Cinco

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La joven se encontraba pintando una replica del castillo con óleos, en el salón con enormes lienzos y muchas pinturas

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La joven se encontraba pintando una replica del castillo con óleos, en el salón con enormes lienzos y muchas pinturas. Amaba la pintura y dibujar, desde muy pequeña le habían mostrado como hacerlo y desde entonces solía ser una de sus actividades favoritas.

Noches anteriores se había dispuesto a salir a ver las calles de Berry, sus padres hablaban constantemente de las medidas que tomarían contra aquellos pequeños levantamientos que comenzaban a surgir y deseó conocer más, eran las provincias de su padre pero nunca había visto una sola. Se limitaba a habitar los castillos y a visitar a los marqueses, duques, condes entre otros nobles más. Si tenia suerte exponiendo su idea, sus padres le permitirían salir acompañada de un par de guardias.

-Joven- la mucama entró suavemente.

-Pase. ¿Qué sucede?

Clarisse se quitó del delantal que portaba y limpió una diminuta mancha de pintura que salpicó en su vestido y lo alisó con suavidad para después acercarse a la mucama.

-Le ha llegado este paquete específicamente para usted.

Le entregó un pequeño cuadrado cubierto de papel con un listón, lo examinó detenidamente, jamás en su vida había recibido un paquete dirigido a ella y se preguntaba quien sería el remitente. Suavemente lo giró al contrario y ve en letra cursiva un nombre: Lyon

¿Por qué le mandaria un regalo? ¿Qué se encontraba adentro?

Sin tomar más tiempo lo rompió con delicadeza para encontrar dentro de una pequeña caja con un collar, tenía un pequeño cristal que relucía a la luz y se asombró de inmediato. Era un hermoso regalo, mucho más hermoso que el que tenía puesto. Corrió a verse al espejo mientras lo colgaba sobre su cuello. No pudo pensar que tan lindo se veía. ¿Acaso Lyon lo compró para ella? La joven se preguntaba porque no se lo había entregado en persona, le hubiera gustado poder agradecerle por su regalo.

-Perdone que la moleste de nuevo- la mucama volvió a entrar- pero un joven la busca atrás de las puertas.

Al oir aquellas palabras decidió dejar a la mucama e ir escaleras abajo tras el muchacho que segundos antes le había dado ese collar. Trataba de no tropezar mientras respiraba para controlar el aliento mientras destilaba emoción, era el primer regalo que recibia de parte de un joven que no era diez años mayor que ella. Cuando por fin logró bajar todas las escaleras en espirales, salió en dirección a la puerta principal.

El joven que esperaba no se encontraba allí, en su lugar estaba un pelirrojo con el que había bailado la fiesta anterior un tanto irritado ante el guardia que le prohibía pasar. Clarisse se sentía un tanto decepcionada de que no fuera Lyon pero su cabeza se invadía de la duda de que hacia Julien allí, sin sus padres.

-¿Podrias decirle que me dejen pasar? Estos vasallos al parecer no saben quien es el hijo del duque

-Dejenlo pasar, gracias- ordenó con delicadeza.

Vestigios | Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora