Narra Dulce:
Estos últimos días estaban siendo muy intensos.
Tenía algunas entrevistas y una sesión de fotos que haría en casa por precaución. Estaba emocionada, era la primera vez que posaba después de ser mamá y por eso ya era un momento muy especial. Me apetecía demasiado volver a trabajar, aunque apenas fueran unas fotos y otras cuantas entrevistas, pero sentía que ese era el primer paso para lo que estaba por venir.
Ese día le pedí a Paco que se encargara de la niña durante las horas que duraba la sesión de fotos y al día siguiente mientras me conectaba en una videollamada para realizar la entrevista. Sabía que una de las preguntas que estarían en esa entrevista sería sobre el reencuentro de RBD, y era normal, todo el mundo esperaba que yo participara en un concierto en el futuro.
Cuando llegó el momento de responder esa pregunta fui muy sincera. Claro que me moría de ganas por volver a estar juntos, durante casi cinco años fuimos una familia dentro y fuera de los escenarios, y hoy lo seguimos siendo. Extrañaba trabajar juntos, ellos eran quienes mejor me conocían y aún sentía que las cosas no habían cambiado.
Recuerdo muchos momentos en los que fuimos uno solo, muchos buenos, y otros no tanto, pero siempre eran los menos. Uno de esos días en los que las cosas no estaban bien, ellos fueron quienes me hicieron entender que a veces hay que dejar el orgullo a un lado.
Christopher y yo habíamos peleado la noche anterior a una sesión de fotos de la banda. Teníamos nuestros altibajos, como todas las parejas, pero los nuestros eran aún más intensos por la situación que teníamos. Tener que estar ocultándonos todo el tiempo nos desgastaba mucho y en algunos momentos nos llegaba a superar.
Lloré toda la noche, y lo que menos me apetecía era encontrarme con él en la mañana, pero tenía que hacerlo. Al llegar a los estudios donde haríamos la sesión no nos saludamos, no nos miramos, ni siquiera nos rozamos. Los demás nos miraban intentando adivinar qué había pasado entre nosotros, pero ninguno queríamos hablar del tema.
Al entrar en el set cada uno tomó su posición. Para tomarnos las fotos todos juntos Christopher y yo nos alejábamos, intentábamos ponernos al lado de los demás para no tener que coincidir, pero era imposible. Los demás tardaron muy poco tiempo en intentar solucionar la situación y nos acercaban para que dejáramos nuestro orgullo a un lado. Nuestra cara lo decía todo, la manera en la que no queríamos mirarnos, pero no podíamos evitarlo, cómo al vernos sentíamos la tensión.
En uno de los descansos de la sesión de fotos Poncho se acercó a mi.
- Ardilla, ya deja esa cara. - Me dijo.
- ¿Qué cara? - Contesté.
- La que traes desde esta mañana. Chris y tú están para que nadie los toque.
- Ayer nos peleamos.
- Y como siempre no van a dar su brazo a torcer. Me cae que no aprenden.
- ¿Por qué tengo que ser yo la que se disculpe?
- No es cuestión de quien sea el primero en hacerlo, sino de que no pierdan el tiempo en estar de orgullosos.
- Parece que solo yo soy la que está molesta.
- No le digas que te dije, pero esta mañana Chris traía unos ojos de llorar que nunca había visto en él.
- ¿Es broma, verdad?
- No es broma, me dijo que no se encontraba bien. Yo de ti hablaba con él, no sabes cómo nos tensa a los demás verlos así.
- Quizá tengas razón, debería hablar con él.
- Ardilla, yo siempre tengo razón. - Me dijo Poncho mientras me abrazaba y se reía.Ya eran poco más de las siete de la tarde cuando la sesión acabó y recogimos todo para irnos. Vi cómo Christopher salía hacia el estacionamiento y fui tras de él. Cuando abrió la puerta de su camioneta y entró, aproveché para meterme en el asiento del copiloto.
- ¿Qué haces aquí? - Me dijo bastante enojado.
- No podemos estar así.
- ¿Estar cómo? ¿Peleados, sin hablarnos, sin ni siquiera mirarnos?
- Justo así. Llevo desde anoche muy mal, no he dormido nada pensando en lo que nos dijimos.
- Ayer me lo dejaste muy claro, no quieres esto.
- Yo no dije eso.
- Sí lo dijiste, no quieres tener una relación tan difícil.
- No quería decir eso. Lo único que quiero es que me tengas paciencia, sé que no soy nada fácil, y que está cañón estar conmigo.
- No eres tú, es la situación. Sé que es muy complicado estar escondidos las 24 horas del día, pero a veces siento que no es solo eso lo que te molesta.
- Lo que me molesta es no poder tomarte de la mano por cualquier lugar por miedo a que nos cachen.
- Ya sabíamos que esto no iba a ser color de rosa.
- Pero yo lo veo así cuando estoy contigo. No me importa nada más, ni la prensa, ni la producción, ni los que no creen en esto, me importas tú. - Le dije mientras ponía mi mano sobre su mejilla.
- Prométeme que no vamos a volver a pelear por esto.
- Te lo prometo, mi amor.Nos besamos y juntamos nuestras frentes. Ese era el mejor momento de una discusión, la reconciliación y las nuestras siempre acababan de la misma manera, con un beso,
- Voy a salir horrible en estas fotos. Espero que no las vea mucha gente. - Dijo Christopher entre risas.
- ¿Con cara de enfadado? No te preocupes, que yo estaré igual.
- No, con los ojos hinchados de llorar.
- ¿Has llorado?
- Pensaba que te había perdido, cómo no iba a llorar.
- Somos unos mensos, ¿lo sabías?
- Unos mensos que se adoran.En ese momento me di cuenta de que el miedo que nos atormentaba en un principio se había convertido en el miedo a perdernos. El amor se había transformado en algo mucho más fuerte que la pasión del primer momento, ya éramos uno mismo.
Cuando alguien me preguntaba sobre el grupo siempre me venían a la memoria este tipo de recuerdos. Extrañaba esos momentos y no me importaría volverlos a vivir.
Después de terminar la entrevista me acerqué a María Paula y la cargué en brazos. Paco estaba en la cocina terminando de preparar la comida y me preguntó algo que no sabía de qué manera contestar.
- Estuvo bien la entrevista, ¿no? - Me dijo Paco.
- Sí, la neta ya me apetecía hacer algo así, diferente.
- Muy interesantes las preguntas. Sobre todo la del reencuentro.
- Era obvio que me la iban a hacer.
- Entonces tú si le entrarías, ¿no?.
- ¿Por qué me preguntas eso?.
- No sé, te vi muy ilusionada. Me extrañó que hubieras cambiado de opinión.
- No he cambiado de opinión, siempre he pensado que lo haría. Ahorita mismo no pude por todo lo de la pandemia y el embarazo, pero claro que lo haría.
- Hace un año te pregunté y me dijiste que no creías que se diera un reencuentro.
- Hace un año las cosas eran muy distintas, acabábamos de volver a reunirnos.
- Cambian mucho las cosas, sí. Ahora son más amigos que nunca.
- ¿A dónde quieres llegar con eso?
- Solo digo que ahora se llevan mejor, tanto como para aventarse una gira.
- No quiero volver a lo mismo de siempre, sé perfectamente a qué te refieres.
- Mejor no digo nada más.
- Mejor hablamos las cosas y me dices qué es lo que te pasa.Paco dejó la comida a medias y se acercó a donde yo estaba.
- Me pasa que últimamente parece que tu cabeza está más con ellos que conmigo.
- ¿Me estás hablando en serio? Ya hablamos de esto hace tiempo y te dije que las cosas no son como crees.
- Veo como te despiertas en mitad de la noche y te sales a la terraza con el celular. ¿Cómo crees que me siento?
- No sabía que te tenía que rendir cuentas de lo que hago o dejo de hacer con mi celular.
- Lo único que quiero es que seas sincera conmigo. Que me digas si estás bien, si no lo estás, si te puedo ayudar en algo.
- Estoy bien, pero tú también tienes que entender que el grupo es algo muy importante para mi.
- ¿El grupo o él?Me quedé helada. Ya habíamos tenido esa conversación antes, pero nunca tan de frente, nunca tan real.
- ¿Él es lo que te preocupa? Pues puedes estar muy tranquilo.
- Quiero que me digas la verdad.
- La verdad es que somos amigos, que me apoya como todos los demás y es alguien importante para mi.
- A veces creo que para ti él siempre estará antes que yo.Paco se dio la vuelta y subió las escaleras hacia el dormitorio.
- ¿No vas a comer? - Le pregunté.
- Se me ha quitado el hambre de golpe.Dejé a la bebé en su hamaca y me senté en el sofá mientras agarraba el celular y le marcaba a una persona que me conocía como nadie en el mundo. No podía más, necesitaba hablar con alguien que entendiera la situación, alguien que pudiera darme un consejo y hacerme ver todo desde afuera.
- Te necesito. - Le dije a la persona que se encontraba al otro lado del teléfono.
Las cosas a veces se ponen difíciles, a veces la vida decide poner obstáculos a aquello que nos pide el corazón. Durante años esa misma vida que nos acercó, también nos alejó, y se encargó de volver a unirnos. Ahora todo era más complicado, pero no podía dejar de luchar por aquello que me hacía feliz, y si eso implicaba arriesgar, estaba dispuesta a hacerlo.
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Me fui
FanficTodos estamos conectados a otra persona a través de un hilo rojo que nunca se rompe. Ese hilo puede tensarse cuanto más lejos nos encontramos de esa persona, pero también puede acercarnos. Han pasado 12 años desde aquel 21 de diciembre de 2008, per...