Capítulo 51

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Capítulo 51

LUCAS


Le conté sobre Gabriel. Le conté sobre el hecho de que mi padre prácticamente se había deshecho de mí. Le conté sobre cómo mi madre se había mudado al otro lado del país cuando yo era un niño. Le conté sobre cómo nunca había tenido un amigo, no después o antes de Gabriel. Le conté que las relaciones no eran lo mío y que posiblemente jamás lo serían. Le conté que no sabía que hacer con mi vida, que terminaría yendo a la universidad que mi madre quería que fuese, que seguramente estudiaría algo aburrido con números o leyes. Le conté que lo único que sabía que quería era el piano. Le conté que estaba tocando otra vez. Le conté que me fascinaba. Le conté que era lo único en mi vida que era constante, que jamás se iba, que siempre estaba en algún rincón de mi corazón, por más lejano y oscuro que se encontrase.

Por alguna extraña razón, estar allí arriba con Ana me había hecho sentir que podía hacer cualquier cosa.

Pero más tarde me daría cuenta de que era Ana en realidad la que me hacía sentir eso. Que era ella quien me llevaba a las nubes y que me decía que estaba bien soñar, aunque sea un poco.

Cuando terminé de hablar ya estaba por terminar el viaje de la rueda de la fortuna. Pero ella no le prestaba atención al paisaje. Parecía que yo era el centro de su universo y quería que se quedase así por mucho más tiempo. Aunque algo me decía que habían otras cosas por solucionar y que sería difícil.

Diablos, sería el desafío más difícil de mi vida.

La miré una vez más, encontrándome con su sonrisa dulce. Estábamos tan cerca que hasta podía ver sus pecas, iluminadas por los faroles de luz de todos colores. Un mechón de su cabello se interpuso en el camino, lo corrí y lo pasé por detrás de su oreja, acercándome a ella.

No sé si fui yo, o si fue ella. Realmente no importaba. Lo que importaba era sentir sus labios en los míos otra vez y perderme en ella. En su perfume, en la suavidad de su cabello, en la forma en que se aproximaba a mí.

La había extrañado mucho más de lo que había creído.

Y aquel pensamiento lanzaba señales de peligro a mi cabeza, de que era momento de alejarme, de dejarla, de separarme de ella. Pero sabía que esta vez no lo haría.

Tal vez jamás lo hiciese.

Ana era mi ancla. Pero también me llevaba al cielo como nadie más. Y presentía que nunca, ni en mil años, me volvería a sentir de esta forma con alguien. 





Hola! Val les habla aquí :) Sólo quería pasar a hablarles un poco. Sé que este capítulo es un poco corto, pero a veces es necesario que sean así. A veces uno siente que es como debería ser, corto, al punto, directo. Y fue uno de los capítulos que más disfruté. Me gusta experimentar con mi escritura y las diferentes formas que tenemos de expresar los pensamientos de un personaje. Y poco a poco estoy probando estas cosas. 

Por otro lado, estamos muy cerca del final. Demasiado cerca. No sé cómo procesar esto, pero lo estoy haciendo de alguna forma y la verdad es que ya quiero escribir las últimas escenas, las últimas conversaciones, y pensar en el destino de mis personajes. 

Cuando termine Lucas y Ana, es posible que les hable más en concreto de estas emociones, pero por ahora, quiero que disfruten del final :) Sí, sé que hice sufrir demasiado a Lucas. Creo que nunca había escrito tanta tristeza, tal vez con Isabella en Déjalo y Mírame, pero creo que con esta novela llegué a un nivel más profundo, y para nada me esperaba que saliese así. 

En fin, nos vemos! Gracias por leer! Me pone muy feliz que estés siguiendo la historia hasta este punto. 

Lucas y Ana ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora