Siempre ha sido ella // Anahug

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- ¿Entonces, yo me hago pasar por Julia?, pero la gente que ya te ha visto con ella se dará cuanta de que ella no soy yo -decía desde el vestidor de la tienda mientras yo le esperaba sentado en unas butacas para ver como le quedaba la ropa

- Todo el mundo ya sabrá que ella y yo hemos cortado -pensando con lo bocazas que es mi ex-prometida- y mis padres nunca la han visto, así que podremos decir que  después de tantos años nos hemos enamorado, que mi persona ideal eres tú y no me había dado cuenta hasta que Julia me dejó, y que en la única que pensaba después de todo eras tú -no recibí respuesta por parte de ella, pero se instauró un silencio incómodo- en plan para seguir la falsa quiero decir -carraspeé

Después de comer nos habíamos ido al centro para prepararnos para la cena, habíamos ido a la peluquería, a comprarme un traje nuevo y ahora llevábamos media hora buscando el modelo ideal para Anaju.

- Anaju llevas 5 minutos ahí dentro, sal ya -dije mirando el móvil

- No se si esté es ideal para la ocasión, no es muy formal

- Seguro que te queda de puta madre -una chica pasó por delante mío y mi mirada la siguió de arriba abajo para ver como ella me sonreía de manera coqueta

- Ya estoy -entonces me giré hacia donde estaba mi mejor amiga y ahí estaba

La miré de arriba abajo, primero me fije en sus piernas delgadas, tonificadas, para llegar a su cintura perfecta y llegué a su escote, bendito escote, era atrevido pero formal.

- ¿Te gusta? -dijo inocente mirándose al espejo de delante

- Sí -salió un hilo de voz- quiero decir -me levanté para ir detrás suyo y verla mejor- estás espectacular -mi boca estaba seca

- ¿Este rojo no es demasiado atrevido?

- Ana Julieta -nuestras miradas se juntaron en el reflejo del espejo- el rojo a partir de ahora es mi color favorito -nos reímos

Ahí en espejo estábamos los dos reflejados, íbamos vestidos elegantes pero ella brillaba al lado mío, como siempre. Siempre que ella me había acompañado a alguna gala, ella siempre era la que se llevaba las miradas y lo entendía.

- Hacemos una buena pareja -dije cuando la agarré de la cintura y la apoyé en mi pecho

- La hacemos

Ninguno de los dos se movía tan solo mirábamos con un silencio cómodo, ella entrelazó su mano con la mía y ahí es cuando me di cuenta de lo que le faltaba.

- Recoge tus cosas que nos falta una última parada -vi que quedaba una hora para ir a casa de mis padres y no podíamos perder el tiempo

- Hugo no falta nada -dijo ella mientras la arrastraba de la mano por la calle

- Sí que falta -me paré en la tienda la cual nos faltaba para entrar

- ¿Hugo que hacemos en una joyería?

- Me falta tu anillo de compromiso -entramos

- Puedo utilizar el de Julia, tenemos la misma mida

- No vas a utilizar el de ella -fui hacia el mostrador- te mereces uno mejor

- Hugo te has gastado un pastizal conmigo hoy -se señaló a ella y a las bolsas- no hace falta que compres un anillo de compromiso para nada

- Anaju -le cogí de las manos- tú eres consciente de lo que me dirán mis padres si no te ven con un anillo -negó- vale pues yo tampoco lo quiero averiguar, así que te voy a comprar el anillo que más nos guste -asintió

- Hola señor Cobo -dijo el vendedor al verme

- Hola ¿Qué tal?, le presento a mi prometida -acerqué a Anaju con mi mano- él es un gran amigo de la familia -sonrió orgulloso- todas las joyas que tiene nuestra familia son suyas

- Y es un placer -me dijo

- Quiero los mejores anillos de compromiso que tengas para ella -él asintió y se fue dentro del almacén a buscarlos

- Hugo todo lo que hay aquí es muy caro -dijo ella mientras miraba todas las joyas y sus precios

- Por favor -no quería discutir más

- Vale, lo siento -me abrazó- es que ya sabes que no me gusta esto

- Ya se que no te gusta mi vida llena de lujos, pero tu ya hace 8 años que estás conmigo en esto y nunca me has dejado consentirte -le acaricié la cara- déjame mimar a mi mejor amiga

- Aquí están señor Cobo y señora... -la miró esperando a que le dijese su apellido de soltera

- Señora Cobo -dijo ella, por mi parte hubo sorpresa, ella me miró y al ver mi rostro se acercó a mi oído para susurrarme- si lo hacemos, lo hacemos bien -y se acercó al mostrador para mirar los anillos

Y ahí estaba ella, mirando los anillos para elegir uno, su mirada tranquila los miraba todos, analizando cada centímetro de ellos. Su labios entreabiertos dejaban pequeños suspiros salir y su dedo delicadamente señaló uno de ellos. Y ahí estaba el anillo más sencillo de la colección, el menos extravagante, de oro blanco con pequeños diamantes.

Me miró esperando aprobación, pero ella no sabía que cualquier cosa que eligiera para mi siempre sería lo indicado.

- Albert -dije el nombre del señor que nos vendía los anillos, pero no aparté la mirada de ella- mi prometida ya ha elegido -ella se sonrojo y volvió a mirar hacia el anillo

- Gran elección señora Cobo

Albert me dio el anillo una vez que lo sacó poco a poco de la caja y no me lo pensé dos veces, cogí la mano de mi amiga y con delicadeza puse el anillo en su dedo. Su mano reposaba encima de la mía mientras los dos mirábamos nuestras manos juntas y admito que me gustaba como le quedaba ese anillo.

- Es perfecto -dijo ella

- Lo es

Nos encontrábamos los dos delante de la puerta de mi casa, aún no había apretado el timbre y es que los dos nos encontrábamos nerviosos a causa de la mentira que íbamos a empezar.

- ¿Estás bien? -le acaricié la mano

- ¿Siempre juntos, no? -sonrió

- Siempre -respondí y fui a apretar el timbre pero su mano me paró- ¿Que pasa?

- Hugo no quiero que nuestra amistad se rompa por esto -le acaricié la mejilla

- No pasará -ella entrelazó su mano con la mía que le acariciaba la cara- ¿Pero no te enamores de mi, vale? -quise bajar la tensión

- Y tu prométeme que tampoco lo harás de mi -sonreí ante su comentario

- Lo prometo