Capitulo 8

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Se hizo un silencio entre nosotros.

"Yo me juzgó todos los días por esto". Después de decir esa frase supe que no podía mentirle, él siempre sabía cuando las cosas no estaban bien y ahora no iba a ser la excepción.

- No quería provocar esto. No te voy a negar que no estuve bien el día que te casaste, tuve un concierto y por primera vez en mucho tiempo me costó subirme al escenario.
- No sabía que estabas así...
- No te imaginas cómo me sentía cuando la prensa me preguntaba por qué no había ido a la boda, o me decían si te había felicitado ya.
- Lo sé, vi los programas y no entendía por qué te preguntaban por mi.
- Dulce, la prensa no es tonta. Sabes que durante años nos preguntaron por nuestra relación, aún creen que nos escondimos, y tienen razón.
- No quiero que suene mal esto que voy a decirte, pero te extrañé mucho ese día, por un momento pensé que estaba cometiendo un error y necesitaba que estuvieras allí para decirme que todo saldría bien. Sé que es muy egoísta, pero has estado en los momentos más importantes de mi vida, y esta vez fui yo la que te aparté.
- ¿Tú en mi lugar hubieras estado allí?
- No hubiera podido ver cómo dabas ese paso, entiendo que no fueras.
- Intenté no pensar en eso, pero no podía quitarme de la cabeza la idea de que ya no habría vuelta atrás después de ese día.

Me había dejado sin palabras una vez más. Quería decirle que me arrepentía de no haber corrido a verle después de su llamada, pero tampoco era justo para mi dejarlo todo después de meses sin saber de él.

- No podemos seguir así Christopher. Las cosas no son tan fáciles como antes, tú tienes tu vida y yo la mía. Los dos hemos decidido que sea así y ahora no va a cambiar nada.

Nos quedamos mirando fijamente y suspiré sin poder decir nada más. De repente sonó mi celular, apareció el nombre de Paco en la pantalla y mi cuerpo se puso en tensión.

- ¿Bueno? - Contesté rápidamente.
- Mi amor ¿te queda mucho para llegar?
- Ya estoy llegando, en cinco minutos estoy en la casa.

Colgué y vi cómo Christopher me miraba.

- Creo que ya es hora de que me vaya. - Dije mientras guardaba el celular en mi bolsa.
- Está bien. Que pases una feliz navidad.
- Tú también, saluda a tu mamá y felicítala de mi parte.
- Hablamos.

Nos despedimos con un beso en la mejilla y me bajé del auto. Al alejarme mire hacia atrás y vi a Christopher aún estacionado. Él siempre esperaba que entrara en casa antes de irse, era su manera de cuidarme, nos miramos antes de que entrara en casa y vi como arrancaba el auto y se iba.

Saqué las llaves y entré sin hacer ruido. Paco me esperaba tumbado en el sofá, me acerqué a él y le di un beso.

- Al final llegaste tarde. ¿La pasaron bien, verdad?
- Sí, estuvo muy buena la cena.
- Me hubieras dicho que fuera a por ti, estoy con insomnio.
- No te preocupes agarré un taxi.

Odiaba mentir, pero últimamente se había convertido en mi forma de vida. Nunca le había contado a Paco nada sobre Christopher, me daba pánico decirle lo que pasó entre nosotros y crear un conflicto, pero también sabía que algún día la verdad saldría a la luz.

Después de esa noche el secreto que llevaba tantos años arrastrando conmigo estuvo más presente que nunca, y sin darme cuenta volví a retroceder. Sabía que esa cena podía cambiar las cosas, pero no imaginaba que podían cambiar tanto.

Me fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora