Treinta y ocho

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Estaba despierta

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Estaba despierta. No era temprano, el suelo reflejaba los grandes rayos de luz procedentes del sol. Había pasado gran parte de la noche sin poder permanecer con los ojos cerrados, involuntariamente los abría y miraba al techo como si fuese la cosa más interesante.

Quiso no actuar sorprendida ante la presencia de Lyon, seguía con los párpados pegados, dandole una vista de sus largas y curveadas pestañas y su mandíbula perfectamente delineada. Se imaginó que estaría fuera, trabajando como a veces lo hacía. Pero estaba allí, descansando con toda la tranquilidad del mundo. Le pareció de las escenas más dulces que había visto en su vida. Su mano se alzó lo suficiente como para acariciar con no más fuerza que una pluma, cada una de sus facciones.

No tardó mucho tiempo en despertarse y atraparla justo cuando intentaba llegar a su cabello. En un intento por ocultar la vergüenza que sentía, cerró sus ojos fingiendo que estaba dormida, solamente esperaba que se lo creyera.

Claramente no fue así. Escuchó su suave risa somnolienta y dejó un beso sobre su mejilla para después sentarse y estirarse.

Después de lo que había ocurrido la noche anterior, estuvo pensando en que tal vez estuviera molesto o irritado pero la idea se evaporó de su mente de inmediato.

Pero no podían simplemente ignorarlo como si nunca hubiese pasado aquella situación, porque el tiempo nunca se había detenido y si la estaban buscando, era demasiado sencillo poder dar con ambos. Y mucho más después de las amenazas del padre de Lyon.

Se sentó de la misma forma, captando su atención pero sin poder pronunciar ninguna palabra. ¿Qué iba a decir cuando a ella también le parecía la situación más difícil de toda su vida?

-Respecto a lo que sucedió ayer.. Yo... bueno.. Creo...- comenzó pero simplemente no encontraba la forma correcta de decirlo- Creo que mientras más tiempo pase, va a ser más fácil que te encuentren.

-Lo sé- asintió completamente seguro, como si lo que le estaba diciendo no hubiese sido suficiente para que titubease aunque fuera un poco.

-Pero eso no tendría porque pasar ¿sabes? Estoy segura de que si vuelvo, no harán nada.

Ese había sido el pensamiento que se apoderó de ella durante toda la noche. Había meditado mucho en ello y aunque le seguía pareciendo la peor opción, era lo único que podía hacer para ayudar. Porque si era honesta, sería culpa suya si algo les pasara.

-No, no tienes porque hacerlo.

-Claro que si- exhaló aire frustrada- Es mi culpa.

-No es tu culpa, nada de esto es tu culpa- negó repetidas veces mientras buscaba su mano entre la sábanas y cuando finalmente lo hizo, la acarició con su pulgar.

-Lo es, yo fui la que huyó.

-Pero yo te fui a buscar y en ese caso la culpa es de los dos.

Negó. Estaba irrumpiendo en la vida de Lyon; en la relación con su padre, con Aimée, incluso en su estancia en Versalles que era demasiado peligrosa con lo que estaba sucediendo en Francia. Y ni siquiera había estado consciente de ello.

Detestaba todo. Todo lo que hacía que no pudiera quedarse junto a Lyon; la nobleza, su padre, Francia. Absolutamente todo.

-Si no hubiera sido por mí ahora no estarías en este problema. Tú estarías bien con tu padre y no habría nadie buscandote también.- quitó su mano de la de él y miró hacia abajo, sintiéndose la peor persona del universo- Perdón.

En ese momento, Lyon la atrajo con sus brazos cuando vio que quería comenzar a llorar. Clarisse no pudo resistirse, nunca podía resistirse cuando se trataba de él. Se aferró a su torso como si ese hubiese sido el último momento que podría tener junto a él. Realmente todo se sentía así.

-¿Y si te digo que te quiero aquí sin importar todo lo demás?- se inclino hacia su oído lo suficiente como para que oyera aquel susurro.

-Yo también quiero quedarme aquí- admitió en voz baja, sin importarle que tan egoísta pudiera sonar. Porque él también la quería allí y eso la llenó de la seguridad suficiente como para decirlo.

-Entonces ya está, no te vas a ir.

Quería entender porque se arriesgaba de esa forma, ella lo amaba y haría lo que fuera para que él se encontrara bien pero no era en nada comparado a lo que él se arriesgaba. Ella simplemente volvería al palacio y se casaría con Julien, eso si no la rechazaba después de haber huido (lo cual no le hubiera molestado) pero después de haber visto como era Francia, no iban a ser tan respetuosos con alguien que no fuera parte de la nobleza y mucho menos después de todo lo que había hecho por ella.

Iba a esperar unos días, confiaría en que podrían encontrar una solución pronto, aunque le pareciera de lo más imposible. Pero tampoco iba a exponerlo si no lograba haber ninguna.

Se escaparía si eso fuese necesario.

~ · ~

Espero que les haya gustado el capítulo aunque haya sido muy corto 💗

Desde la semana pasada estoy en exámenes, espero que cuando salga de vacaciones pueda actualizar mucho más seguido y con capítulos más largos.

Muchisimas gracias por su apoyo, leídas, voyos y comentarios en esta historia.

¡Que tengan un bonito día!

Vestigios | Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora