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Llevaba tres cuartos de hora esperando sentado en el restaurante, miraba por el ventanal por si ella aparecía, pero no.

Miles de pensamientos pasaban por mi mente, ninguno era claro pero lo que si sabía era que estaba pasando algo. Ella nunca llegaba tarde, ella siempre era puntual, y no era yo el que se había adelantado.

Miraba el móvil esperando alguna señal suya pero no había ni un solo mensaje, la última vez que se conectó fue a las dos de la madrugada y ya está. Pero tampoco me preocupaba, ella era más de llamar en vez de hablar por Whatsapp.

- ¿Señor quiere que tome nota o seguimos esperando? -me vino el camarero

- Esperamos un rato más, no estará mucho en llegar -intenté poner mi mejor sonrisa pero por dentro me estaba comiendo los nervios

Decidí volver a llamarla, ya era la quinta vez, pero sabía que tarde o temprano me lo iba a coger.

Un pitido

Dos pitidos

Tres pitidos

Cuatro pitidos, mis dedos golpeaban impaciente la mesa

Cinco pitidos

- Buzón Movistar la pers -colgué

Dejé un billete de diez euros en la mesa y me fui hacia el edificio de delante para intentar saber que pasaba. Iba a paso rápido, mi único objetivo era entender el por que mi mejor amiga me acababa de dejar colgado en el restaurante sin ninguna explicación.

El portero me abrió la puerta y entré asintiendo con la cabeza para darle las gracias, y fui directo al mostrador donde estaba la secretaria de todo el edificio.

- Hola Sara -me apoyé en el mostrador

- Hugo -dijo extrañada- no esperaba verte por aquí, Anaju no me dijo nada de que vendrías

- Por eso mismo venía yo, he quedado con ella hace casi una hora para comer aquí delante y no ha venido, la he llamado y tampoco me coge el teléfono -admito que estaba nervioso- ¿Puedo subir a verla?

- Hugo -se quitó el pequeño aparato para coger las llamas- ¿No te ha dicho nada?

- ¿El qué me tenía que decir? -la impaciencia me estaba consumiendo

- Hoy ha llamado para decir que se cogía unos cuantos días libres hasta el Lunes de la semana que viene -hizo un silencio- se ha ido a Alcañiz

- ¿Por qué ha vuelto a su pueblo?

- Su madre ayer por la noche se cayó en la ducha y se dio un golpe muy fuerte en la espalda -me pasé las manos por la cara

- ¿Por qué no me ha dicho nada? -me mordí la lengua

- A lo mejor no te quería preocupar

- Así como es ella lo más seguro -empecé a pensar en que hacer- Bueno gracias -y empecé a irme

- ¿Hugo que harás? -dijo con un tono un poco alto

- Me voy con ella -y me giré para ir corriendo hacia mi coche

Primero hice una parada rápida en mi casa para coger la ropa que necesitaré estos días, después no dudé en llamar a mis padres para informarles que mi iba hasta el Lunes a Alcañiz. Ellos al principio no entendieron como era que Anaju siendo mi prometida no me había dicho nada pero después de insistir un rato se callaron y seguí conduciendo.

La música sonaba de fondo, y lo único en que podía estar pensando era en ella y lo cabezota que era, pero ahora mismo no me podía enfadar, estaba convencido que no lo había hecho a malas pero me cabreaba que no me contase cosas importantes como esta.

Conduje 4 horas y casi media hora para llegar a su casa, no me paré ni un momento, no quería perder tiempo y saber que ahora a lo mejor mi amiga me necesitaba. Tan solo quería verla y abrazarla, así que aparqué en el primer hueco que encontré y no dudé en ir corriendo a su casa.

Toqué el timbre y pasaron como unos diez segundos hasta que apareció Ignacio el padre de Anaju por la puerta.

- Hombre Hugo -dijo mientras abría la puerta de fuera- no sabía que ibas a venir, Ana no me dijo nada

- Es que ella tampoco sabe nada -intenté poner mi mejor sonrisa- me enteré de lo que pasó con Teresa y no dudé en venir a ver si podía ayudar un poco

- Teresa ya está en casa sentada en el sofá, tan solo ha sido un golpe un poco fuerte -los dos fuimos hacia la entrada- estoy seguro que estará encantada de verte

Entramos por la entrada y nos dirigimos hacia la sala donde estaba Anaju leyendo un libro, la madre y Crisitna, su hermana. Ellas ya me había visto pero mi mejor amiga seguía devorando las páginas

- Hugo cariño -dijo Teresa y automáticamente la mirada de Anaju se levantó

- Hola -fue lo único que dije

- ¿Qué haces aquí? -dijo sorprendida y levantándose para venir a abrazarme- ¿Cómo te has enterado?¿Qué haces aquí? -volvió a preguntar en mis brazos

- Pues he venido a ver como esta tu madre -me separé de ella y me dirigí a su madre para darle dos besos

- Cada día estás más guapo -me piropeó

- Usted si que está guapa

- Ay hijo yo ya empiezo a estar vieja

- Usted es como el vino, cuántos más años mejor -y ella se rió

- No has cambiado hijo -me senté en uno de los posabrazos del sillón de Anaju

- ¿Cómo has sabido que estaba aquí?

- Pues tú y yo habíamos quedado para comer y al estar una hora esperando y llamándote he decidido ir a hablar con Sara para que me dijese dónde estabas y cuándo me he enterado he decidido venir...

- Pero si no es nada grave, no puedes dejar tu trabajo así como si nada -negué

- Para mi era importante -ella sonrió- además que hacia mucho tiempo que no venía a ver a dos de mis chicas favoritas -le guiñé el ojo a Cristina

- Si no fuese porque mi hermana está casada pensaría que os traéis un rollo raro entre vosotros

- ¿Y quién ha dicho que no lo tenemos? -dijo Cristina y yo tan solo pude reír

- ¿Dormirás aquí, no? -me volvió a preguntar Anaju dejando su mano en mi pierna mientras la acariciaba

- Si puedo, -miré a sus padres- sino puedo dormir perfectamente en mi coche no hay ningún problema

- No hijo -dijo Ignacio- Ana dormirá con su hermana en el cuarto de Cristina y tú dormirás en el cuarto de Ana

Siempre ha sido ella // AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora