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Los rayos de luz entraban por la ventana de la habitación, mitad de su cuerpo estaba encima mío mientras su cara reposaba en mi cuello. Mis dedos hacían pequeños dibujos en la parte de su espalda descubierta por la camiseta que llevaba y sus brazos me abrazaban sin dejarme salir.

Un quejido salió por su parte indicándome que se empezaba a despertar y sabía que ese era mi momento favorito, y es que era la primera vez que me daba cuenta de lo que mis ojos veían al verla despertar.

- Buenos días -susurré

- Buenos días -apartó su rostro de mi cuello para poder mirarme a los ojos

- Eres preciosa -le acaricié lentamente su mejilla y ella se sonrojó escondiendo su cara en mi cuello otra vez

- Si mis padres no se enteraron por la madrugada ya lo habrán descubierto al no encontrarme en la habitación de mi hermana

- ¿Tú crees que me van a echar de casa? -pregunté preocupado

- No creo -nos empezamos a reír- ¿Quién nos lo iba a decir? -se mordió el labio

- Mi mayor sueño se ha cumplido -le guiñé el ojo y llevé mi mano a su trasero

- Hugo, tenemos que bajar -hice un puchero- no me pongas esa cara -la seguí haciendo

- No quiero bajar -fui a besarla

- No, no -puso su dedo índice en mis labios- que sino no bajaremos

Se levantó y se hizo un moño, me quedé mirándola fijamente cada uno de sus movimientos, sencillos pero elegantes, y es que toda ella era una diosa, parecía un ángel caído del cielo, sin ninguna duda era mi ángel.

- Vete a duchar y después baja a desayunar -mira la hora- bueno a comer





- ¿Pero estáis juntos? -estaba llegando a la cocina cuando oí a las 3 mujeres de la casa hablando

- No, no estamos juntos -respondió Anaju- tan solo que anoche pues pasó lo que llevamos evitando todos estos años

- Al menos sabíais que iba a pasar -era la voz de su hermana

- Supongo que en el fondo sí, pero nos escondíamos debajo de la amistad

- ¿Y ahora qué pasará?

- No lo sé -se hizo un silencio- os tengo que confesar una cosa

Sabía que les iba a contar lo de que nos íbamos a casar, tarde o temprana también se lo teníamos que decir.

- Hugo y yo estamos prometidos

- ¿Qué? -chillaron Teresa y Cristina

- Sh -dijo Anaju- que nos puede oír

- ¿Cómo que estáis prometidos?

- Su prometida, Julia, lo dejó hará como dos semanas y si ya sabéis de la tradición que hay en su casa de casarse antes de los 26

- Y vosotros este año hacéis 26 -concluyó su madre

- Así es -se hizo un silencio- lo tengo que ayudar, se ha esforzado un montón para que su padre le acepté y es injusto que por una tontería de tradición se quedé sin nada de lo que ha conseguido todos estos años

- ¿Pero que haréis el día que llegué la boda?

- Yo creo que la ex volverá, nunca le he caído bien, ya sabéis las veces que me dijo que me alejara de él -y aquí había información que yo desconocía

- Porque ella siempre ha sabido que era un pasatiempo para Hugo -dijo Cristina- la chica que se iba a casar igual de morena que tú, su nombre es Julia y tú eres Julieta, me sabe mal pero el chico te ha estado buscando por todas las mujeres posibles

Y yo tan solo podía pensar en todo lo que estaba diciendo, sin darme cuenta su hermana tenía razón, había estado buscando a Anaju por todas partes, había intentado encontrar a mi amiga en otras mujeres cuando la tenía a mi lado.

- ¿Y si ahora empezáis algo y la ex vuelve qué haréis?

- No lo sé, no quiero pensar en eso, no sé ni si lo de ayer era lo que tenía que pasar, tan solo sé que me moría de ganas de hacerlo

Volví hacía atrás y marque mis pasos para que así ellas supieran que estaba llegando y que así cambiasen la conversación hacia otro rumbo.





- Gracias por haber venido y traerme a casa -estábamos con el coche delante del portal de su edificio

- ¿Sabes que siempre estaré a tu lado pase lo que pase, no?

- Lo sé -me acarició la mejilla y nos quedamos mirando a los ojos

- ¿Te arrepientes de esta noche? -hice la pregunta, con miedo, sí pero la necesitaba hacer

- No -callamos- no sé si ha sido lo correcto pero nunca me voy a arrepentir de lo que ha pasado

- ¿Sabes qué ahora ya nunca será lo mismo, no?

- Lo sé, pero que te parece si vamos poco a poco viendo cómo avanza todo

El silencio inundaba el coche, tan solo entraba la luz de las farolas de la calle y eso,provocaba en el ambiente aún más intimidad. No decíamos nada tan solo nos mirábamos, nuestras manos jugaban a algún juego desconocido pero no podían estar quietas.

- ¿Te podré besar a partir de ahora? -ella se rió y se acercó más a mi

- Que te parece si también vamos viéndolo poco a poco -nuestras respiraciones estaban muy cerca

- ¿Mañana vamos a comer juntos? -junté nuestras frentes- me debes una cena

- Lo sé -nos volvimos a reír

Con inseguridad le cogí de la nuca para terminarla de acercarla a mí y atrapar su labio inferior con los míos, un beso lento, tranquilo. El típico primer beso que te das con la persona que te gusta desde hace un montón de tiempo y después de haberlo intentado una y otra vez lo consigues. Pues así era este beso, con los nervios de un adolescente y con la inseguridad típica de estar sacando a la luz sentimientos escondidos.

Siempre ha sido ella // AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora