaju era mi prometida y que iba a ser mi futura esposa.

- ¿Hugo entras o me vas a dejar con las ganas? -me giró y veo a Julia en la puerta esperándome tan solo con una camisa mía

Desearía decirle que no quería, pero no podía, ahora mismo mi padre me tenía cogido por lo huevos y yo tan solo podía hacer todo lo que quisiese ella.

- Esta noche no vamos a dormir -intenté poner mi mejor sonrisa y la cogí del cuello para empezar a besarla

Podría decir que nuestras bocas se juntaban perfectamente y que sus labios parecían hechos a medidas para mi, pero todo esto iba a ser una gran mentira. Por mucho que me intentase concentrar no era capaz de sentir nada, era como si mis labios chocasen con plástico y ya está, no había ese cosquilleo que me corriera por el cuerpo.

Ella empezó a desvestirme y sus manos me hacían sentir incómodo, quería imaginar a Anaju y empezaba a pensar que eran sus yemas las que acariciaban mi abdomen y que eran su labios los que dejaban pequeños besos en mi cuello. No quería abrir los ojos, porque sabía que si lo hacía la realidad iba a venir a mi como un balde de agua fría.

Sus manos subieron a mi cuello y daban pequeñas caricias a mi nuca e inconscientemente desperté de ese trance, sin que se notará aparté sus manos de mi nuca, porque por ahí ya no pasaba, ese lugar tan solo tenía una dueña y Julia no era.

- Si que quieres ir rápido -dijo cuando puse sus manos en mi cuerpo

- No quiero perder el tiempo -sonreí falsamente y volví a centrarme en sus labios

Miré la hora y eran las tres de la mañana, estaba en mi terraza fumando intentado encontrar la paz en mi cabeza. No podía dejar de pensar en ella, miraba el móvil esperando si enviarle algún mensaje para saber como estaba pero no podía, eso significaba que me había afectado la conversación y no me podía mostrar débil delante de ella.

No sé en que momento pasó por mi mente pero me puse la primera camisa que encontré y cogí las llaves de mi coche. Intenté hacer el menos ruido posible para no despertar a Julia y cogí el coche para dirigirme hacia su edificio.

Una vez que llegué aparqué en el primer sitio que encontré y me senté en el banco de delante del portal, miré hacia la ventana de su habitación y vi como estaba la luz encendida. Una figura pasó por delante de la ventana y pude saber que era Maialen, eso quería decir que estaban las tres juntas.

Me metí en la conversación que tenía con Anaju y escribí diferentes mensajes, pero no había ni uno que me gustase, más bien dicho no había ninguno que consiguiese expresar lo que quería.
Necesitaba saber cómo estaba así que no dudé en hablar con una de ellas.

Hugo

Estoy fuera

Hugo

¿Cómo está?

Maialen

No debería hablarte

Hugo

No es lo que te piensas

Hugo

Tan solo os pido a ti y a Sam paciencia, no es lo que os imagináis

Hubo una pausa por parte de los dos, nos encontrábamos en línea pero ninguna sabía que decir.

Hugo

¿Cómo está?

Maialen

Bien

Maialen

Preocupada por ti

Maialen

No quiere que lo vuelvas a pasar mal

Hugo

Ahora mismo me da igual cómo estoy yo

Hugo

Tan solo me preocupa ella

Hugo

¿Crees que le gustaría que le hablase?

Maialen

A ella siempre le gustará que le hables pero ahora mismo necesita descansar su mente

Maialen

Tú te tendrías que ir a dormir a casa, es muy tarde

Hugo

El problema es que no puedo dormir sin ella

Maialen

¿Entonces por qué lo has hecho?

Hugo

Mi padre

Hugo

Él lo ha descubierto todo

Hugo

He tenido que renunciar a su amor, para mantenerla en mi vida

Maialen

¿Siempre has mirado por ella, no?

Hugo

Siempre ha sido ella

Me quedé en línea esperando su contestación, pero de repente se salió del chat y entendí que la conversación había terminado.

Miré hacia su ventana otro vez y vi movimiento pero esta vez era ella, se acercó a la ventana para abrirla y miró hacia abajo yo lo más rápido que pude me escondí en el marco del portal para que no me viese.

Después de un minuto me atreví a salir de mi escondite y me volví a sentar en el banco dejando que el aire de Madrid me acariciase la cara. Nunca me hubiese imaginado llegar a esta situación y es que la echaba de menos, tan solo había pasado unas cuantas horas de la última vez que la había visto y ya echaba de menos todo de ella.

Y es que nunca me avisaron que echar de menos es el precio de los buenos momentos.