Siempre ha sido ella // Anahug

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24 de Diciembre

En teoría uno de los días más bonitos del año

Un día para pasar en familia

Día de reencuentros familiares

Día donde por todos los lados hay esa magia especial

Pero aquí estoy yo, sentado en mi nuevo despacho, mirando mi móvil.

En la pantalla de él puedo ver una foto de Anaju embarazada, una de todas las que le he hecho a escondidas.

Parece mentira lo que ha cambiado mi vida en tan solo un año, me acuerdo que hace 365 días estaba en casa comiendo con Julia, creyendo ser el hombre más feliz del mundo. Y ahora me encuentro aquí, delante de una pantalla lleno de cálculos y con un bocadillo de mortadela que ni si quiera me gusta.

En mi móvil aparece una llamada entrante de Anaju, sonrió inconscientemente al ver su nombre en la pantalla

- ¿Hola? -dijo al descolgar

- Soy yo

- Lo sé -digo con una risa tonta- ¿Pasa algo?

- No, tan solo quería saber si iba todo bien por ahí

- Todo perfectamente -mentira, me sentía solo, sin nadie que quisiera compartir este día conmigo

- ¿Seguro? -ella sabía que le estaba mintiendo, estaba seguro que había reconocido como mi tono de voz estaba más apagado

- Sí, ya he alquilado las películas de "Solo en casa" para hacerme un maratón esta noche -terminé con una risa falsa

- Grandes películas -la conversación se estaba volviendo algo incómoda

- Sí... -suspiré- ¿Entonces toda la familia está bien ahí?

- Sí, sí -podía oír ruido de fondo- ya sabes mi madre y mi abuela discutiendo por la comida, mi padre y mis primos llevando mesas de un lado a otro, y a mi me han abandonado en el sofá sin dejarme hacer nada

- ¿Ana Julieta sin poder controlar nada? Mala señal

- Tonto -nos reímos pero se volvió a instaurar un silencio entre nosotros dos

- Bueno...

- Bueno... -suspiró- ¿Hablamos más tarde? Así no te molesto

- Tú nunca me molestas Ana -pude oír su risa nerviosa- Hasta luego

- Hasta luego -la línea se quedó en silencio, nos habíamos despedido pero ninguno se atrevía a colgar, no se cuantos segundos pasaron hasta que oí la voz de su prima pequeña

- ¿Ana, me ayudas a hacerle trenzas? -seguramente se refería a su muñeca

- Claro cariño -y colgó

Eran las 22:37, tenía delante mío la película puesta y en mi regazo un bol lleno de palomitas. Una costumbre que no me había podido quitar, pero que sin embargo era incapaz de comer una sin pensar en Anaju. No le encontraba sentido comerlas si ella no estaba aquí conmigo, era como que estaban amargas.

Miré el móvil, para ver si alguien me había hablado o llamado, pero la bandeja de entrada estaba totalmente vacía.

Ahora Sam y Flavio debían de estar en Murcia en casa del último, y Bruno y Maialen deben de estar en Pamplona. Pero inconscientemente mi cabeza volvía a dirigirse a Anaju, me la podía imaginar en la mesa, junto a sus primos, quejándose internamente por no poder ayudar en la casa.

El timbre me sacó de mis pensamientos

Me quedé paralizado

Ahora mismo no esperaba a nadie

Fui hacia la puerta poco a poco y hablé por el telefonillo

- ¿Quién es?

- Soy yo

Abrí enseguida la puerta al oír su voz, no le di tiempo a llegar a la puerta de mi casa, ya me encontraba andando hacia ella sin creérmelo.

- ¿Se puede saber que haces aquí?

- No iba a permitir que mi mejor amigo pasase noche buena solo -llegué a su lado y no tardé en abrazarla

Escondí mi cabeza en el hueco de su cuello, y suspiré al tenerla entre mis brazos, quise respirar su aroma, me parecía mentira, pero estaba a mi lado, ahora mismo.

No podía quedar de besarle toda la cara, era una de las mayores sorpresas que me habían hecho y está era una de mis favoritas.

- Por dios cuánto amor -dijo riendo ante mis besos

- Nunca es demasiado -y terminé dándole uno más duradero en la mejilla

Nos quedamos mirando fijamente y mentiría si dijese que mis ojos no bajaron a sus labios pero salí del trance cuando ella carraspeó.

- Por dios entra que hace un frío que mata pingüinos -rió ante mi comparación

Una vez que entramos en casa, me quedé mirando como se quitaba la chaqueta, no me podía creer que estuviese ahora mismo aquí.

- ¿Qué pasa? -dijo al verme mirándola

- Que te quiero -fue lo único que salió por mi boca, pero no quise verle la cara tan solo la volví a abrazar- es que no me lo creo -me separé y pensé en la locura que acababa de hacer- ¿Cómo se te ocurre venir?¿Cuántas horas has pasado dentro del taxi?Tendrías que estar con tu familia, no, tendrías que estar descansando -una sonrisa estaba apareciendo en mi rostro- ¿Qué te hace tanta gracia? Porque a mi no ¿Si hubiese pasado algo?

- Hugo -se acercó y me cogió de las mejillas- no ha pasado nada, tranquilízate, estamos bien las dos -suspiré derrotado

- No vuelvas a hacer algo tan disparatado como esto, y mucho menos si es para venir a verme

- Hugo, es noche buena, y es para pasarla en familia -se acababa de referir a nosotros tres como una familia y no pude evitar sonreír como un niño pequeño

- Te salvas pero no entiendo como en Alcañiz te han dejado hacer esta disparatada idea

- No me han dejado, me he escapado cuando nadie me veía -abrí los ojos

- ¿Quién eres tú y que has hecho con mi mejor amiga? -se rió

- Mi madre me ha pegado la bronca en el taxi y le he dicho que cuando llegase la llamaría así que... -fue a mirar su móvil pero no tenía batería

- Te dejo el mío -fuimos a la sala y se lo di

Marcó el número de su madre y puso el manos libres, a los dos pitidos ya descolgaron la otra línea

- ¿Quién es?

- Mamá soy yo, estoy hablando desde el móvil de Hugo

- Ana Julieta no vuelvas a hacer esto, estás embarazada de 7 meses -rodó los ojos

- No lo volveré a hacer, tranquila

- Es que no sé que se te ha pasado por la cabeza -me miró y me guiñó el ojo

- Mamá mañana ya me pagarás la bronca pero ahora te llamaba para que supieses que estoy bien

- Mañana os quiero a los 3 aquí

- ¿A los tres?

- Sí, a ti, a Sofi y a Hugo -abrí los ojos sorprendido- mañana a las 14:30 comemos en casa de la abuela así que os quiero en la mesa a los tres comiendo ¿De acuerdo?

- Sí -dijo sonriente- bueno mamá te dejo

- Adiós, portaos bien, no hagáis cosas raras -nos ruborizamos

- Adiós mamá -y colgó enseguida

- Esto de estar embarazada te está revolucionando

- Las hormonas amigo, las hormonas -se sentó en el sofá y cogió el bol de palomitas

Me quedé como un tonto mirándola de pie, mientras ella cogía un puñado y se las metía todas en la boca.

- ¿Bueno vamos a terminar la película o qué?