Capitulo 25

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Llegó el día.

Me fui se lanzó en todas las plataformas como parte de un disco a beneficio de los afectados por la pandemia. Sabía que los fans la esperaban y ya querían volver a escuchar cosas nuevas después de tanto tiempo.

En cuanto fueron las 12 de la noche me empezaron a llegar muchas opiniones por todos lados sobre la canción, sabía que les había gustado y no podía estar más feliz de que fuera así.

Me preguntaba si en esta ocasión mi voz llegaría hasta él. Una vez más había sido mi inspiración, mis ganas de componer, mi alivio al escribir cada uno de esos versos, y quería que me escuchara y supiera que yo seguía ahí a pesar de todo, pero sobre todo, quería que me escuchara pedirle perdón.Cada vez que me sentaba a componer me venían a la cabeza muchos recuerdos. Buenos, no tan buenos y otros que para mí serán siempre inolvidables. Christopher estaba presente siempre en mi, y eso se reflejaba en mis canciones.

Poncho me escribió la mañana que salió la canción para felicitarme y decirme que le parecía muy buen gesto lo del disco, estuvimos hablando un rato y dijimos que cuando todo acabara teníamos que hacer otra cena.

Si hace unos años me hubieran dicho que después de tanto tiempo Poncho y yo mantendríamos tan buena relación, me hubiera reído. Cuando terminamos las cosas no fueron nada fáciles, y estuvimos casi un año sin dirigirnos la palabra, solo nos hablábamos para lo estrictamente necesario.

Poco a poco todo fue volviendo a la normalidad, pero Christopher y yo comenzamos justo al terminar la novela y teníamos miedo a la reacción que tendrían los demás, sobre todo, Poncho y Anahí. Es bien difícil contarle a una de tus mejores amigas que te has enamorado de su ex novio, y todavía más complicado confesarle a tu ex novio que uno de sus mejores amigos ahora es tu pareja.

Las cosas no fueron nada fáciles. Tenía más miedo a lo que fuera a decir Poncho que a las palabras de Anahí. Ella y yo siempre nos habíamos apoyado mucho y nos contábamos absolutamente todo. Cuando me decidí a confesarle que Christopher y yo estábamos juntos me abrazó antes de ni siquiera decirme nada y su única frase no se me olvidará nunca, "Tu felicidad es la mía, ¿ok? Y se que ahora mismo lo eres, y por eso yo lo soy".

Con Poncho todo fue bien distinto, le costó más asimilar la situación. Al fin y al cabo lo de Anahí y Christopher fueron solo ocho meses, pero lo nuestro fueron prácticamente dos años. Cuando salió el rumor de que nos habían visto besándonos en el estacionamiento de Televisa, todo la atención fue hacia Christopher y yo, y en una de las entrevistas del grupo nos preguntaron si éramos novios. Y lo negamos, mientras los demás intentaban darle humor a la situación, todos menos Poncho.

Era normal. No es fácil aceptar algo así y más teniendo que vernos todos los días, viviendo prácticamente juntos. El punto de inflexión llegó en Chile.

Era agosto de 2006 y viajamos a Chile para promocionar la gira y hacer conciertos. Teníamos un ritmo de trabajo muy alto desde que terminó la novela y las cosas entre todos estaban un poco tensas. Sentíamos que la magia que había entre los seis no era la de siempre y una noche después de un día intenso de entrevistas, todo estalló. Íbamos en el ascensor del hotel, y ni siquiera hablábamos, pero fue Poncho quien rompió el hielo.

- Chavos, ya está bien. ¿Ven normal que ni siquiera nos hablemos? La neta yo no puedo estar así. Los espero en mi cuarto después de cenar para hablar las cosas.

Y eso fue lo que hicimos. Después de cambiarnos y cenar cada uno en su habitación, fuimos al cuarto de Poncho para intentar solucionar los malos entendidos que había entre nosotros. Anahí había traído un vino chileno buenísimo y entre copas nos confesamos muchas cosas. Uno de los momentos más tensos fue cuando Poncho quiso hablar con Christopher y conmigo.

- Yo les quiero decir algo, Dul, Chris... - Dijo Poncho.
- Si quieren nos podemos salir, chavos. - Maite siempre ponía la cuota de cordura que a veces nos faltaba a los demás.
- No hace falta, quiero que esto lo escuchen todos. - Le contestó Poncho.

Yo estaba nerviosa, sabía que las cosas entre nosotros no estaban pasando por su mejor momento, pero en el fondo sabía que la madurez de Poncho ayudaría a que todo fuera bien.

- Sé que este tiempo he estado ausente. No ha sido fácil para mí acostumbrarme a verlos juntos, aunque también sé que delante de nosotros no son como les gustaría ser. Es una situación que me ha costado aceptar, pero cada vez que veo como se miran me doy cuenta de que sería muy egoísta enojarme por ustedes.
- No tienes que decirnos nada Poncho, entendemos que es difícil acostumbrarse a algo así. Perdónanos por no decirte antes. - Dijo Christopher.
- Perdónenme ustedes a mi por no haber estado ahí. - Le contestó Poncho mientras se levantaba del círculo que habíamos hecho entre todos en el suelo para darle un abrazo. Yo me uní a ese abrazo y entonces los demás corrieron a hacer lo mismo mientras gritábamos "RBD, RBD".

Por fin habíamos solucionado nuestras broncas. Esa noche nos convertimos en uno solo, forjamos una unión que ni los años, ni la distancia, ni las diferencias pueden romper. Porque juntos hacemos magia, porque fuimos, somos y seremos una familia.

Después de mucho tiempo sentía que aquella noche en Chile se había vuelto a repetir en diciembre en casa de Poncho. Una vez más él nos había unido, y una vez más habíamos comprobado que la conexión de almas existe y es indestructible.

Vídeo donde cuentan lo de Chile: Minuto. 01:13:00

Me fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora