Capítulo 28

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Narra Dulce:

Me dio mucha alegría verlos a todos.

Nos habíamos acostumbrado a hablar prácticamente todos los días por WhatsApp, y cuando hacíamos zoom nos reíamos como hace años no lo hacíamos.
Contábamos miles de anécdotas y recordábamos muchas de las cosas que habíamos vivido juntos. Me hacía muy feliz volver a estar así con ellos.

RBD era una parte muy importante de mi vida y nunca podría negar mi pasado. Fue una experiencia que me dio muchas cosas, también me quitó otras, pero así es. Me dio cinco hermanos que sé que estarán para siempre en mi vida, me dio la oportunidad de recorrer el mundo haciendo lo que más me gustaba, me enseñó a soñar muy alto, me dio la oportunidad de conocer a mi otra mitad.

Estuvimos tanto tiempo separados después del fin del grupo que ahora que habíamos vuelto a ser los de antes sentía la necesidad de saber de ellos todo el tiempo. La última vez que coincidimos fue en la cena que organizó Anahí en 2015, y en ese momento ni siquiera estuvimos todos juntos. El día que Anahí me marcó para decirme que estaba preparando una cena para nosotros no supe qué decir, quería encontrarme con ellos, pero al mismo tiempo no estábamos en nuestro mejor momento.

La cena fue diferente a cualquiera que hubiéramos tenido antes. Nos reímos, lo pasamos muy bien, pero intuíamos que ya no era como hacía años. Me puso muy triste sentirlos tan lejos a pesar de estar tan cerca, pero así eran las cosas en aquel momento. Solo un año después estallaría una guerra en la que yo no quería participar, una guerra de la que salí herida sin haber tan siquiera luchado. La noche de la cena estuvimos bien, pero esta vez no era como las otras en las que éramos capaz hasta de escaparnos de todos para estar un momento a solas.

Tuvimos un instante en el que los demás estaban tomándose fotos y yo aproveché para acercarme a la mesa donde Christopher estaba sentado para hablar con él. Aparté la silla y me senté a su lado. Él estaba algo distante, pero yo necesitaba sentir que nada había cambiado entre nosotros.

- ¿Qué haces aquí solo? - Le dije.
- Todos han visto la cámara de Guillermo y han salido corriendo. - Me contestó riéndose como siempre y provocando que yo me riera también.
- Había que inmortalizar el momento, esto no pasa todos los días.
- Extraño a Poncho, siento como un vacío si no estamos los seis, sabes. - En ese momento entendí que esto no era un reencuentro, no podía serlo si no estábamos todos.
- Tienes razón, pero ya sabes cómo son las cosas. Aunque me encantaría que todo fuera de otra manera.

Y nos miramos como hacía tiempo no pasaba. Sabía que los dos queríamos que todo fuera distinto, no podíamos dar marcha atrás en nuestras decisiones. Habían sido muchos años de cambios y ahora era imposible retroceder el tiempo. Estuvimos unos segundos en silencio hasta que llegó Anahí.

- Estamos todos allá con las fotos y ustedes aquí. - Dijo Anahí.

Y entonces Maite y Christian se acercaron.

- Guillermo, tómanos una foto a los cinco juntos, por favor. - Anahí quería tener mil fotos de ese día, y no había quien le dijera que no.

Esa foto dio la vuelta al mundo como cualquier en la que apareciéramos alguno de nosotros respirando el mismo aire, siempre me he preguntado qué hace tan especial a RBD, cómo es posible que la magia que se creó entre nosotros siga intacta a pesar de los años.

Hoy era un día distinto, hoy tenía algo muy importante que decirles a todos por aquel grupo de WhatsApp que nos estaba dando la vida estos últimos meses. Hacía unas semanas me había enterado de una noticia que me iba a cambiar la vida.

Planes. ¿Para qué hacerlos si la vida llega cuando menos lo esperas para desbaratarlo todo? Y esta vez era justo eso lo que había llegado, una nueva vida. Estaba muy feliz, siempre había soñado con este momento, quizá no como se planteaba ahora mismo, en estas circunstancias. Siempre me había imaginado este momento de manera distinta, y hasta no hace demasiado tiempo lo veía todo desde otra perspectiva. Solo Dios sabe por qué hace las cosas y si tenía que ser así, así acabaría siendo.

Eran casi las once de la noche cuando agarré el celular y me armé de valor para darles la noticia, ellos son mi familia también y merecían saberlo antes que el resto del mundo.
Paco me preguntó si me a dormir ya, y le contesté que me quedaría un rato más leyendo en el sofá. Me senté y comencé a escribir mientras los nervios invadían cada parte de mi.

"Chavos, les tengo que contar una cosa"

"Voy a ser mamá"

Y así fue como les di la noticia. Inmediatamente Anahí contestó, seguida de Maite y Poncho. Todos estaban felices por mi, sabía que se alegraban de cada uno de mis pasos, y hasta la fecha, este iba a ser el más importante. Christian apareció al rato y hasta una nota de voz de cinco minutos me mandó. Pero yo solo necesitaba un mensaje, uno que aún no había llegado y que esperaba más que cualquier otro. No sabía cuál sería su reacción, lo que sí sabía es que a pesar de todo él se alegraría siempre por mi.

"Qué bendición, me alegro mucho por ustedes"

Su mensaje llegó una hora más tarde y provocó el silencio de todos. Le di las gracias como a todos y esa fue la última vez que se habló del tema en el grupo hasta unos días después. Sentía que las cosas no estaban bien entre nosotros, entendía cómo se podía sentir, pero admito que esperaba algo más.

Intenté no darle demasiadas vueltas, pero solo quería estar tranquila y por momentos esa duda no me dejaba dormir. Necesitaba sentirme en paz con nosotros, saber que el cariño estaba por encima de cualquier cosa que pudiera pasar, aunque en el fondo sabía que entre nosotros era imposible, entre nosotros los puntos finales no existían.

Me fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora